Uno de los proyectos de Visualfy.VALÈNCIA. Imaginemos que una persona con discapacidad auditiva entra en una estación de tren. Si la venta de billetes no está automatizada, el primer problema lo encontrará a la hora de comunicarse con el personal de taquilla. Ya ni hablemos de los mensajes que se emiten a través de la megafonía o las alarmas que advierten de una situación de emergencia.
En España hay un total de 850 estaciones de tren y, por ahora solo hay una, la de Sol, en Madrid, y otras 25 en proyecto, que son accesibles para las personas sordas. Ello gracias a la tecnología desarrollada por una startup valenciana, Visualfy, en un proyecto de colaboración con Renfe a través de la aceleradora TrenLab.
Fundada en 2017 por Manel Alcaide y Ángel Albiach, han desarrollado dos productos orientados, el primero, al usuario final, Visualfy Home, y un segundo que se dirige a organizaciones públicas o privadas abiertas al público, Visual Places. Esta última es la que quiere aprovechar Renfe para acercarse al cumplimiento con lo establecido por el Acta Europea de Accesibilidad.
La solución elimina barreras acústicas y de comunicación. Las bondades para los usuarios cuando el desarrollo se despliegue en las estaciones las cuenta Manel Alcaide. “En cuanto entra en la estación, la persona con discapacidad auditiva, lo primero que recibe en la aplicación es un mensaje que le dice si el edificio es accesible acústicamente o no. Luego le pregunta si quiere recibir las alertas y, si el usuario da al sí, se añade el edificio. Posteriormente, desde que entra a la estación hasta que llega al andén, va a encontrar una serie de luces inteligentes que cambian de color en función de cada alerta y de su nivel de gravedad. Entre los múltiples avisos que recibe, son muy importantes la información de la llegada o la salida del tren para retirarse a zonas de seguridad e, incluso, del cambio de andenes, para que no se suba al tren que no corresponde.
Ya en los mostradores de atención al cliente, ponemos el bucle magnético que es un dispositivo que permite a los audífonos y a los implantes que el audio les llegue directamente, eliminando el sonido ambiente de alrededor. También ponemos el reconocimiento de voz a tiempo real en el mostrador y lo utilizamos para los mensajes de megafonía que transcribimos a texto que llega a sus dispositivos personales. Ese reconocimiento de voz se puede utilizar también dentro del tren si tiene un problema y quiere comunicarse con el interventor”.
Por último, en las máquinas expendedoras de billetes, pondrán un código QR que, una vez escaneado, conducirá a un vídeo en lenguaje de signos con las indicaciones sobre cómo funciona la máquina.
También Talgo ha conseguido la accesibilidad a sus trenes de personas con movilidad reducida con un sistema que elimina los desniveles y que les permite subir al tren a la altura del andén, un modelo que ha conseguido vender en Alemania.
Y si la accesibilidad en los espacios públicos empieza a ser un imperativo legal, también en materia de sostenibilidad la ley, y los proveedores, se ponen cada vez más firmes. Para ayudar al tren a afrontar este reto en Renfe recurren a startups como a GreeMko, nacida para facilitar a las empresas el camino hacia la sostenibilidad ambiental y la descarbonización. Con esta misión han creado un software que permite hacer análisis de la información, comparativas según diferentes criterios y establecer objetivos de mejora continua, además de poder predecir consumos y costes asociados.
“Lo que vamos a hacer es ayudar a Renfe a calcular su huella de carbono como organización y, ya a futuro, que puedan también dar la huella de los servicios que prestan a sus clientes”, dice Mar Robles, directora de sostenibilidad de la startup. Cierto que Renfe alardea de ser uno de los mayores consumidores de energía renovable en España, pero está por ver cómo alcanza ese compromiso público de reducir 10 millones de toneladas de CO2 en 2030 hasta alcanzar el objetivo de la emisión cero en 2050.
También la empresa ferroviaria Talgo, junto con Repsol, presentó el año pasado un proyecto innovador con una mecánica de hidrógeno renovable, el Vittal One, un tren dual.
El Consumer Choice Center suele hacer un ranking anual de las 50 mejores estaciones de trenes en Europa según un índice de la experiencia general de los pasajeros. El de 2023 lo encabeza Zúrich, seguido por Viena y Berlín Central en tercer lugar. La de Madrid, Puerta de Atocha-Almudena Grandes, es la única española que aparece en la lista ocupando el décimo segundo puesto.
Con el propósito de mejorar esta experiencia del pasajero, Renfe ha suscrito alianzas con startups como WiPass, donde han desarrollado un dispositivo inalámbrico que conecta el mundo físico con el digital. Basta con acercar el smartphone a un dispositivo WiPass para que el usuario, además de tener conectividad inmediata a la wifi, reciba notificaciones push en tiempo real que le informan tanto de asuntos relacionados con el tren, como cambios de horario un mapa de la estación o asistente virtual para dudas frecuentes, hasta información relacionada con el punto de destino, como puede ser la oferta cultural o gastronómica para el día.
Y como la seguridad también es algo que preocupa mucho a los pasajeros, la alianza en este capítulo es con Imotion Analytics, la primera startup realmente invertida por Renfe con un 10% de su accionariado. Especializados en soluciones basadas en visión artificial multisector, aprovechan las cámaras ya instaladas por la compañía ferroviaria en las estaciones para introducir su algoritmo que posibilita activar las alarmas en caso de emergencia o incidentes graves, como la presencia de una persona en la vía, de manera que el responsable de control puede activar a tiempo el protocolo oportuno. Aportan así la primera capa de alerta.
