descubre 'la mancha'
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ALICANTE. La escritora Iria Fariñas, la bailarina Zula Ros y la videógrafa Sol Spinelli dan forma al proyecto Gota espejo bisagra, un formato híbrido entre la poesía, la danza contemporánea y las artes audiovisuales que se hizo con el primer premio del concurso de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Alicante en la categoría relativa a la danza. Ahora, la pieza que se estrenará en el marco del festival de artes escénicas Alacant a escena, este sábado, 28 de octubre, a las 18:30 horas, en el Centro Municipal Felicidad Sánchez.
"La trama de la pieza responde a una reconstrucción de una experiencia (entre tantas que existen) de la memoria postraumática, tras un episodio violento", describe Iria Fariñas, coautora de la obra. Para ello, exploran a través de fenómenos psicológicos como la disociación, la despersonalización y la fragmentación del recuerdo. "Precisamente por ello, el cruce entre disciplinas artísticas nos permite jugar con los lindes para intentar recrear esa vivencia tan marginal, tanto en la conciencia individual como en la social", explica la escritora.
Las autoras ponen el foco en la vida después del trauma. "Pese a ser algo muy habitual, sobre todo en mujeres, o quizá es precisamente porque es muy habitual en mujeres, a día de hoy, todavía, hablar sobre, ya ni siquiera el trauma per sé, si no de la vida después del trauma (en esa recomposición de un rompecabezas que, si bien se dirige hacia el fortalecimiento y la recuperación, nunca volverá a ser igual que antes del episodio) continúa ofreciéndose como un problema", describe.
"La convivencia con los restos sigue siendo un tabú y se pasa de la victimización absoluta al desprecio: está exagerando; ya es hora de pasar página; quiere llamar la atención, etcétera", explica Iria Fariñas, quien indica que todas esas posturas "conducen al silencio, materia indiscutible de la que se alimenta la violencia", por lo que así, "sin quererlo, continúa un ciclo" que difícilmente llega a su fin. "En Gota espejo bisagra hemos querido hablar desde la intimidad, así que, utilizando la figura del doble, tan clásica en literatura, hemos utilizado los símbolos de la gota, el espejo y la bisagra para configurar un universo propio de metáforas", explica.
"Una gota de agua, una gota de sangre, una lágrima. Redondez, rastro. El espejo es liso y tiene aristas. Mirada, desdoblamiento. La bisagra es el punto de encuentro. Abrir, cerrar, chirrido", describe la coautora. Esta obra performática nace de un libro que no existe, un libro que se ha desbordado antes de materializarse. Sus poemas nacieron del cuerpo para volver al cuerpo. Un cuerpo inhabitable por violentado, por distante; un cuerpo que ya no es piel, músculo, hueso y tendón, sino temblor: gota que resbala y se pierde, reflejo que persigue y es perseguido, puerta entornada en una habitación oscura. Utilizando la poesía, la danza y el vídeo como herramientas, esta pieza atraviesa cuatro fases ante la separación entre el cuerpo y la mente: evasión, recuerdo, vergüenza y regreso. "Creemos que es importante seguir hablando y, cuando la palabra no sea posible, encontrar otros medios hacia la expresión de esta herida", sentencia.