'Feature Film About Life': El duelo en tiempo real

VALÈNCIA. Si Geranium abordaba el tema de los cuidados y el peso que suponía para las mujeres, Feature Film About Life se centra exclusivamente en la muerte, en el duelo y en la pérdida, la de un padre. De nuevo, una llamada que lo cambia todo. Una joven pasa la noche de fiesta con sus amigas en París y al regresar a casa su tío le comunica que su progenitor ha fallecido. Dejará todo en standby y se sumergirá en un viaje de vuelta a sus raíces, a su memoria a través del vacío que ha dejado una de las pocas personas que más la ha querido en su vida. 

La protagonista, Dovile (la debutante Agnè Misiūnaité, nótese que se llama como la propia directora) no tendrá ni siquiera tiempo para llorar. La muerte además de terriblemente dolorosa para el que se queda, también requiere un esfuerzo de pragmatismo. Hay que organizar el funeral, decidir un montón de cuestiones en apariencia insignificantes, pero que en ese momento resultan cruciales. Hay que hacer cuentas, mandar invitaciones, intentar que la ceremonia quede a la altura de las circunstancias de la persona a la que acabas de perder, encargar flores. 

La directora lituana Dovile Sarutyte se concentra precisamente en ese espacio de tiempo, el de la preparación de un funeral con todo lo que supone. Pero, también, mientras la protagonista se ve inmersa en esta espiral de burocracias interminables, habrá espacio para la memoria, para repensar al ser perdido. 

Sin duda, es uno de los hallazgos de esta pequeña (y al mismo tiempo tan emocionante) película, la forma en la que la ausencia nos retrotrae a los recuerdos, en este caso materializados en forma de vídeos en formato doméstico que el padre grabó a lo largo de su infancia a su hija para capturar los diferentes momentos de su evolución. La protagonista rememorará esos instantes capturados por la cámara casera de su progenitor en los que expresa su amor por ella, la necesidad de registrarla para aprisionar momentos aparentemente cotidianos y que en pantalla adquieren una significación expresiva tan viva, como al mismo tiempo fugaz y eterna. 

Esos momentos evanescentes se insertan dentro de la realidad de Dovile, subyugada en un sinfín de preparativos que no la dejan ni pensar en su propia pena. Durante el camino se sucederán las situaciones surrealistas junto a un amigo de la familia, Tadas (Kestutis Jakstas) que intentará acompañarla sin mucho éxito durante estos días cruciales, mientras su madre (Neelé Savičenko) se muestra incapaz de estar a la altura de las circunstancias. Por el camino se insinúan cosas, como que el padre era alcohólico. ¿Quién no lo es aquí?, contesta Tadas. Un problema sistémico silenciado que intenta ocultarse debajo de las apariencias. 

La directora novel muestra una extrema sensibilidad a la hora de acercarse a este instante en el que se rompe de forma inexorable aquello que nos une a nuestra identidad. ¿Qué fuimos y qué somos con respecto a nuestros progenitores? La mayoría de los recuerdos de la protagonista son felices, mostrando la armonía con su padre, las fiestas en las que toda su familia se divertía bailando y cantando durante los inicios de los años noventa. Estampas cotidianas que reflejan una forma de vida, un espíritu que se ha perdido para siempre. 

Hay momentos especialmente impactantes, como cuando Dovile regresa al hogar de su padre donde se tomaron todos esos vídeos y reconoce los espacios, los muebles y busca fotografías que lo definan para ponerlas en su funeral, en el que sonará ‘Song of a Sinner’, de Top Drawer, concentrando todas las sensaciones sin necesidad de palabras, algo que la película no necesita en ningún momento porque ahí están todas esas emociones contenidas para dejar constancia del estado de ánimo de la protagonista, atrapada en el seno de un entorno disfuncional al que ya no se siente unida y, al mismo tiempo, atada sin remedio a los recuerdos que la definen. 

Podríamos pensar que Feature Film About Life es una película deprimente, pero en realidad, no solo muestra un momento vital con extraordinaria precisión, sino que es capaz de enfrentarnos al duelo de la manera más real que nunca hubiéramos imaginado, con resignación, con pena, pero también con amor y con espíritu constructivo desde las cenizas.