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la empresa reduce sus ventas un 5% pero multiplica por 2,5 su beneficio

Germaine de Capuccini 'huye' de Venezuela: la hiperinflación le cuesta 600.000 euros

12/01/2017 - 

ALICANTE. La situación económica en Venezuela se ha convertido en una fuente de disgustos para la empresa alcoyana de cosméticos Germaine de Capuccini, que abrió una filial en el país en los buenos tiempos para apoyar su actividad exterior en la zona de Sudamérica. Hasta tal punto, que la empresa ha decidido asumir las pérdidas ocasionadas por la hiperinflación en su cuenta de resultados de 2015 y salir del país cuanto antes. 

Así consta en la memoria de las cuentas consolidadas del Grupo Germaine de Capuccini depositadas en el Registro Mercantil. Durante el año 2015, el grupo vio cómo sus ingresos se reducían cerca de un 5% respecto al ejercicio anterior (facturó 25.162.721 euros por ventas y prestaciones de servicios, frente a los 26.401.586 euros del año 2014), pese a lo cual logró multiplicar por 2,5 el beneficio: el resultado después de impuestos alcanzó los 1,99 millones de euros, frente a los 820.844 euros del año anterior.

La memoria de las cuentas consolidadas destaca la apuesta por la "desinversión" en el extranjero de la firma, que ha iniciado el proceso de liquidación de su filial en la República Checa y que durante 2016 inició, según anunciaba la memoria, el mismo proceso para su filial en Venezuela (Distribuciones Delorme C.A.). En el caso concreto del país sudamericano, Germaine de Capuccini ha salido 'escaldada': la hiperinflación del bolívar y los distintos tipos de cambio que se emplean en función del índice de referencia que se emplee han obligado a deteriorar en 100.000 euros el fondo de comercio, y a llevar a 0 el valor de los depósitos que la firma mantenía en el Banco Exterior de Venezuela.

Es decir, la presencia en Venezuela le costó a Germaine de Capuccini más de 600.000 euros en su cuenta de resultados. Según se indica en la memoria, "viendo la inestabilidad de la moneda y la situación del país", la sociedad matriz "ha procedido a deteriorar al 100% los bolívares que mantiene en el Banco Exterior de Venezuela", más de 7,4 millones de esta moneda. "Esto ha supuesto una pérdida registrada en el ejercicio de 510.087,81 euros", señala el documento. Al mismo tiempo, la firma "ha procedido a deteriorar el Fondo de Comercio que
mantenía en su balance y que proviene de su sociedad participada en Venezuela", por un importe de 104.674,92 euros que "está contabilizado en la partida de 'Deterioro y resultado por enajenación del inmovilizado'".

En total, la situación de Venezuela ha ocasionado a la firma de cosméticos alcoyana unas pérdidas de 614.761 euros, según el balance de 2015. "Debido a que la situación del país no es la adecuada para poder desarrollar el negocio, se ha decidido la liquidación de la sociedad", indica el documento.

Los problemas en el exterior y el estancamiento del mercado nacional se han conjugado para reducir las ventas de Germaine de Capuccini casi cinco puntos (4,7%) respecto al ejercicio anterior. No obstante, el informe de gestión del consejo de administración destaca que "ha mejorado la rentabilidad en un 0,52%", ya que "el margen bruto se ha mantenido en valores absolutos en alrededor del 71,73%". Al mismo tiempo, los gastos de explotación también bajan: los de personal se reducen un 5% (al cierre del ejercicio el grupo tenía 168 empleados, diez menos que en 2014), y los de servicios exteriores (como consecuencia de la desinversión en el extranjero) un "drástico" 27,36%.

Relevo generacional

Por otra parte, la memoria también refleja los movimientos que se produjeron durante 2015 para preparar el relevo generacional consumado en 2016, y del que ya informó Alicante Plaza. De esta forma, en la nota relativa al reparto accionarial de la sociedad, la memoria señala que la sociedad adquirió en mayo de 2015 el 18% de las acciones en poder hasta ese momento de Rosario Vidal y Eugenio Jordá, por 2,9 millones de euros. Al mismo tiempo, el aún presidente Jesús Vidal "dona parte de su acciones en favor de su hijo, Raúl Vidal" (concretamente, un 18,4%). Un año después, el hijo de Jesús, que venía ejerciendo de director general, sería elegido presidente por los accionistas.

El de Raúl por Jesús es el segundo relevo generacional en Germaine de Capuccini, aunque esta vez ha sido más tranquilo que en 2011, cuando María Ángeles Vidal forzó la salida de su tío (hijo de la fundadora, Carmen) y asumió la presidencia durante tres años, hasta que en 2014 Jesús se alió con otra accionista de la familia, Rosario (a la que ahora la firma ha comprado sus acciones) y, tras la sentencia de un juez que anulaba la ampliación de capital acometida por María Ángeles y devolvía el reparto al equilibrio de 2012, logró desbancar a su sobrina y ocupar de nuevo la presidencia. El pasado noviembre, y con su hijo ya como accionista gracias a la donación (Jesús conserva un testimonial 2,5%), el Borme publicaba su nombramiento como presidente.

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