ALICANTE. El nacimiento de un bebé sano es el principal objetivo que persigue la medicina reproductiva. A la hora de afrontar el deseo gestacional, la medicina preventiva es clave para garantizar seguridad, salud y los mejores resultados. «La genética reproductiva supone el presente y el futuro de la reproducción asistida.
En el ámbito de la fertilidad, nos enfrentamos al desafío de la medicina personalizada, y en la que la prevención es el caballo de batalla y nuestra primera línea de combate, de cara a ofrecer el mejor servicio a nuestros pacientes, y lograr ser más eficaces en nuestros procesos y tratamientos. Nuestra prioridad es intentar reducir y prevenir las enfermedades raras en los recién nacidos», asegura el doctor José López Gálvez, presidente del Grupo Internacional UR.
En esta línea es donde los avances en reproducción asistida van ligados a la investigación genética. Combinar los tratamientos de fecundación in vitro (FIV) con procesos genéticos pioneros y técnicas de vanguardia permite optimizar los resultados, evitar enfermedades hereditarias y lograr el embarazo en el menor tiempo.
«Contamos con un laboratorio propio de genética reproductiva que nos diferencia, donde desarrollamos los más innovadores estudios genéticos emergentes en el campo de la reproducción asistida. Entendemos la medicina centrada en los pacientes, en la búsqueda permanente de la excelencia, y en el compromiso con nuestro trabajo, para ser los mejores en todo lo que hacemos», subraya el especialista.
Medicina reproductiva personalizada
Los innovadores estudios genéticos ayudan en varios niveles a las parejas que están en un proceso de reproducción asistida, ya que las alteraciones cromosómicas son la principal causa de fallos de implantación y pérdida gestacional. El estudio genético preimplantacional no invasivo, basado en la selección cromosómica embrionaria no invasiva, es el análisis más novedoso. Esta prueba permite obtener información genética del embrión a partir de las trazas de ADN presentes en su medio de cultivo, lo que evita la necesidad de realizar una biopsia, eliminando riesgos asociados a la técnica.
«El estudio de este material proporciona información sobre el estatus cromosómico del embrión con una concordancia del 80% respecto a la biopsia de trofoectodermo, sin someter al embrión a ninguna manipulación agresiva que pudiera alterarlo de ninguna manera. Este análisis nos permite transferir en primer lugar los embriones con la más alta probabilidad de ser cromosómicamente sanos», explica el doctor López Gálvez.
Diagnóstico genético preciso
Existen miles de enfermedades recesivas y, aunque la mayoría son poco comunes, suelen ser graves e incurables. Entre las más frecuentes encontramos la fibrosis quística, la talasemia, así como otras más graves como la atrofia muscular espinal. A día de hoy existen prueba genéticas que permiten a los pacientes si son portadores de alguna de estas enfermedades, y si tienen riesgo de que sus hijos padezcan alguna de ellas.
En el caso que ambos miembros de la pareja sean portadores de la misma enfermedad, se podría plantear la selección de aquellos embriones libres de dicha enfermedad mediante una técnica conocida como test genético preimplantación para enfermedades monogénicas o PGT-M. «Con el simple hecho de aconsejar a los futuros padres que se realicen una analítica sencilla, ya estaremos abordando una posible solución. Se trata de localizar a estos portadores y así lograr detectar preventivamente esta posible complicación», aconseja el presidente del Grupo Internacional UR.