ELCHE (EFE). El Misteri d'Elx, patrimonio inmaterial de la UNESCO desde 2001, ha culminado este sábado los ensayos generales antes de la representación oficial de los dos próximos días, la Vespra y la Festa, en una sentida y emotiva sesión en la basílica ilicitana de Santa María tras dos años de cancelaciones por la pandemia sanitaria que ha contado con la presencia del president de la Generalitat, Ximo Puig.
Este segundo y último ensayo general antes de la representación formal del domingo y lunes se ha desarrollado en, quizá, la jornada de más calor del año en la Comunitat Valenciana y por lo tanto en Elche, donde los abanicos han aliviado en la medida de lo posible las altas temperaturas dentro del templo a los centenares de ilicitanos que han seguido las escenas.
Acompañado de varios conseller, como Raquel Tamarit de Cultura, Gabriela Bravo de Justicia y Rafa Climent (Economía Sostenible), y el alcalde de Elche, Carlos González, el president ha destacado que el Misteri se ha mantenido durante más de cinco siglos y que, por ello, representa "el núcleo de la identidad y de los valores" de esta tierra y refleja "las raíces profundas que unen al pueblo valenciano".
"Es un canto a la humanidad y tenemos que agradecer a los que durante tantos tiempo se han encargado de mantener viva la Festa", ha indicado Puig antes de sostener que el Misteri se convierte cada año durante estos días en el "epicentro" de la Comunitat Valenciana.
El alcalde ilicitano, Carlos González, ha resaltado por su parte la "alegría" y "emoción" que supone volver a escenificar esta obra medieval después de dos años "difíciles".
Otro de los cargos ilustres que ha asistido al ensayo ha sido el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, que ha vivido su primer Misteri desde que el pasado febrero llegó a la diócesis, y ha afirmado que la enseñanza de La Festa es que "las puertas del cielo están abiertas e invitan a caminar al futuro con confianza" durante "la peregrinación de la vida".
El Misteri d'Elx (también conocido como 'La Festa') es un drama sacrolírico de origen medieval con gran arraigo en la población ilicitana que escenifica varios de los pasajes de la vida y muerte de la Virgen María, y se representa cada 14 y 15 de agosto en la basílica de Santa María, con los títulos de La Vespra y La Festa, con dos sesiones previas dedicadas al ensayo general con público.
La representación se inició en el siglo XV y a mitad del XVI fue prohibida en el Concilio de Trento al igual que todas las demás representaciones en templos, pero la implicación de los ilicitanos y de las entidades religiosas de la ciudad logró que el Papa Urbano VIII otorgara en 1632 una bula especial para que volviera a escenificarse.
Actores y cantores no profesionales, todos ellos niños y adultos varones, participan en La Festa, cuyo texto está escrito en valenciano, exceptuando un salmo y algunos versos en latín, mientras que la música recoge piezas medievales, renacentistas y barrocas.
