entrevista a joaquín rodríguez, director del aeropuerto de valència

"En València podría tener cabida un vuelo transoceánico como el de Nueva York"

Foto: EDUARDO MANZANA
25/06/2022 - 

VALÈNCIA. Después de dos años marcados por las restricciones a la movilidad forzadas por la pandemia, el aeropuerto de València retoma poco a poco la dinámica de crecimiento que se truncó por la pandemia. El final de las restricciones y la proximidad del verano están propiciando una recuperación explosiva de la industria turística que, en el caso concreto del aeropuerto valenciano, está cerca de igualar incluso el récord de pasajeros que logró en 2019, año en el que pasaron por sus instalaciones 8,5 millones de pasajeros.

A pesar de que su recuperación es la más evidente de entre todos los grandes aeropuertos de la red de Aena, su director, Joaquín Rodríguez, opta por la prudencia. Es una de las lecciones aprendidas después de dos años en el que tanto las reservas de los pasajeros como la oferta de asientos de las aerolíneas han estado sujetas a continuos vaivenes. 

A su juicio, la acelerada recuperación se debe a su buena aceptación internacional como destino y las compañías aéreas "lo saben". De hecho, el aeropuerto acaba de ser distinguido como el mejor de Europa en su categoría. Además, la oferta de asientos para este verano ya supera a la de 2019 y para la temporada de invierno ya se ha anunciado la apertura de nuevas rutas como Estocolmo.

Si la dinámica se mantiene, el momento invita a pensar en la captación de un vuelo transoceánico, con Nueva York como primera opción, algo en lo que el responsable de Aena trabaja conjuntamente con los organismos de promoción local porque está convencido de que València reúne las condiciones para que alguna aerolínea vea rentabilidad en ese vuelo.

–València casi ha igualado en mayo los datos de tráfico mensuales previos a la pandemia y en el acumulado de los cinco primeros meses ya ha recuperado el equivalente al 85% del mismo periodo de 2019. ¿Se igualarán este año las cifras previas a la pandemia?

–Los datos que tenemos a día de hoy son muy positivos e ilusionantes. En mayo hemos recuperado los datos del año 2019, estamos en un 99% en pasajeros y un 100% en operaciones respecto a ese año. Hemos sido el aeropuerto de la red de los de mayor tamaño que mejor ha recuperado en mayo. Lo que nos espera durante el verano también es muy positivo porque tenemos una oferta para la temporada de verano de 7.200.000 asientos, que supone un 12% más que en 2019. Si la ocupación se comporta de forma adecuada, que ahora mismo está cada vez subiendo más, nos podemos quedar bastante cerca. Pero es difícil saberlo y esta pandemia nos ha enseñado también a que debemos mirar el futuro con precaución porque la covid sigue por aquí, la inflación nos puede afectar y la guerra en Ucrania, aspectos que no sabemos cómo van impactar.

Foto: EDUARDO MANZANA

–¿Esperaba una recuperación tan fuerte y rápida?

Estoy muy contento con la situación. Conozco el potencial que tiene València y el interés que tienen las compañías aéreas por operar aquí. Desde el principio sabía que, dentro de lo que nosotros podemos controlar y de lo que el transporte aéreo puede hacer en una situación global, que València iba a tener una recuperación buena. Están siendo muy buenos, no sabría decir si es mucho mejor de lo que esperábamos, pero sí muy buenos.

–Muchas de las rutas que se dejaron de operar durante la pandemia ya han anunciado su vuelta y se han sumado nuevos destinos como Estocolmo o Nuremberg, de entre los que aún no han vuelto, ¿cuál es el más esperado?

–Tenemos muy buena conectividad con Europa, principalmente con Italia, Alemania, Francia, los Países Bajos... Ahora hemos potenciado Austria, también Bélgica. Con el Reino Unido tenemos una relativa buena conectividad. Un área geográfica muy interesante para la región y para el aeropuerto son los países nórdicos. Es un reto que tenemos. Este verano ya tenemos una ruta directa con Oslo y tenemos destinos como Estocolmo. Los países nórdicos son un objetivo que hemos hablado y estamos trabajando con con Visit Valencia para tratar de potenciar, con nuestros equipos de Madrid de marketing aeroportuario, esa zona. Son mercados que no están muy explotados en València y que tienen un gran interés para nosotros.

–¿Cree que la rebaja de tarifas de Aena se prolongará también a 2023 para paliar el impacto de la crisis por la guerra de Ucrania?

–No sabría decirlo porque habrá que ver cómo evoluciona la inflación y la crisis. Desde que se inició la pandemia, Aena ha tratado de de ser solidario y generoso con el sistema, con la industria en general. Desde el primer momento se establecieron reducciones de tasas para potenciar una mejor recuperación. Durante esta temporada de verano hemos seguido apostando por esa recuperación de tasas para ayudar a las compañías aéreas. Creo que, si es necesario y la industria y el sector lo requiere, AENA volverá a estar en esa línea. Veremos qué nos encontramos el invierno que viene, pero durante la pandemia y durante la recuperación Aena ha sido solidaria y generosa con el sector y que creo que esa es la línea de trabajo y de acción que se planteara también en el futuro.

—De no ser así, ¿qué impacto tendría sobre los planes de operación de las aerolíneas?

–Una cosa muy importante que hay que destacar es que las tarifas de AENA y de los aeropuertos españoles son de las más baratas de Europa. Los aeropuertos de AENA tienen las tarifas más competitivas que se pueden encontrar en el Reino Unido, en Francia, en Alemania... Partimos de un punto de buenas condiciones. España es un destino que a las compañías también les interesa porque sus vuelos funcionan. Es verdad que las tasas son un coste que hay que asumir y cuanto menor sean, mayor rentabilidad, pero también es cierto que el destino y la demanda que tenga es importante. España y València en particular es un destino que la gente quiere conocer y ahí está nuestro fuerte, en ser un buen destino y en que los pasajeros quieran venir aquí. Al final, dentro del coste del billete, las tasas son la mínima, mínima, mínima parte.

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–A pesar de la incertidumbre y la inflación, la recuperación del turismo y de los viajes en avión en particular está siendo explosiva, ¿cree se está recogiendo el efecto de una demanda atrasada?

–Los dos años que hemos vivido no se borran. Todos hemos tenido que limitar nuestras actividades cotidianas y evidentemente la gente quiere recuperar eso. Ahora sí se dan muy buenas condiciones y la gente ha visto el momento de salir. Creo que tiene que ver bastante con la recuperación, la apertura y el periodo vacacional. Siempre ha sido una temporada de mucho movimiento en los aeropuertos, pero en este caso viene reforzada por un periodo que no hemos podido hacerlo.

–¿Cree que la demanda se enfriará tras el verano?

–La inflación nos va a afectar a todos. Los niveles de inflación van a afectar a nuestro día a día y que evidentemente tenemos que ser cautos en decir qué va a pasar el próximo invierno porque la inflación es un hecho muy importante que afecta a las familias y evidentemente al transporte aéreo también le va a afectar.

–La programación de las aerolíneas puede ser un indicador de la situación en los próximos meses, ¿qué conclusiones saca por lo que conoce ya de la temporada de invierno que se inicia a finales de octubre?

–A día de hoy no es un indicador real porque conforme vaya avanzando el verano y vayan generándose reservas, las compañías van a ir adaptando sus operaciones. Si fuese una situación global normal, con una economía estable y una situación sanitaria normal, sí tendría una fiabilidad, pero a día de hoy es irreal. Lo que nos transmiten las compañías es positivo, pero hay que ser cautos porque está la inflación, el tema sanitario y la guerra.

–¿Cree que el vencimiento de las coberturas de combustible constituidas por las aerolíneas europeas en los próximos meses puede reflejarse en un aumento generalizado de las tarifas?

El coste del combustible está en torno al 30%-35% del coste para una aerolínea. Evidentemente, si se produce un incremento de costes en la operación de ese vuelo, tiene que verse reflejado en el precio del billete. Eso es un hecho natural. Si la inflación y los precios de los combustibles siguen en estos niveles, pues más tarde o más temprano subirán. Es cierto que las compañías hacen una previsión de precio de como máximo un año. A partir de ahí, irán caducando y tendrán que ir actualizando sus costes. Con los precios que tienen ahora no están cerrando precios para el futuro porque, con los precios actuales, los que les dan son más caros de los que hay ahora. Por lo que nos transmiten las compañías, es un tema muy importante y que evidentemente hay que tener en cuenta.

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–La posible subida de tarifas más caras, la alta inflación y el deterioro del poder adquisitivo llevarán necesariamente a un enfriamiento de la demanda actual de viajes en avión, ¿cómo afecta este hecho a la infraestructura? ¿trabajan con ese escenario?

–Nos queda la variable de las ganas de vivir experiencias nuevas que esperamos compense todo eso. Una de las cosas que que hemos aprendido durante estos últimos dos años es a ser flexibles. AENA y los trabajadores del aeropuerto hemos hemos aprendido y hemos demostrado que podemos ser flexibles. No vamos a vivir nada parecido a lo que vivimos el año pasado y el anterior. Pero lo que se hace al final es gestionar la demanda, adaptamos nuestros servicios a la demanda que se va produciendo. Gestionaremos esta situación dependiendo de lo que nos vaya viniendo. Vamos monitorizando la demanda con bastantes meses porque nos es útil para prever qué va a ir pasando. Conforme vayamos acercándonos a la fecha irá teniendo una mayor fiabilidad y en base a eso iremos reacondicionando nuestros servicios para adaptarnos.

–El Ministerio del Interior ha anunciado un refuerzo de 500 agentes en los controles, parte de los cuales irán a València, para agilizar el tiempo de paso, ¿cuál es la situación de València?

–El incremento del tráfico provoca que se puedan producir esperas mayores a las que podíamos tener hace un año. En València no estamos teniendo problemas importantes. Es verdad que, en ciertos momentos que tenemos mayor acumulación de vuelos internacionales con una necesidad de control policial sí hay una cierta espera, pero son razonables dentro de un proceso de control policial. No estamos teniendo demoras importantes, pero València tendrá su parte proporcional de este refuerzo anunciado por el Ministerio de acuerdo con la incidencia que tiene el tráfico internacional en nuestro aeropuerto. Nosotros vamos gestionando con ellos los medios que tienen, compartimos mucha información con la Policía para que estén actualizados en lo que va a pasar en el aeropuerto con mucha más antelación y luego con información más concreta y más real para que puedan adecuar sus medios a las necesidades del aeropuerto. Trabajamos semana a semana con ellos para tratar de ajustar lo mejor posible los medios que ponen a disposición de estos controles.

Uno de los aspectos que más ha distorsionado los controles de la Policía de los aeropuertos, ha sido el Brexit. La salida de Reino Unido y pasar a ser un tercer país evidentemente ha hecho que en España, los aeropuertos donde el pasajero del Reino Unido es muy importante sean los que más están sufriendo. En València, el mercado del Reino Unido es importante, pero está al nivel prácticamente del alemán, holandés, francés... No tenemos un impacto tan importante de este mercado, con lo cual hemos conseguido absorberlo bastante mejor que otros aeropuertos, que a lo mejor tienen un 30 o un 40% de pasajeros británicos.

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–¿Cree que esa situación que se iba a producir con el Brexit se ha previsto bien?

–Creo que sí se ha trabajado bastante, se han implantado infraestructuras en los aeropuertos para atenderlo, pero es verdad que ha habido un incremento de tráfico muy importante. El Ministerio ha anunciado este refuerzo para los meses de mayor demanda y esto va a ayudar mucho a normalizar la situación.

–¿Ha aumentado el tiempo medio de paso de los pasajeros por las líneas de control de València?

–Aquí no ha sido relevante. Si nos comparamos con lo que pasaba en 2019, no está siendo relevante.

—La pasada Semana Santa más de 3.000 pasajeros perdieron su vuelo en Barajas por este motivo según la ALA, ¿existió este problema en València?

–No. Puede haber cosas puntuales de un día concreto. Evidentemente, cuando llegan cinco vuelos a la vez se producen esperas, pero son esperas razonables y no hay nada fuera de lo normal.

–El Aeropuerto trabaja estrechamente con organismos como Visit Valencia, que ha centrado su objetivo en reforzar las conexiones con Escandinavia y captar un vuelo transoceánico, ¿qué opina de esos planes y de las opciones de que se materialicen?

–Lo seguimos comentando con ellos y ponemos el foco en las compañías que lo pueden hacer. Analizamos las compañías, se contacta con ellas y de hecho, por parte de Visit Valencia y de AENA, en el congreso Routes Europe vamos juntos a muchas reuniones porque de cara a las compañías es un trabajo común y efectivamente el destino del vuelo transoceánico a Estados Unidos sigue siendo una de nuestros focos. Seguimos trabajando e intentando convencer a las compañías de que vengan. El vuelo con Estados Unidos es un vuelo que pide la sociedad y València puede ser un destino en el que ese vuelo funcione. Seguimos trabajando en ello, trabajando con las compañías que lo puedan operar y esperemos que algún día alguna compañía muestre interés en el aeropuerto.

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–Demanda para al menos un vuelo de temporada sí existe…

–Existe hoy y existía en 2019. El tema es que las compañías aéreas, en los vuelos transoceánicos, funcionan mucho entre su hub, entre sus aeropuertos nodales. La operativa transoceánica requiere una ocupación muy alta para que el vuelo sea rentable, porque evidentemente los costes son muy elevados. Entonces, que las compañías lo hagan punto a punto, es raro. Hasta ahora ha sido raro. En las últimas semanas hemos visto varios anuncios de vuelos de compañías americanas a Canarias, Palma de Mallorca o las Baleares. Esto no había sido normal hasta ahora o se había hecho puntualmente. Entonces, creo que València es un destino en el que efectivamente podría tener cabida un vuelo transoceánico y que las ocupaciones serían buenas. València también es un destino que genera mucha industria, con un desarrollo económico es muy importante ya no solo el tema turístico, sino en otros aspectos de la sociedad que que son muy interesantes. Al final estos vuelos también buscan que haya un tráfico periódico no solo estacional y que además haya una demanda alta de pasajeros business porque garantizan el mantenimiento de los costes del vuelo. Sé que es complicado conociendo la industria y cómo se mueven las compañías, pero creo que tenemos que seguir insistiendo y seguir trabajando en esa línea.

–Ryanair, la aerolínea que más pasajeros mueve en València, también es otro de los principales aliados del aeropuerto, ¿cómo valora el esfuerzo de esta compañía por recuperar y abrir nuevos destinos desde València?

–Ryanair es una compañía muy importante para el aeropuerto de València. Es nuestro principal cliente en asientos ofertados y a nivel europeo es la primera aerolínea. Está trabajando y está moviendo muchísimo pasaje en Europa. Además, tiene una apuesta muy importante en la adquisición de aviones. Creo que lo que Ryanair aporta no sólo a València, sino a España y al transporte aéreo, es muy importante. Ellos tienen su modelo de negocio que les ha funcionado porque además son una compañía rentable, mueve la economía, mueve el transporte aéreo, nos traen pasajeros y clientes a España y además nos permiten viajar por toda Europa a unos precios razonables en cierto modo. La valoración de Ryanair para mí es muy positiva.

–Otra de las firmas que está apostando por València es el Grupo Swiss-Lufthansa, que acaba de abrir una nueva ruta con Viena operada por Austrian y ya tiene a todas sus aerolíneas en València...

–Sin duda no es fácil que todas las aerolíneas de un grupo como Swiss-Lufthansa operen en un aeropuerto. Además de Ryanair y Swiss-Lufthansa tenemos que nombrar a Vueling, que también ha hecho una apuesta muy importante por València y sigue creciendo; por supuesto, Air Nostrum, que siempre ha apostado por València y que sigue apostando; y el siguiente grupo importante sería Air Europa. Swiss-Lufthansa ya era un cliente principal y prioritario para nosotros en 2019 por la conectividad que nos daba, ya no sólo en número de pasajeros o asientos ofertados, sino en la conectividad que nos daba con el resto del mundo porque tenemos conexión con Frankfurt varias veces al día y también con Munich, su otro hub. Ahora nos permiten conectar con todos su hub europeos: Zúrich, Bruselas, Viena, Frankfurt y Munich. Lufthansa es un partner además de un cliente al que le gusta València y le funciona muy bien este destino, por eso han apostado con el resto de marcas de su grupo.

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–¿Cree que los objetivos de descarbonización que ha marcado la CE son alcanzables para el sector aéreo o deberán ser revisados?

–Es un reto importante, pero no solo para la aviación. La sostenibilidad y la descarbonización es algo vital no solo para la aviación, sino que toda la sociedad debe de focalizarse ahí. El transporte aéreo y la aviación estamos muy enfocados a la tecnología y apostamos mucho por la innovación y la investigación. Con lo cual, creo que tanto los fabricantes como las compañías aéreas y nosotros como gestores aeroportuarios hemos puesto el foco en ese tema y estamos dedicando muchos recursos. Eso es una garantía porque la aviación es una industria que se ha caracterizado siempre por innovación y seguridad. En el caso concreto de AENA, la sostenibilidad y la descarbonización es una de sus estrategias a corto plazo, con un plan de acción climática de 2021 a 2030 y con una inversión prevista de 750 millones de euros. AENA ha visto que tiene que ser tractor de esta descarbonización dentro del transporte aéreo y es un agente principal. Para nosotros es un tema crucial y este plan de acción climática es una de las banderas de la compañía. Dentro del mismo, el plan fotovoltaico prevé que toda la energía que consumen los aeropuertos en España sea generada en los propios aeropuertos. AENA tiene previsto ser net-cero en carbono para el año 2040, diez años por delante de lo que ha marcado la Comisión Europea. Es un reto mayor.

–¿Qué acciones concretas se prevén en València?

–Nosotros somos parte del plan fotovoltaico. Además, todas las luminarias del aeropuerto son ya de bajo consumo, estamos trabajando en adquirir cada vez más coches eléctricos y en temas de innovación estamos trabajando en cosas muy innovadoras. Tenemos instalado en una de las terminales, como parte de un proyecto que se llama Respira y que trabaja sobre los equipos de climatización y a través de unos algoritmos hace más eficiente la renovación del aire y la climatización de la terminal con un menor consumo. Lo estamos probando con un prototipo y si funciona seguiremos porque la climatización es uno de los costes más importantes en el gasto energético en los aeropuertos

—¿Ve a las compañías preparadas para afrontar ese reto? ¿Y a los fabricantes?

–Toda la industria está muy focalizada en este asunto, no solo AENA. Evidentemente las compañías aéreas tienen una parte muy importante. Las aerolíneas y los fabricantes están trabajando mucho en este tema y ahora mismo parece que la alternativa más inmediata es el combustible sostenible (SAF). Las petroleras de alguna forma están también trabajando en abaratar los costes de de este combustible porque a día de hoy es cuatro o cinco veces más caro. Nosotros firmamos un convenio con BP España para analizar en qué actividades o con qué acciones podemos ayudar a esa descarbonización de forma conjunta. Y ellos van hacer una inversión bastante importante en Castellón para el desarrollo de SAF a gran escala y abaratar costes.

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–El aeropuerto de València ha aprovechado la pandemia para realizar cambios orientados a la comodidad del pasajero y últimamente se ha ampliado la oferta de restauración y servicios, ¿percibe que ese esfuerzo es reconocido por los usuarios?

Sin duda. Hacemos encuestas todos los trimestres, unas 350 encuestas en las que valoramos prácticamente todos los procesos del aeropuerto en unos 30 o 35 ítems. En estos últimos cuatro o cinco años la mejora en esa percepción ha sidoo importante. Hemos tratado de que el paso del pasajero sea más confortable, más cómodo, con más servicios y alternativas. Hemos puesto bastantes áreas de confort, zonas de trabajo. Ahora tenemos la nueva restauración, que estamos en proceso de sustitución, ya tenemos cinco de ocho. Estamos haciendo la remodelación de la T1 que va a ser un cambio muy sustancial en la percepción del aeropuerto. Estamos haciendo muchas acciones para que eso se note y lo estamos notando de forma significativa.

–València acoge en julio un congreso de conectividad aérea organizado por Turespaña, ¿qué importancia tiene este encuentro y qué se puede esperar del mismo?

Es un encuentro que se celebra en València, organizado por Turespaña con AENA y la colaboración de Visit Valencia. De lo que se trata en este encuentro es de traer a compañías aéreas y a responsables turísticos de todos los destinos de España, para hacer networking y para que todos los destinos o el personal que se dedica a promoción turística puedan conocer también qué necesitan las compañías o cuáles son los focos en los que ellos ponen la atención. ¿Por qué València? Una de las causas por las que se celebra aquí es porque València lo ha hecho muy bien en ese trato con las compañías aéreas como destino turístico, creo que se ha trabajado muy bien. De hecho uno de los paneles es la exposición del 'caso Valencia' por parte de Visit Valencia. Aprovecharemos este encuentro para tener más información de las compañías y focalizarnos en aquellas que entendemos que pueden cubrir esta necesidad de otros servicios, además de reforzar el vínculo con las compañías que tratamos más habitualmente.

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