ALICANTE. Como "un baño de humildad" definía Fernando Estévez la derrota sufrida por su equipo a manos del Villarreal B.
El preparador del Eldense se mostraba autocrítico, apuntando a que si bien entendía que "habían perdido con la cabeza alta", lo anterior "no podía servir de justificación" y que "había cosas" que "debieron hacer mejor" como "el control de las transiciones", algo sobre lo que aseguraba que habían trabajado durante la semana.
Para Estévez, el partido había sido más parejo de lo que el resultado reflejaba (lamentaba el penalti marrado, pues entendía que un 3-2 se hubiese ajustado mejor lo sucedido sobre el verde de La Cerámica), una idea que apoyaba en el número de finalizaciones de uno y otro equipo que arrojaba la estadística del choque: el Villarreal B disparó a puerta en 11 ocasiones, 6 de ellas entre los tres palos, mientras que el Eldense lo hizo en 9, 4 de ellas entre los tres palos. Para el técnico azulgrana fue la mayor calidad de los jugadores rivales lo que terminó decantando la balanza en su favor. Y es que Estévez no le ponía "un pero" a los suyos en cuanto a entrega, destacando también que hasta siete de ellos hubieran jugado fuera de su posición durante del duelo sin rechistar o que terminaran el partido con nueve hombres por los problemas físicos de Doué, del que avanzaba que sufre un esguince de grado II, y de David Timor.
"Hemos aterrizado", añadía el entrenador del Eldense antes de agradecer el apoyo de los aficionados azulgranas desplazados hasta Vila-real.