ALICANTE. Atalayas, Pla de la Vallonga, Serreta... El debate sobre las posibilidades de expansión industrial de Alicante comienza a tener emplazamientos y cifras concretas. La elaboración del llamado catálogo de protecciones, que servirá de base para la redacción del nuevo Plan General Estructural, ya ha permitido que los técnicos de la Concejalía de Urbanismo delimiten las opciones más probables para canalizar la creación de suelo empresarial con una bolsa global de más de 1,5 millones de metros cuadrados, según el edil del área, Miguel Ángel Pavón (Guanyar). Todo, al margen del que ya está desarrollado, urbanizado y listo para la implantación de cualquier interesado en el APD-21, en las Unidades de Actuación comprendidas entre la carretera de Ocaña y el cementerio y en el llamado Plan Parcial del sector 1/3 de la calle Trento. En su conjunto, esas tres zonas suman un colchón de unos 530.000 metros cuadrados de parcelas libres.
En realidad, gran parte de las previsiones de crecimiento ya estaban contempladas en los trabajos de revisión del PGOU de 1987 que impulsó el urbanista Luis Cantallops, primero, y el arquitecto Jesús Quesada, después, sin que ninguna de sus propuestas llegase a entrar en vigor.
Se trata, en primer lugar de favorecer la ampliación del polígono de Las Atalayas -fundamentalmente sobre terrenos propiedad del Ministerio de Fomento, a través del Sepes- para que pueda llegar incluso a duplicar su superficie actual, de modo que pasaría de uno a dos millones de metros cuadrados. La última revisión del catálogo de protecciones (de la que se acaba de cerrar su exposición al público con 95 alegaciones), ya contempla una modificación que ampara el crecimiento del polígono en unos 70.000 metros cuadrados justo entre el borde este del recinto industrial y las llamadas Lomas de las Atalayas (una elevación, zona de monte, un hito protegido por la Generalitat, según Pavón).
Además, se retira la propuesta de protección que se preveía en la primera versión de ese catálogo para otra zona de 360.000 metros cuadrados situada entre el borde oeste del polígono y el cauce de la rambla: un obstáculo orográfico que lo delimita. Según Pavón, es cierto que en la propuesta de Quesada se llegaba a plantear su encauzamiento, lo que permitiría ganar otros 120.000 metros cuadrados. Pero, en principio, no se trata de una opción que los técnicos barajen ahora por su alto coste y por las dudas sobre su funcionalidad. Tampoco se baraja delimitar esos suelos del entorno del polígono como parque natural municipal como sí hacía la propuesta de Quesada, lo que implicaba compensar a sus propietarios con aprovechamientos urbanísticos en otros puntos del término municipal (una de las supuestas irregularidades que se investiga en el caso Brugal en el que Quesada está imputado).
Además, según Pavón, también se contempla otra zona de posible expansión de otros 470.000 metros cuadrados hacia las sierras de Sancho y Borbuño, de la que la Torre de Borbuño (un Bien de Interés Cultural) quedaría al margen y seguiría protegida. "No es cierto que no se permita ampliar el polígono ni que se asfixie el suelo industrial, es un bulo infundado que no entiendo muy bien de dónde sale; primero porque el catálogo de protecciones no ordena el suelo, sólo plantea suelo susceptible de quedar protegido; y segundo porque, además, ya hemos relajado esa propuesta de protección inicial", insistió Pavón.
En el PGOU vigente, de 1987, todo ese suelo está considerado como suelo no urbanizable común, lo que implica que, para su desarrollo como suelo industrial, habría que promover su recalificación bien a través de una modificación de ese PGOU actual o en la redacción del nuevo. En ambos casos, el trámite requiere de aprobación por parte de la Generalitat que, en principio, "no tendría por qué plantear problemas". Con todo, según Pavón, ese entorno está incluido en el Plan de Acción Territorial Forestal (PATFOR).
También se contempla un posible crecimiento del polígono del Pla de la Vallonga hacia el centro penitenciario de Fontcalent. Siempre que el Ministerio del Interior lo permitiese, en todo ese ámbito también se ha retirado la propuesta de protección para una gran extensión de terreno de 500.000 metros cuadrados, que salvaría el entorno de la laguna de Fontcalent.
Por último, se contempla incluso la posible incorporación de suelo industrial en el sector de La Serreta, justo donde la Generalitat trató de promover la implantación de un nodo logístico (tumbado definitivamente en 2013 por el Tribunal Supremo tras el recurso de un particular a cuenta del proceso de expropiación del suelo) y donde se baraja ahora la posible ubicación de la llamada zona franca que impulsa la Diputación Provincial. "Es una ubicación interesante que se puede estudiar si se plantea su desarrollo; de hecho los técnicos municipales también se han planteado incorporarlos siempre que se deje fuera la Serreta propiamente dicha, que es un hito protegido", sostuvo.
La propuesta del estudio encomendado por la Diputación a PriceWaterhousCoopers habla de una zona de 700.000 metros cuadrados (delimitadas de forma errónea como Las Atalayas). Pavón no llegó a concretar qué superficie podría ampararse como suelo industrial en el futuro Plan General.