ALICANTE. Ya existen soluciones robóticas que operan en el mercado, pero son minoritarias. Ofrecen sus servicio en la industria, en la restauración, turismo y la sanidad. Pero, ¿cuándo comenzarán a ser más visible en otros ámbitos? Este fue el dilema al que se enfrentaron los responsables de Bumerania, Isidro Fernández; de CFZ Cobots, Borja Coronado, y Idrha, Nicolás García, y Daniel Ibiza, de Aiudo. Todos ellos conformaron la segunda mesa del Foro de Innovación y Transformación Digital de Alicante Plaza, celebrado en el Distrito Digital, bajo moderación de la periodista de Innovación Sandra Murcia.
Antes de entrar en materia, cada una de los participantes en la mesa expuso las particularidades de su empresa. Idrha, como dijo Nicolás García, es una empresa de robótica del sector social, que se dedica a la fabricación de robots cuyo cometido es la rehabilitación de las personas; CFZ Cobots, según expuso Borja Coronado, se centra en la fabricación robots colaborativos para la industria y actualmente desarrolla un proyecto de 5G junto a Orange para diagnosticar el cáncer de piel en determinados pacientes; los robots de Bumerania ofrecen sus servicio en el sector de la restauración y los hoteles, también en el sector asistencial o para el Ministerio de Defensa. Y Aiudo, como ha explicado Dani Ibiza, es una empresa cuidado a mayores con presencia en España y Reino Unido.
Y con toda esta materia, Nicolás García ha expuesto que el gran problema que tiene su empresa a la hora de desarrollar sus proyectos de robots es la financiación y las certificaciones que deben recibir para que puedan entrar en el mercado; Nicolás Coronado ha reconocido que los robots tuvieron resistencia de los trabajadores al cambio porque consideraban que eliminaban puestos de trabajo, pero ha reconocido que la labor de los robots es colaborativa y, por tanto, suponen una oportunidad a las empresas para ser más eficientes en sus procesos de producción. Isidro Fernández, por su parte, ha defendido que el robot es una necesidad que crea el mercado y cuando una persona ya tiene un robot asistencial en su casa o en el trabajo, como en un restaurante, después ya no se desprende de él. Dani Ibiza ha defendido el capital humano de las empresas para que crezcan y consigan sus objetivos.
Fernández, de Bumerania, ha sido más contundente a la hora de asegurar que los robots no acaban con los puestos de trabajo; es más, cuando ya están instalados en una empresa ayudan a crear empleo y a que la empresa crezca. "Las personas deben creerse la función de los robots; generan valor y se ahorran tiempos", ha indicado. Coronado, de CFZ Cobots, ha considerado que los robots ya comienzan a familiarizarse en la industria y ha puesto el foco en lograr el equilibrio entre el odio que ahora generan actualmente los robots en determinadas actividades y el ADN innovador que debe tener cada empresa. Nicolás García, de Idrha, ha defendido que debería haber mayor colaboración público-privado entre las instituciones y las empresas que fabrican robots para ayudar a introducir a estas máquinas en diferentes instituciones, como ya sucede en algunos hospitales de la provincia de Alicante. Es decir, financiación y pedagogía para que los robots acaben conquistando diferentes sectores, sin destruir empleo; en todo caso, generar valor y eficiencia en las empresas.