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Escif, Shepard Fairey y otra veintena de artistas llenan las calles de solidaridad con Palestina

Un grupo internacional de creadores ha interpretado con dibujos las imágenes de fotoperiodistas destacados en Gaza. Las obras están disponibles gratuitamente para que cualquier persona pueda distribuirlas en su ciudad

21/12/2023 - 

VALÈNCIA. Un llamamiento a “imprimir y pegar”. Todos los ciudadanos estamos invitados a participar en la iniciativa Unmute Gaza, impulsada por un grupo de artistas visuales de todo el mundo para expresar la solidaridad con el pueblo palestino y rendir homenaje al trabajo que llevan a cabo sobre el terreno los fotoperiodistas que se juegan la vida para informar sobre el asedio y la crisis humanitaria que sufren los habitantes de esta región de Oriente Próximo desde hace más de dos meses. 

La idea de fondo de este proyecto es poner en relación tres planos diferentes que funcionan como una cadena. Por una parte está la realidad de lo que está sucediendo en Gaza, que nos llega a través de la mirada de los fotoperiodistas. Los reporteros Belal Khaled, Mahmoud Bassam, Sameh Nidal-Rahmi y Saher Alghorra han puesto sus instantáneas a disposición de los artistas, cuyo trabajo ha consistido en interpretar las fotografías con bocetos y pinturas, pero siempre tratando de mantenerse fieles a la imagen original. La tercera pata está constituida por los “activistas y ciudadanos que a nivel individual sienten la necesidad de manifestarse y expresar su descontento y desaprobación ante el silencio abrumador de nuestros gobiernos”. Cualquier persona puede entrar en la página www.unmutegaza.com y descargar de forma gratuita las obras producidas, con el objetivo de que las impriman y las peguen en las calles de su ciudad.

Dado que el propósito de esta iniciativa es apoyar el trabajo de los fotoperiodistas y ampliar el alcance de la difusión de su mensaje, las impresiones no llevan la firma del artista, solo el lugar donde se tomó la imagen y su autor. 

El artista urbano valenciano Escif es uno de los impulsores de este proyecto, que inició sus primeras acciones hace algunas semanas, aunque no se presentó oficialmente hasta ayer, coincidiendo además con la noticia de la adhesión del reconocido artista norteamericano Shepard Fairey (Obey). El lanzamiento ha venido acompañado de un cortometraje donde se resumen las primeras intervenciones llevadas a cabo en 31 ciudades de 21 países del mundo (entre ellas València). Por el momento, el listado de artistas vinculados a Unmute Gaza incluye 24 nombres, entre ellos varios españoles como el propio Escif, el sevillano Miguel Brieva y la artista avilesa asentada en València Raquel Aparicio.

La acción que ha generado más “ruido” hasta el momento realizada en el Museo Guggenheim en Nueva York el pasado mes de noviembre, en la que se llegó a cerrar temporalmente las puertas del centro expositivo. “A fecha de hoy no hemos podido documentar ningúna acción de Unmute Gaza en Israel. De todos modos, hasta ahora solo se ha producido un seguimiento orgánico de esta campaña gracias al eco que han hecho los artistas desde sus plataformas. La cosa solo ha empezado a crecer. A ver lo que pasa”. “Unmute Gaza surgió de un grupo de amigos artistas y fotoperiodistas de diferentes países al ver que, así como otras crisis humanitarias provocaron una reacción unánime por parte de la cultura y los medios de comunicación en contra de la barbarie, en el caso de Gaza ha habido un silencio arrollador”, nos explica Escif por teléfono.

Cancelaciones en el mundo del arte

“Apoyo a Unmute Gaza porque soy pacifista -publicó ayer en su página web Shepard Fairey- Me uno a muchos otros que exigen un alto el fuego inmediato en Gaza. (...) La mayoría de los medios de comunicación occidentales no están interesados en dar cobertura al sufrimiento en Gaza que se ha cobrado la vida de unos 18.000 civiles palestinos, muchos de ellos mujeres y niños. Hay muchos fotoperiodistas que trabajan con valentía en Gaza para arrojar luz sobre las consecuencias humanas reales de la ofensiva de Israel”. El creador de Obey ha participado en este proyecto con una obra inspirada en el retrato de un niño herido realizado por Belal Khaled. “Me siento moralmente obligado a amplificar el mensaje de la fotografía de Belal y su título “¿Puedes escucharnos?”.

Foto: subvertisingnorway

El posicionamiento de Fairey es importante, si tenemos en cuenta que la expresión pública de empatía con el pueblo palestino ha traído represalias para muchos artistas en todos los ámbitos -recordemos, por ejemplo, que la agencia de Susan Sarandon anunció recientemente que dejaba de representar a a actriz por haber intervenido en una manifestación en Washington organizada por el Colectivo Feminista Palestino-. “Los artistas expresan su solidaridad con Palestina arriesgando sus medios de vida para hacerlo. En las últimas semanas, la Galería Lisson pospuso a Ai Wei Wei, el Museo Saarland canceló a Candice Breitz y el editor de Art Forum, David Velasco, fue despedido debido a una carta abierta sobre Gaza”, recuerdan desde Unmute Gaza. “Para mí, este proyecto no sólo es relevante por romper el silencio y denunciar la situación de Gaza en la calle, sino también por el hecho de que cada artista implicado está dando un paso al frente para posicionarse”, añade Escif.

“No creo que el mensaje de los fotoperiodistas se refuerce en sí mismo con la interpretación que hacemos los artistas, pero sí creo que el cambio de lenguaje expresivo sí que implica un cambio de plano y sobre todo de frecuencia -continúa el artista valenciano-. El mensaje de la foto es directo y utiliza el tiempo de la inmediatez, mientras que el del dibujo usa el tiempo de la pausa y la contemplación. Las obras que llegan finalmente a la calle invitan a la gente a pararse un segundo delante de ellas y reflexionar sobre lo que se está viendo. Ese juego de temporalidades es una de las claves de este proyecto y de por qué pensábamos que era interesante que las imágenes pasasen por este proceso creativo previo”.

64 informadores muertos

Hasta el 17 de diciembre, el Comité para la Protección de Periodistas ha declarado la muerte de 64 periodistas y trabajadores de medios, 57 palestinos, 4 israelíes y 3 libaneses; convirtiendo a Gaza en uno de los conflictos más mortíferos para periodistas en la memoria reciente. “Mientras tanto -reza el comunicado de Unmute Gaza-, Reporteros Sin Fronteras acusa a Israel de cometer crímenes de guerra contra periodistas que están proporcionando un control crítico sobre la propaganda en una era de noticias falsas”. 

Foto: Tenzin Kelsang

La cobertura de este conflicto no solo implica sortear las bombas, sino también la censura. “Es el mayor ataque contra la libertad de prensa que ha vivido nuestra generación -señala por su parte Vicent Marco, presidente de la Unió de Periodistes Valencians- No se trata solo de controlar, censurar o manipular a los medios; en este caso, se está asesinando a los periodistas y fotoperiodistas por el simple hecho de serlo. Es un atentado contra el mandato de la ONU, que insta a garantizar que los periodistas puedan trabajar en libertad y con seguridad. Y responde a algo tan básico como querer silenciar cualquier información libre. Los periodistas, reporteros, cámaras y fotógrafos sobre el terreno son nuestros ojos, sin ellos, en un momento en el que los bulos se adueñan del relato, es imposible conocer la realidad de lo que en Gaza está pasando. Desde la Unió de Periodistes Valencians convocamos el pasado 21 de noviembre una concentración para denunciar la situación, y condenamos enérgicamente los ataques de la prensa cometidos por el ejército israelí”.

Sobre la “parcialidad” pro-palestina

Conscientes de que se les puede acusar de retratar únicamente una parte de la historia, el colectivo Unmute Gaza replica que, efectivamente, “cada vida importa”. “Nos consideramos humanitarios. Nos solidarizamos con todos los pueblos oprimidos, incluido el pueblo palestino, y defendemos la dignidad inherente de las personas. Nos oponemos al colonialismo de colonos. Nos oponemos a toda forma de racismo, incluido el antisemitismo, la islamofobia, la lucha contra la negritud, la xenofobia, la supremacía blanca y la intolerancia. La suposición de que defender la dramática situación del pueblo palestino significaría ser antisemita es un disparate. Los palestinos son un pueblo semita. Su población estaba formada principalmente por musulmanes y cristianos, y también por comunidades históricas de judíos palestinos”.

Por último, desde el colectivo se insiste en que este proyecto no solo tiene la intención de denunciar el bombardeo indiscriminado de civiles en Palestina, “sino también busca el reconocimiento de las diferentes formas de violencia que están fomentando la limpieza étnica en Gaza, como bloquear el acceso a recursos esenciales como alimentos, energía o medicinas, así como forzar desplazamientos masivos de la población”. “Esta iniciativa tiene como objetivo contrarrestar la narrativa de operaciones militares asépticas que utilizan etiquetas como “animales humanos” y “terroristas bárbaros irracionales”. Además, busca contextualizar estos acontecimientos dentro del marco histórico de la dinámica colonial de la ocupación (desde 1948) y las condiciones de apartheid (reconocidas por la ONU y organizaciones internacionales de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch) que Israel impone a los Palestinos”.

Esta no es la primera vez que los dibujantes y artistas plásticos se alinean con el cometido que llevan a cabo los periodistas y fotoperiodistas que informan desde Palestina. La referencia más evidente en este sentido es Banksy, aunque al caminar -por la parte de Belén (Cisjordania)- junto al muro de ocho metros de altura construido por Israel se pueden ver poemas, plantillas y grafitis de muchos otros artistas, tanto palestinos como del resto del mundo. En comparación, pocos occidentales han tenido la oportunidad de acceder a Gaza para contar con dibujos lo que han visto de primera mano.

Si de lo que hablamos es de cómic periodístico o novelas gráficas de no ficción, el referente fundamental es Joe Sacco (Malta, 1960), del que a su vez bebe, con un estilo más amable, el canadiense Guy Delisle (Crónicas de Jerusalén). Los métodos de documentación e investigación previa de Sacco difieren muy poco de los de cualquier corresponsal de prensa o televisión -las historias que relata están basadas tanto en fotografías que toma él mismo como en los testimonios de multitud de personas a las que han entrevistado en persona previamente y que suelen ser ciudadanos anónimos-. 

Muchas personas en Occidente tomaron conciencia del alcance de la injusticia cometida con los ciudadanos de Gaza y Cisjordania gracias a obras como Palestina (1993-1995) -reconocida en los American Book Awards 1996- y Notas al pie de Gaza (2009), en el que realiza un trabajo de recuperación de memoria histórica sobre las matanzas ocurridas en Khan Yunis y en Rafah (Gaza) en 1956. En 2012, Sacco publicó Reportajes, volumen que incluía un capítulo centrado en la guerra subterránea librada en los túneles palestinos de ciudades como Rafah, situada junto a la frontera con Egipto. La misma ciudad en la que ahora mismo se agolpan decenas de miles de civiles que sufren hambre, sed y desesperación ante la impasividad de gran parte de la comunidad internacional. 

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