VALÈNCIA. Es difícil saber adónde habrían llegado los derroteros experimentales de Frank Zappa (1940-1993) si hubiese llegado con vida a nuestros días. Qué nuevo género se habría inventado; qué tipo de músicos le acompañarían en esta etapa crepuscular. Lo que sí podemos presuponer es que el artista norteamericano encontraría en los desastres del siglo XXI una cantera inagotable de versos para practicar su deporte favorito: denunciar la estupidez humana con enormes dosis de sarcasmo. “Cuando Zappa escribía, no hacía prisioneros: tenía todo a tiro y no le temblaba el pulso”, sostiene Julián Hernández, cantante y fundador de Siniestro Total, en el prólogo del imponente libro en el que el investigador y profesor universitario Manuel de la Fuente reúne por primera vez toda la obra lírica de Zappa, tanto en su versión original en inglés como en castellano.
Este volumen de más de 600 páginas, que ha visto la luz a través de la editorial española Libros del Kultrum, supone todo un hito a nivel internacional. No solo por la gigantesca cantidad de obra lírica producida por el músico y compositor estadounidense a lo largo de su vida -su discografía cuenta con más de sesenta títulos-, sino porque estas letras estaban diseminadas en un sinfín de fuentes dispersas y además muchas de ellas nunca antes se habían plasmado en papel.
Este trabajo viene acompañado de numerosos textos y notas explicativas que ayudan a contextualizar las circunstancias que rodearon al proceso de composición y a desgranar las múltiples referencias culturales y políticas embutidas en los versos. Lejos de ser una mera recopilación de canciones, este libro se puede entender como un ensayo que descubre la faceta de Zappa como letrista ágil, concienzudo e hilarante, y lo hace además de forma cronológica y ordenada, desde su debut discográfico en la escena californiana de los años sesenta hasta los trabajos que dejó preparados antes de fallecer a principios de los noventa.
Censura “atroz”
Manuel de la Fuente reconoce que la faceta de Zappa como letrista se ha obviado notablemente en comparación con la musical. “Esto se debe principalmente a que sus letras eran muy incómodas para mucha gente, porque eran muy provocadoras, estaban llenas de palabrotas y descripciones de depravaciones sexuales, y eso dificultó su distribución. Zappa fue objeto de la censura más atroz que puede sufrir una artista. No solo le tacharon versos, sino que invisibilizaron sus canciones al no pinchancharlas en las emisoras de radio comerciales o en no darle espacio en la televisión”. Por otra parte -añade-, en el mercado europeo no se ha prestado tanta atención a su obra lírica por la barrera idiomática y por el hecho de que son letras mucho más complejas que las de la mayoría de grupos de pop y rock. Son textos muy meticulosos y que corresponden a estilos literarios muy diferentes; algunos están muy basados en la realidad, y tienen referencias muy específicas de la cultura y la política estadounidense, y otros son muy surrealistas”.
Ejes temáticos
“Los principales ejes temáticos de Zappa eran, por un lado, historias fantasiosas protagonizadas por personajes grotescos. Se nota la gran influencia de la obra de Rabelais en el empleo de neologismos, juegos de palabras, lenguaje procaz, etcétera”, afirma Manuel de la Fuente, autor de otros ensayos esenciales sobre el músico norteamericano como Frank Zappa en el infierno. El rock como movilización para la disidencia política (2006) y La música se resiste a morir. Frank Zappa: Biografía no autorizada (2021), así como traductor de las memorias del músico (La verdadera historia de Frank Zappa, 2014) y de su secretaria Pauline Butcher (¡Alucina! Mi vida con Frank Zappa, 2016)-. Además del autor de Gargantúa y Pantagruel, Zappa encontró también en Alfred Jarry (inventor del humor patafísico y creador de la obra Ubú Rey) una de sus principales fuentes de inspiración literaria.
El segundo eje temático que encontramos en la obra lírica de Zappa es la ridiculización de la sociedad y la política estadounidense. “A través de sus letras, él interviene directamente en el debate político de su tiempo -explica Manuel de la Fuente-. Comenta noticias, denunciar la hipocresía de los fundamentalistas cristintos, de los republicanos, de la clase empresarial…”. Era, en suma, un enemigo radical de la corrección política; razón de más para intuir que no se habría sentido demasiado cómodo en el primer cuarto del siglo XXI.
“Otra de las cosas que aparecen de forma recurrente en sus canciones es la voluntad de ofrecer una crónica alternativa del rock, alejada de la canónica que podrían representar por Beatles. De ahí, por ejemplo, su interés en otorgar protagonismo a la figura de la groupie en muchas canciones”.
Traducción literaria, no literal
Cuando las letras de una canción hablan de pasarlo bien en la playa, de enamorarse o de correr muy rápido por la carretera, el desafío de la traducción es relativo. Pero en el caso de las canciones de Zappa -llenas de referencias culturales locales, argot, juegos de palabras y dobles sentidos-, una traducción palabra por palabra puede generar malentendidos. Esta es la razón por la que Manuel de la Fuente se ha decantado por una traducción literaria, que no literal. “Le hemos dado prioridad a mantener el sentido original de las canciones. Por ejemplo, si traducimos directamente los conceptos de Valley Girl o de Jewish Princess, que eran estereotipos de pijas muy comunes en Estados Unidos en los ochenta, por 'chica del valle' o 'princesa judía', en castellano no se entiende”.
“El arte más relevante es aquel que parte de un contexto específico para erigirse en un retrato de la condición humana en su conjunto. Por ejemplo, el Guernica de Picasso se considera un símbolo que trasciende el contexto de la guerra civil española, y El Quijote de Cervantes tiene una condición universal más allá del contexto de la Castilla del siglo XVII”. Del mismo modo, razona Manuel de la Fuente, el cancionero punzante y de espíritu crítico de Zappa ha soportado muy bien el paso del tiempo y se presta a una interpretación sociológica que va mucho más allá de la realidad estadounidense de las décadas de los sesenta, setenta y ochenta.
Canciones clave para entender a Zappa
Pedimos al autor del libro que seleccione algunas de las canciones esenciales para aproximarnos a la obra lírica de Frank Zappa.
Trouble every day (1966)
Frank Zappa debuta al frente del grupo The Mothers of Invention con Freak Out!, un disco doble aparecido en 1966 en el que ridiculiza las canciones de amor y arremete contra el agitado clima social de Estados Unidos. Uno de los temas destacados es Trouble every day, canción protesta sobre los disturbios de Watts. Iniciados el 11 de agosto de 1965 a raíz de la detención de un joven afroamericano por conducir ebrio, los disturbios raciales en el barrio de Watts, en Los Ángeles, constituyeron una batalla campal entre los vecinos y la policía, que duró seis días y dejó treinta y cuatro muertos, más de un millar de heridos y cuatro mil detenidos. Al contrario de las canciones protesta convencionales, Zappa denuncia el racismo sin posicionarse del lado de los manifestantes.
The idiot bastard son (1968)
Tema aparecido en We’re only in it for the money, álbum que parodia el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles. Zappa consideraba a los hippies un movimiento compuesto por niños de papá que acudían a las protestas para drogarse y tener sexo hasta que se acababa el dinero y regresaban a casa.
I’m the slime (1973)
Aparecida en el disco Over-Nite Sensation, la canción supone una crítica a la banalización de los medios y el uso de la televisión con fines políticos. El lamento por el control social que ejerce la televisión es recurrente en la obra de Zappa.
Don’t eat the yellow snow (1974)
Perteneciente a Apostrophe
(’), el único disco de Zappa que llegó al top ten en Estados Unidos, la comicidad se basa aquí en historias disparatadas protagonizadas por personajes grotescos: el protagonista es un niño esquimal que recibe un consejo de su madre: “Fíjate por dónde han pasado los huskies y no te comas la nieve amarilla”. Su autor explicaba que la canción surgió de una conversación con una profesora de lengua en Kansas sobre la función del lenguaje y el hecho de que las sociedades destacan ciertas palabras según su relevancia. Mencionó el caso de la lengua esquimal que, según ella, tiene veinte palabras distintas para la nieve, y añadió en broma que quizás tuvieran algún dicho para advertir a los niños que no comieran nieve amarilla.
Bobby Brown (1979)
Epítome del estilo zappiano, este tema del disco Sheik Yerbouti resume una de las características principales de su cancionero: el conflicto entre texto y música. Por contraste con una estructura rítmica y melódica típica de la canción pop, la letra, de una procacidad absoluta que elude todo principio de corrección política, actúa como antítesis y cuestiona la construcción de la música como instrumento de consumo. El protagonista de la letra encarna al triunfador del American way of life que, sin embargo, se cuestiona su sexualidad tras un encuentro con un travesti y, desde ese momento, experimenta con todo tipo de perversiones.
Joe’s Garage (1979)
Ópera rock distópica que sitúa la historia en unos Estados Unidos donde la música está prohibida, Joe’s Garage constituye uno de los álbumes más conocidos de Zappa. El protagonista del relato, un joven llamado Joe, experimenta todo tipo de calamidades únicamente por su inclinación hacia el oficio musical. El tema que titula el disco ironiza con las fórmulas de éxito que impone la industria a los artistas y grupos emergentes.
When the lie’s so big (1988)
En 1988, Zappa realiza su última gira, alarmado por la institucionalización de la mentira en el discurso político estadounidense. Son los años de Ronald Reagan, el presidente que entonces llega al fin de su mandato con la amenaza de que su sucesor prosiga con una agenda que, según el músico, puede derivar en la conversión de su país en una “teocracia fascista”. Zappa detecta que el Partido Republicano ha iniciado una nueva época en la que la política se ha sometido a los intereses particulares de los gobernantes. En las canciones de Broadway the Hard Way, álbum que recoge parte de ese tour, se puede contemplar el humor del músico para retratar a la clase dirigente, con unos versos que permanecen más vigentes que nunca.