ELCHE. "El partido es muy importante y quiero que los afrontemos y vivamos como una final; no va a ser definitivo para ninguno de los dos equipos porque quedan más puntos por disputarse, pero por nuestra cabeza solo pasa el darle la importancia de final y así quiero que ocurra con los siguientes también". En esos términos se manifestaba el técnico del Elche, Fran Escribá, respecto al choque de este miércoles ante el Real Valladolid, un rival directo que aventaja a los franjiverdes en un punto (con un encuentro menos; el que le enfrentará al Athletic la próxima semana) y que como ellos se encuentra en la zona de descenso.
Como era de esperar, la comparecencia previa al citado duelo pivotó sobre la sorprendente suplencia del meta Edgar Badía el domingo en Pamplona, las razones que llevaron al técnico valenciano a tomar esa decisión y si seguirá apostando por Paolo Gazzaniga. Escribá se esforzó en dejar claro el cambio "no respondió al error del barcelonés en el segundo gol en Huesca" y enmarcaba el mismo en la "gestión de grupo": "Gazzaniga es un excelente portero, con una gran carrera detrás y que entrena muy bien; el Osasuna iba a jugar con mucho centro lateral y pensé que era el meta ideal; hizo un partido correcto y en los goles no pudo hacer nada; lo mismo que puedo decir de Edgar en muchos encuentros", señalaba el preparador franjiverde para, a continuación, proclamar su satisfacción porque tiene "dos porteros muy preparados" y advertir que "siempre saca el mejor once posible para cada encuentro" y solo ese "será el criterio para elegir a los futbolistas" de cara al duelo de este miércoles.
Escriba, que lamentó contar con apenas 72 horas para preparar la final contra el Valladolid, a diferencia de los diez días con que han disfrutado los blanquivioletas, entendía que el conjunto que entrena Sergio González le confiere al choque "la misma importancia" que ellos, al tiempo que se refería al vallisoletano como "un equipo muy honesto y disciplinado, que se parece a nosotros y tiene mucha gente interesante".
Preguntado por algunas de sus afirmaciones tras la derrota ante el Osasuna, en las que proclamaba "su descontento" y venía a sugerir falta de intensidad e incluso de actitud en algunos jugadores, el técnico del Elche las matizó parcialmente, explicando que entendía que los suyos "no habían dado todo" lo que tenían "dentro" e "hicieron cosas que habían hablado que no se debían hacer, al tiempo que no hicieron otras que sí debían".
Escribá aseguraba que el vestuario "es optimista" y "está fuerte" y que no cree que "la responsabilidad y tensión" les pueda "atenazar": "Venía de una racha muy mala durante muchos meses y salió de ella, por lo que confía en que lo volverá a conseguir", decía el entrenador franjiverde, que proclamaba que no están "muertos" y que les tendrán que "matar".
"Veo un partido muy igualado y difícil, pero tendremos muchas opciones si rendimos al nivel que lo hemos hecho en casa anteriormente", insistía Escriba, que también lamentaba el no poder contar con el apoyo de los aficionados en las gradas del Martínez Valero: "Somos de los que más hemos perdido, pero ya nos hemos acostumbrado", respondía Escribá cuando se le interpelaba por el hecho de que no vayan a tener ese factor a favor en los cinco encuentros que han de disputar todavía como locales.
Por cierto, el técnico valenciano manifestaba su oposición a la Superliga: "Me gusta mi competición, la Liga y también me gusta ganarme la participación en competiciones europeas por méritos propios, no por invitación o por un derecho de pernada", sentenciaba.