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En las buenas y en las actuales

19/03/2018 - 

ALICANTE. Campana y se acabó. La temporada del Hércules ha concluido antes de tiempo, y con la derrota en Ibiza se constata el enésimo fracaso del proyecto deportivo blanquiazul desde que el club diese con sus huesos en Segunda División B. He confesado por activa y por pasiva la fe que tenía en este equipo un servidor cuando arrancó la temporada, es por ello que mi decepción se torna infinita. También conmigo mismo. Uno termina por dudar de su capacidad analítica.

Por mucho que queden opciones matemáticas de alcanzar la cuarta plaza, yo me veo incapaz de vender otra moto más. Y no por el partido en Santa Eulalia, ni por el error del árbitro en el penalti, cuento por cierto que yo no pienso comprar. No voy a buscar más argumentos para el milagro, porque los milagros no existen, y menos con la imagen demostrada por este equipo. Lo siento mucho, pero ni el árbitro ni el césped sirven de excusa para que un conjunto, supuestamente confeccionado para el éxito, tenga que ceder un partido ante el penúltimo.

Imagino que a partir del miércoles llegarán las declaraciones del tipo "tenemos que agotar las opciones", "no nos vamos a rendir", "hay que creer2 y de más, pero en el fondo estaremos en el tiempo de la basura, de la criba, de la decisión de ver qué hay de útil en ese vestuario de cara a la próxima temporada. Jugadores válidos hay para construir. Los Pol Bueso, Juanjo Nieto, el propio Miñano (por muy criticado que sea), y en realidad pocos más, son esos jugadores a los que encargaría la reconstrucción de este solar. La lástima es, que salvo el caso del alicantino, algo me dice que los castellonenses no continuarán en el club la próxima campaña.

Soy también consciente de que algunos jugadores tienen firmados dos años, que otros como Buigues se marcharán, que Moha y Pepelu regresarán a sus clubs de procedencia, y que algunos emprenderán la retirada. El caso del portero mutxamelero es para mí especialmente sangrante. No entiendo cómo, con las actuaciones de Falcón esta temporada, el canterano no ha gozado de más oportunidades. Ahora se marchará, como es lógico, en busca de oportunidades. La revolución en mi opinión debería ser todo lo profunda posible, pero entiendo que no se producirá, debido a los compromisos contractuales firmados por la dirección deportiva.

A partir de ese punto, la próxima temporada podría iniciarse ya viciada con el fracaso de la presente campaña. Ese trabajo de borrón y cuenta nueva, de olvidar el pasado, tendrá que recaer en el técnico. Para mi Visnjic debe continuar al frente del equipo. Su trabajo estas semanas me ha convencido, sabe lo que hay en ese vestuario, y si se cuenta con su opinión, puede ser un gran punto de partida para olvidar el bochorno constante vivido durante las dos últimas campañas en el Rico Pérez. Pero por favor, déjenle ser Visnjic, por mucho que no les guste su juego, que ya hemos querido cambiar el estilo a demasiados entrenadores. No vaya a ser que se marche a algún club vecino y lo meta segundo en la tabla.

La afición está que trina con Portillo. El madrileño ha sido el blanco de todas las iras desde aquel retorno en 2012, dentro de una historia que mataría por saber a ciencia cierta, y no por lo que cuentan unos y otros de forma interesada. Que aquí nos conocemos todos. Ya he comentado en alguna ocasión que tiene el suspenso del nueve, así lo muestran los datos goleadores, y lógicamente, el fracaso del año es tan suyo como de los jugadores, así que pocos paños calientes con el de Aranjuez, que va a completar su primera temporada al frente de la parcela deportiva herculana, en la que puede ser una de las peores campañas en la historia del club alicantino.

Eso sí, no piensen que se va a marchar. El club es suyo, con la compañía de los suyos, y es utópico pensar en una dimisión del madrileño. Yo no se la voy a pedir, entre otras cosas porque servidor también dijo que esta plantilla pelearía por el ascenso. Sería ventajista por mi parte. Pero no puedo obviar lo ocurrido, y por ello puedo esperar de Portillo que tome nota, que apueste por un ariete, y que demuestre que ha aprendido de los errores. Imagino que querrá lo mejor para el Hércules, entre otras cosas porque esto mismo supone lo mejor para él y para su familia. Eso sí, la afición es soberana, y me parecerá perfecto que pida su marcha tantas veces crea oportuno.

Ahora me van a permitir ser impopular. Y me van a permitir alegrarme por Pacheta, y esperar que logre el ascenso. No entendimos lo que era la Segunda B, y por eso el burgalés emprendió el viaje de salida del Hércules. Pocos trabajan en el mundo del fútbol como él, y no muchos entienden lo que demanda esta categoría, y la eficiencia defensiva necesaria para alcanzar el éxito. Tiene la oportunidad de reivindicarse en el Elche, cosa que no busca, pero que logrará si lleva a los franjiverdes al ascenso. Yo me alegraré si lo consigue, por currante, por amante del fútbol y por ser una grandísima persona. También porque sería una lección para muchos.

Para acabar, un mensaje. A todos aquellos que ahora buscan el desánimo y la desertización de la grada. Estos días he visto un Estadio de Vallecas casi lleno, animando a su equipo, y protestando contra sus dirigentes. No sé lo que les importará a los que ocupan el palco que la gente vaya o no al campo, pero perderemos mucho como afición si damos la espalda a los jugadores que formen la próxima plantilla del Hércules, y eso es algo que la historia de este club no se puede permitir. Sáquense el abono, vayan al campo, pidan la dimisión de Portillo y la marcha de Ortiz, por mucho que parezcan (y sean) utópicas, pero no dejen de ir a ver el fútbol. Porque es algo que llevaremos haciendo los alicantinos cerca de un siglo, en las buenas y en las actuales.

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