ALICANTE. El diario Alicante Plaza entrevista a Francisco Camps tras un coloquio en la librería alicantina Pynchon & Co.
P.- Buenas, Francisco, ¿Cómo estás?
R.- Bien la verdad que siempre que vengo a Alicante me acuerdo de muchas cosas que se pusieron en marcha bajo mi mandato y al pasear por la ciudad me doy cuenta de que todo sigue en funcionamiento.
¿Qué sientes tras este tiempo forzado entre bambalinas tras las absoluciones?
Muy feliz, muy descansado de lo que supone lidiar con tener que enfrentarte a una imputación tras otra en los últimos años, con mucha ilusión, dejando atrás todo lo que he vivido en el pasado.
Se dice que hay que mirar al pasado sólo para aprender, para analizarlo, ¿tú que has aprendido en estos últimos quince años?
Pues ahora que me propones lo de analizar el pasado, hasta que uno no tiene una historia que ya forma parte de lo que pasó anteriormente y que no es continuado, y que está encorsetado en juicios, imputaciones, me doy cuenta de que si uno quiere ese pasado no existe. Esta experiencia me ha enseñado por ejemplo a que no se puede injuriar a una persona y atribuirle unos hechos que no ha cometido.
Dicen que mirar demasiado al pasado genera depresión y que mirar excesivamente al futuro provoca ansiedad, quedémonos en el presente, ya veo en tus redes sociales que no paras, que viajas mucho a estar con el calor de la gente, ¿cómo surgen esos encuentros?
Son todas de forma espontánea, desde hace meses me llegan invitaciones diversas que van desde clubs de opinión que quieren contar con mi presencia, con agrupaciones, con diferentes grupos de personas que me llaman para acudir a su espacio, compañeros de partido; personas que quieren felicitarme por medidas que se llevaron a cabo con mi gobierno… Dentro de unas semanas me voy a Madrid, a Sevilla… Es un no parar, estamos encantados.
Antes de hacer esta entrevista algunos colegas de partido han venido a saludarte, gente que te aprecia y te valora, sin embargo, no todos han tenido ese semblante, ¿alguien te ha decepcionado?
En esto del pasado, uno llega a tener la capacidad de analizar actitudes de personas que no te decepcionan porque tú no puedes exigir a la gente los mismos comportamientos que uno mismo tendría. Si las personas desde mi perspectiva no están en lo que creo que deberían estar yo no tengo porque criticarlo, todo es legítimo, no hay decepción, hay un análisis objetivo de la actitud de las personas.
¿Por qué crees que están en lo que no deberían estar?
No, ellos están en lo que ellos creen que deberían estar, que es distinto. No lo sé, tampoco lo me pregunto, lo que yo sé es lo que yo hacía cuando alguien necesitaba mi apoyo, el liderazgo se marca precisamente en el amparo a la gente que pasa por un mal momento. Si alguien lo pasaba mal yo siempre estaba ahí. Cuando tú eres el líder del partido lo que te hace más fuerte es estar con quien necesita tú apoyo, y ese respaldo mejora el proyecto en su conjunto. El Partido Popular no está formado por cosas sino por personas, y uno tiene que estar constantemente preocupado de ellas.
Hablabas de la organización, de los compañeros, ¿crees que es cierta la frase de 'cuerpo a tierra que vienen los nuestros'?
No, es una frase muy manida, nunca lo he creído, es divertida, se ha usado muchas veces a lo largo de la historia política. Esta cita se le atribuye a Winston Churchill que se la dijo a un diputado novato cuando le preguntó en qué lugar del hemiciclo estaban los enemigos y el primer ministro le respondió que los adversarios estaban enfrente y que los enemigos los tenía a su lado. Sin embargo, no creo que sea así.
¿De qué te sientes más orgulloso como presidente de la Generalitat Valenciana?
De haber trasladado una confianza tan grande a los ciudadanos de la Comunitat Valenciana que elección tras elección conseguí mayoría tras mayoría.
Hablemos del futuro, sin que se genere ansiedad, vamos a plantear un dilema, supongamos que Alberto Nuñez Feijóo te ofrece la candidatura a la alcaldía de Valencia o ser ministro de su hipotético gobierno, ¿qué escogerías?
Eso lo tiene que decidir el presidente de mi partido, y como saben mis compañeros del PP autonómico, no estoy exigiendo ningún cargo en concreto, lo que estoy es ofreciendo mi trabajo para la primera línea política y el que mi formación considere donde puedo ser más útil.
Mucha gente mira con recelo meterse en política por miedo a salir escaldado por sus propios compañeros de partido o por el escarnio público recurrente, ¿merece la pena correr ese riesgo y dar un paso adelante?
En mi caso sí, ojalá no hubiese ocurrido nunca, lo de estar noche y día saliendo en los medios de comunicación y no precisamente para bien, pero si que merece la pena, valió la pena ser presidente de la Generalitat y valió la pena ser concejal de Tráfico o Teniente alcalde en Valencia. Sobre todo lo que más me enorgullece es haber sido votado en democracia por las personas que forman parte del cuerpo electoral que son los ciudadanos es algo muy importante. Ganar las elecciones por mayoría absoluta lo compensa todo.
A los que nos gusta analizar la actualidad de la política valenciana muchas veces nos recreamos en la lucha entre zaplanistas y ripollistas, ¿es real ese enfrentamiento familiar?
No lo creo. Hay discrepancias internas, pero eso ocurre en cualquier organización, pasa en las universidades y hasta en un club de amigos, en los que uno quiere presentarse a liderar el grupo y eso genera fricciones con los demás.
Tu relación con Zaplana pasa por un buen momento, tomáis café a menudo, sin embargo, hubo un tiempo en el que no os dirijiaís la palabra, ¿Por qué?, ¿qué pasó?
Tensiones internas del partido, y que de pronto un día decidimos sellar la paz con un café y una buena conversación.
Tengo la sensación de que algunos de la vieja guardia del PP, como reconoció el propio Jaime Mayor Oreja en una entrevista para Alicante Plaza, no ven la luz al final del túnel y son escépticos sobre el proyecto de la derecha, ¿tiene el conservadurismo un plan para España?
La vieja guardia no sé cual es, porque Carlos Mazón y Maria José Catalá estaban conmigo en la ejecutiva. Creo que el centro derecha sí que tiene un proyecto para España, el que no tiene es la izquierda, que está troceando nuestro país. Dentro de dos meses se publicará Enfocado España , un libro escrito por Javier Mas en conversaciones conmigo, y la idea es trasladar el planteamiento de que hubo un momento en que se quiso adulterar la Constitución y lo conseguido en la transición haciendo que perdamos veinte años.
Hay gente que pese a tus sentencias absolutorias sigue considerándote corrupto, ¿qué le dirías a los que no han creído en tu inocencia?
No se les puede decir nada, hay un grupo de personas que por circunstancias personales transmiten una opinión peyorativa y de las instituciones, el que no quiera saber que me he defendido en sede judicial de diez causas y de las diez he salido absuelto, es muy complicado plantear cosas que no van nunca a llegar a asumirlas. A un comunista ya le puedo contar que el comunismo atenta contra la libertad y contra la prosperidad y que ese ideario fracasó con la caída del muro de Berlín, es muy difícil debatir y confrontar esas ideas. Por mucho que hable con ellos algunos siguen metidos en su mundo con una inmensa complejidad.
Hablabas del comunismo, los comunistas saben bien lo que son, al PP se le acusa desde diferentes flancos de no saber muy bien lo que es a nivel ideológico.
El Partido Popular es un proyecto transversal, intergeneracional, y hay mucha variedad de criterios. Lo que une al votante del PP es que se tiene la seguridad de que el partido gestiona bien cuando gobierna. En la izquierda no hay una libertad de percepción de las cosas, y en nuestra formación si que la hay, por ejemplo, en cuanto al valenciano hay diferentes sensibilidades sobre el tema, defendemos tanto a los que son valencianoparlantes como a los castellanoparlantes. Nuestra base electoral es muy amplia porque no es sectaria.