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desde la bancada / OPINIÓN

Fútbol y dinero público, mala combinación

La historia se repite con el Rico Pérez, otra vez los políticos y burócratas vuelven a utilizar el dinero público como si fuese suyo

30/04/2017 - 

Se dice que la historia está para aprender de los errores y no repetirlos, desgraciadamente se dice pero no se tiene en cuenta y eso se puede extrapolar al Rico Pérez. Porque lo ocurrido con el Rico Pérez no es más que la vuelta al pasado, donde otra vez los alicantinos volvemos a pagar el pato de una mala gestión.

Digo que es volver al pasado, porque la historia se repite con el Rico Pérez, otra vez los políticos y burócratas vuelven a utilizar el dinero público como si fuese suyo, para destinarlo a comprar un estadio,  asunto poco vital para la ciudadanía. El dinero público debe destinarse a cuestiones vitales o a servicios esenciales, donde se debe garantizar la igualdad, seas rico, pobre, rubio, moreno…No para fines privativos o rescatar entidades privadas.

Y el fútbol obviamente no es un servicio vital que tenga que estar sufragado con dinero público, en todo caso, solo debería percibir fondos públicos la parte formadora del fútbol, es decir, el fútbol base, pues se entiende que se está realizando una labor de formación, de educación y se está instruyendo en valores, pero nunca a los primeros equipos y más cuando la mayoría de los clubs son entidades privadas o Asociaciones Anónimas Deportivas dirigidas por unos pocos.  Porque si no priorizamos el dinero público y lo destinamos a cuestiones privativas, luego no quedará dinero para los asuntos más importantes, como puede ser sanidad, educación, justicia o la posibilidad de poder bajar los impuestos.

Desgraciadamente esta práctica de destinar dinero público a equipos de fútbol no solo atañe a la ciudad de Alicante, sino a todo el territorio nacional en su conjunto. Y también es transversal a todos los tipos de gobierno.  Y es que los que venían a salvar y a rescatar personas, han acabado rescatando estadios de fútbol.

¿Por qué se realiza esta práctica? Pues seguramente porque al poder político le interesa poder ponerse la medalla de “salva equipos” para así canalizar votos. El problema es que ese rescate se realiza con el dinero de todos, sin tener en cuenta la diversidad individual, donde muchos ciudadanos ni si quiera les gusta el fútbol o no son de dichos equipos, como ocurrió en el año en el 2009 cuando el presidente Camps avaló 74 millones para rescatar al Valencia, pues yo por ejemplo no soy valencianista y me tocó participar de dicho rescate.

Para entender lo ocurrido hay que remontarse al 1994 donde el Hércules se vio forzado a vender su estadio al Ayuntamiento de Alicante para pagar las deudas que tenía el club con Hacienda y la Seguridad Social. Todos los alicantinos les gustase el fútbol o no, contribuimos a la compra del estadio, cosa que como he mencionado anteriormente me parece incorrecto.

Unos años después el empresario y dueño del Hércules Enrique Ortiz, recompró el estadio a través de la empresa Aligestión, compra que a día de hoy sigue generando multitud de incógnitas, por los posibles incumplimientos por parte de Aligestión, ya que existen serias dudas de que se destinasen los cuatros millones en el arreglo del propio estadio, como contemplaba el pliego de condiciones, así como las dudas y la poca transparencia en el propio proceso de la compraventa, en concreto sobre la puja y la salida a concurso del estadio.

Una de las condiciones de la puja, era que no se podía edificar alrededor del estadio, pero curiosamente tras la adjudicación del estadio a la empresa Aligestión, se empezaron a presentar proyectos urbanísticos que contemplaban la edificación y la construcción de un centro comercial y una gran torre, cuestión que si se hubiese reflejado en la propia puja a lo mejor se hubiesen presentado más inversores o simplemente hubiese supuesto un mayor ingreso para las arcas municipales.

Cuestión que se constató cuando aparecieron las escuchas donde se refleja la intención por parte del empresario Enrique Ortiz de revisar todo el entorno, a través de un Plan de Reforma Interior (PRI), compatible con el Plan General en trámite, que incluyese una gran zona comercial y una torre de apartamentos. Recordemos que según las investigaciones judiciales se sabe que, presuntamente, disponía de la ficha del Plan General antes de que esta se sacase a exposición al público.

La historia y todo lo acontecido con el Rico Pérez está llena de dudas y de cuestiones oscuras, que atañen al empresario Enrique Ortiz y la complicidad del Ayuntamiento de Alicante, donde todos los alicantinos e incluso el propio Hércules terminan pagando el pato de una mala gestión. Y es que la historia se repite, la primera vez que fui al estadio de pequeño, ya era municipal, y otra vez lo vuelve a ser, es como el día de la marmota.

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