ALICANTE. En un poco más de un año, la vida política de Ciudadanos y de sus dirigentes ha dado múltiples tumbos. La fallida moción de censura en la Región de Murcia generó un punto de inflexión, que acabó elecciones anticipadas en Madrid, sin presencia parlamentaria y la fuga de algunos de sus dirigentes más conocidos, como el que fuera número dos de Albert Rivera, Fran Hervías, y de Toni Cantó, ambos en las filas del PP. Cantó es director general de la Comunidad de Madrid y Hervías, pasó a ser la punta de lanza de la conocida OPA de los populares a cargos de Ciudadanos, con despacho en la mismísima sede de Génova. En su día se apuntó a una especie de recompensa por haber su fichaje y por haber desbaratado la moción de censura de Murcia, pues sólo dos de los seis diputados naranjas respaldaron el cambio de presidente.
Desde entonces han pasado muchas cosas. No sólo en Ciudadanos, que ha perdido su representación en Madrid y ha quedado reducido a un representante en Castilla-León -en ambas comunidades era socio del PP-, sino también en el PP. El artífice del fichaje de Hervías -y de Cantó-, Teodoro García-Egea tampoco está en la cúpula de los populares. A Pablo Casado le quedan dos semanas como presidente. Pero una de las consecuencias de la inminente llegada de Feijóo ha sido la salida de Hervías de la sede de Génova, como ha informado esta semana El Confidencial.
Hervías tenía despacho en el cuartel general de los populares y era un protegido de García-Egea para la operación de acoso y derribo de los naranjas, por su papel, y el de Argüeso, también, para desbaratar la operación de Murcia con aquellos audios que salieron. Pero Feijóo ha impuesto otro estilo. Ya lo dijo: quiere los votos de Ciudadanos, no a sus cargos. Con ello, ha recompuesto puentes con Inés Arrimadas y las relaciones con el partido naranja, pese a que desde el fallido voto de censura de Murcia los votantes de Cs deambulan entre la escasa fidelidad, la abstención y alguna pedrea para el PP (lo que era voto de cabreo ha acabado en Vox), a excepción de Madrid, dónde Ayuso sí que capitalizó el voto naranja.
Pues en el caso de la Comunitat Valenciana tiene muchas consecuencias. ¿Por qué? Pues en esa operación de acoso y derribo a Ciudadanos, que tenía al senador Emilio Argüeso -expulsado del Cs por " voluntad de infligir un daño relevante a los intereses y a la imagen tanto del partido como del conjunto de los afiliados- hombre de confianza de Hervías, se llevó a cinco diputados de las Cortes Valencianas al grupo mixto. La primera lectura que se hizo, más allá de que a largo plazo lograran acomodo en las candidaturas populares, es imposibilitó la mayoría necesaria -tres quintas partes del Parlamento valenciano- para una rebaja de la ley electoral al 3% que flexibilizara la entrada de Cs -entre otros partidos- en el siguiente mandato, contemplando -como se contempla- la caída de apoyo electoral.
De momento, el tsunamí quedó con la marcha de los cinco magníficos y de Cantó, lo que dejó al Cs en la Comunitat Valenciana totalmente descabezado y con el PPCV a la espera de recoger esos frutos. En la provincia de Alicante, donde Cs ha tenido un importante feudo electoral, hasta convertirse en tercera fuerza electoral en abril y mayo de 2019 -con las elecciones de noviembre de 2019 ya perdió bastante apoyo- no ha habido fugas, más allá de las dos concejalas de Villena, que el pasado mayo de 2021 anunciaron su pase al grupo de no adscritos -entre ellas, Mari Carmen Martínez Clemor que ya había militado al PP, donde ya fue concejala y diputada provincial con Julio de España-.
Pese a las escasas bajas de cargos públicos, todas las miradas en la provincia de Alicante se dirigen al senador Emilio Argüeso y a su círculo de amistades, que todavía conserva pese a su expulsión de la formación naranja. No en vano, el fichaje de muchos de esos cargos a las propias filas de Ciudadanos llevan su marca detrás. Argüeso fue uno de losa artífices de la implantación de los naranjas en la Comunitat Valenciana y uno de los principales cargos orgánicos hasta la llegada de Cantó, que pasó a un segundo plano, ya con el escaño de senador territorial.
Es evidente que el nexo de unión era Emilio Argüeso y que en los mentideros políticos se comentaba, desde hace tiempo, de una operación rescate que podría tener en cuenta a su círculo más cercano en el grupo municipal del Ayuntamiento de Alicante y en la edil de Elche Eva Crisol, que en más de una ocasión se les ha vinculado en un futuro con el PP, pese a que alguno de ellos lo ha negado. En el caso de Alicante, los más cercanos al senador son la vicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez, y el concejal de Cultura, Antonio Manresa, amistad de la que nunca han renegado y que en más de alguna ocasión han exhibido con alguna comida común. La diputada Yaneth Giraldo también está en ese estrecho círculo y sigue en la disciplina de Cs en las Cortes. ¿Hay algo? Que se pueda demostrar, no, pero sí que han existido muchos rumores sobre la continuidad de estos ediles fuera de la órbita de Cs.
Ahora bien, lo que queda claro es que si hubo promesa para alguno de ellos -o para los integrantes del grupo de no adscritos de las Cortes procedentes de Cs-, la caída de Hervías y de García-Egea aleja esa posibilidad, al menos, de momento, a falta de cómo se figura el futuro PP y qué pasa en los meses previos a las elecciones municipales y autonómicas.
En ese mismo prisma ha estado el alcalde de Sant Joan, Santiago Román, al que su futuro político se le han vinculado en muchas ocasiones con el PP, aunque él lo negó en una entrevista a Alicante Plaza. Hay que recordar que Ciudadanos tiene cinco alcaldías en la provincia de Alicante y cuatro de ellas se sustentan con pactos con el PSOE. En cambio, Cs da soporte al PP en la Diputación, en el Ayuntamiento de Alicante, y en municipios como Calp, El Campello, Mutxamel y Orihuela, aunque en esta última ciudad, como en El Campello, las relaciones no pasan por su mejor momento, como ha venido contando Alicante Plaza.
Sea cuál sea el desenlace de las relaciones entre ambos partidos, la cuestión es que la caída de Hervías supone un contratiempo a las aspiraciones de aquellos que soñaban con un aterrizaje en el PP de una manera más plácida para seguir con su trayectoria política. Ahora, se abre una nueva etapa.