ALICANTE. En un momento en que lo habitual es que los bancos cierren oficinas, tal como constata el último informe del IVF que cifra en 979 las oficinas que quedan en toda la provincia de Alicante (con 67 cierres en los nueve primeros meses de 2017), la apertura de una nueva sucursal que no implique un cierre previo puede considerarse toda una excepción. Pero es lo que está haciendo la entidad Eurocaja Rural, conocida hasta hace unos días como Caja Rural Castilla-La Mancha.
La entidad creada en Toledo, que no forma parte de ningún grupo de cooperativas de crédito, está en pleno proceso de expansión a la Comunitat Valenciana, y acaba de abrir también su primera oficina en València, tal como publicó Alicante Plaza el pasado mes de abril. En el caso de la provincia de Alicante, cuenta ya con ocho sucursales, y prepara la apertura de su primera oficina en la capital alicantina. Concretamente, en la avenida de Aguilera, en el local que antes ocupaba la tienda de muebles de cocina Yelarsan, que se ha trasladado a otro establecimiento en la misma avenida.
Fuentes de la entidad toledana confirman que su nueva oficina en la capital alicantina, que será la octava en la provincia, comenzará a funcionar la próxima semana. Se trata de la primera sucursal de Eurocaja Rural en la ciudad de Alicante, aunque ya tiene una notable implantación en la provincia, sobre todo en el interior. Así, está presente en La Cañada, Elda, Petrer, Pinoso, Salinas, Sax o Benilloba. En este último caso, además, la caja castellanomanchega vino a cubrir el vacío que había dejado el cierre de la oficina del Banco Sabadell, la única que operaba en el municipio de El Comtat, en junio de 2017.
Al contrario de lo que suele suceder con las cajas rurales, que se limitan a operar en su ámbito de influencia histórico (merced a un 'pacto no escrito' con otras entidades de su mismo grupo, sea éste Cajamar o la Asociación Española de Cajas Rurales-Grupo Caja Rural), la entidad originaria de Toledo lleva a cabo una ambiciosa política de expansión territorial que la ha llevado a superar las 370 oficinas y salir fuera de su comunidad autónoma de origen. Así, además de en todas las provincias de Castilla-La Mancha, Eurocaja Rural está presente en Madrid, en Ávila, en Alicante y ahora en València.
Fuentes de la entidad explicaban hace unos días a Alicante Plaza que, dentro de su política de expansión por nuevas provincias, "vimos necesario estar presente en la Comunitat, sin olvidar nunca nuestro apellido que va en nuestro ADN". Y ese no es otro que 'rural'. Cerca de un 10% de las oficinas de esta cooperativa castellanomanchega son la única referencia financiera en las localidades donde se asientan, como sucede en el caso de Benilloba.
La asamblea general de la caja, celebrada el pasado 20 de abril, aprobó el cambio de nombre de Caja Rural Castilla-La Mancha a Eurocaja Rural, a propuesta de su director general, Víctor Manuel Martín. Un cambio de imagen que responde al 'salto' de la entidad fuera de su comunidad autónoma de origen, y a la intención de modernizarla y seguir creciendo. Sus delegados aprobaron por unanimidad el Informe de Gestión y las Cuentas Anuales del ejercicio 2017, con un resultado antes de impuestos de 26,5 millones de euros y un activo total que a 31 de diciembre ascendía a 7.377 millones de euros, un 3,87 por ciento más que en 2016.