ALCOY. “Espero que se humanice el trato en esta residencia, porque somos personas”. Así cerraba su declaración ante el juez la esposa de un fallecido en Domus Vi de Alcoy en octubre de 2019, antes de que se declarara la pandemia por Covid-19.
La segunda vista del juicio por la demanda interpuesta por familiares de residentes en Domus Vi de Alcoy que fallecieron durante la pandemia, celebrada este martes, ha permitido escuchar los testimonios de cinco familiares, quienes han echado la vista atrás para recordar que los problemas en el centro se remontan a antes del inicio de la pandemia. Así, entre las cuestiones apuntadas al respecto por diferentes testimonios está que en 2019 ya presentaron quejas ante la dirección del centro y que la falta de soluciones comportó que en noviembre de ese año se constituyera una plataforma de afectados, con una serie de reivindicaciones que suscribieron hasta 127 familiares de residentes en el centro. Han declarado cinco personas, un hijo, dos hijas, una nuera y una esposa, y todos han coincidido en la mala gestión ya antes de la pandemia.
Coincidiendo con las declaraciones de personas que han trabajado en Domus Vi Alcoy, falta de personal ha sido una cuestión reiterada, incidiendo en que los trabajadores “estaban súper cargados, y si encontraban otro trabajo se iban”, como también el trato que recibían por parte de las personas responsables y los reiterados brotes de gastroenteritis que afectaban a los residentes, “en un año se dieron cuatro y cada vez afectaba a 20 o 30 personas”, tal y como apuntó el hijo de una residente. Todo ello se encuentra entre los motivos de queja y que llevaron a la constitución de esa plataforma inicial, que en junio de 2020 se convirtió en asociación, ya con la vista puesta en poder recabar información e iniciar acciones legales. Respecto a los brotes de gastroenteritis, la esposa de un residente recuerda que cuando se daban “no dejaban entrar a los familiares, y una pregunta que siempre hemos hecho es la de por qué tantas veces, pero no hemos tenido respuesta”.
La hija de dos residentes en Domus Vi en Alcoy recuerda como su padre “estuvo con la cadera rota sin que le atendieran”, una situación que tuvo lugar antes de la pandemia, puesto que falleció en agosto de 2019. Según relató, a consecuencia de una caída mientras le duchaban sufrió una rotura de cadera, “para la ducha se necesitaban dos personas y no tenían personal. Me comunicaron que había caído pero que no tenía nada”, sin embargo esa misma mañana fue a visitarle y a simple vista comprobó que algo sucedía porque una pierna estaba más larga que la otra, “lo llevé al Hospital y tenía la cadera rota. Pero ellos no habían hecho nada, no lo diagnosticaron, lo vistieron y lo pusieron en la sala de estar”.
Reconoce que la directora le pidió disculpas y que despidieron al trabajador que había duchado a su padre, y pasó a describir más casos sufridos, como encontrarse a su madre en el suelo debajo de la cama o que a su padre le entraron dos veces la misma medicación, lo que podía haber generado problemas de no haber estado ella atenta. Su madre sí falleció a consecuencia de la Covid-19, “te daban información muy sesgada” y lamenta no haber podido visitar a su madre y despedirse de ella.
Respecto al mal funcionamiento del día a día en la residencia Domus Vi de Alcoy, el hijo de una residente que falleció el 30 de marzo de 2020 explica que un mes antes había tenido una revisión médica y que se encontraba bien, un mes después fallecía “me llamaron para decirme que la habían sedado, pero no me pidieron ningún consentimiento”. Recuerda que durante el verano de 2019 llegó personal eventual “que no se aclaraban ni vistiendo a mi madre”.
Los motivos económicos, detrás de muchos familiares que no han denunciado
La demanda ha sido interpuesta por 46 familiares de 18 residentes, de los 74 que perdieron la vida en la pandemia. Esta circunstancia ha comportado que desde la parte demandada se intentara que no declararan este martes los testigos que no formaban parte de la demanda, algo que el juez ha rechazado. Los motivos económicos están detrás de la mayoría de los testigos que declararon, ya que no tenían posibilidad de afrontar el coste que supone un proceso judicial, pero todos han dejado constancia de que no estaban de acuerdo con la gestión de Domus Vi Alcoy cuando tenían a sus familiares en el centro.
De hecho, el presidente de la asociación de familiares, José Luis García, ya había avanzado que los motivos económicos están detrás de buena parte de quienes no se han sumado a la demanda, así como quienes no se sentían con fuerzas para entrar en un proceso de estas características y que también hay familias con diferentes posturas y han optado por no denunciar.
El juicio, que se está celebrando en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Alcoy desde el lunes, sigue este miércoles con los testimonios de seis testigos de la parte demandada, que pertenecen a Quavitae, empresa gestora de Domus Vi. Las vistas se prolongarán hasta el 10 de octubre, cuando tendrán lugar las conclusiones, que se avanzan un día respecto al calendario inicial al darse una modificación en las comparecencias.