“La verdad es que vas a ciudades como Amsterdam y es genial ver tantas bicis, pero aquí en Elche se usa mucho el coche”. Desde hace años me sorprende oír esta reflexión que niega a nuestra ciudad las mejoras que otras experimentaron hace décadas. En el ADN holandés no hay una predisposición al uso del transporte sostenible que esté ausente en la genética ilicitana. Lo que hubo en este municipio en los años 70 fue una política decidida de impulso de las infraestructuras ciclistas. El resultado es claro, Ámsterdam es una de las ciudades más saludables del mundo.
Con este objetivo, desde el Ajuntament d’Elx estamos apostando por la movilidad sostenible en la ciudad. Son medidas para reducir las emisiones contaminantes y generar barrios y pedanías con mejores estándares de bienestar y salud. Hay que recordar que, según el estudio que realizamos desde la Concejalía de Medio Ambiente y la UMHE, el 80 por ciento de la contaminación en el casco urbano proviene del tráfico privado. Por eso, el transporte público y el transporte alternativo son las herramientas clave con las que contamos a nivel municipal para mejorar la calidad de vida de las ilicitanas e ilicitanos.
En el caso de la movilidad ciclista, por primera vez hemos conseguido que las personas que deseen utilizar bici o patinete cuenten con infraestructuras seguras y trazados sencillos con los que conectar de una punta a otra de la ciudad. Hemos hecho posible que pedalear sea una opción real en Elx. En eso consiste la libertad, en crear las condiciones para que sea viable circular en cada uno de los medios de transporte disponibles. Hasta ahora, esa era una realidad de la que sólo podían disfrutar los conductores de coches.
Además, a mayor volumen de bicicletas, mejores condiciones de vida para todos. En aquellas calles en las que hemos implantado el carril bici el volumen de vehículos ha descendido y, en consecuencia, también ha disminuido la contaminación acústica y ambiental. ¿Quién es capaz, después de una pandemia y en medio de la emergencia climática, de negar que éste es el camino que tienen que seguir las ciudades?
Claro que cambiar hábitos de movilidad es difícil. Llevamos toda una vida con ellos. Pero la costumbre no es garantía de acierto. Y en cuestiones de salud no se puede perder la perspectiva. En esta década nos lo estamos jugando todo.
Oponerse a la movilidad sostenible es practicar la política negligente, sobre todo porque supone cerrar los ojos ante el mayor reto al que nos enfrentamos como especie. Las políticas verdes son la única vía posible para garantizar nuestra vida en entornos saludables y limpios. No hacer nada ante la crisis climática es una total irresponsabilidad de la que me niego a ser cómplice. Nuestra obligación es poner la salud y la vida en el centro de la acción local.
Por eso, vamos a continuar con las actuaciones de peatonalización, que tienen su emblema en la Corredora. Medidas que se han extendido también a otras calles del centro y el Raval y pronto llegarán también al Pla. Por eso, vamos a continuar la modernización del transporte público, que en pocos días tendrá más del 50 por ciento de la flota ecológica, y crearemos la nueva línea M, después de la importante puesta en marcha de la línea K. Además de ampliar el transporte a pedanías y abordar la mejora del servicio.
La modernización del municipio está llegando en buena parte de la mano de la movilidad sostenible. Por fin, contamos con una ciudad comparable a otras urbes españolas y europeas que llevan años trabajando para disminuir sus emisiones contaminantes, generar entornos amables y velar por el bienestar de sus vecinos y vecinas.
Los ilicitanos e ilicitanas también lo merecemos. Tenemos derecho a respirar aire limpio. Tenemos derecho a una ciudad a escala humana. Por eso seguimos avanzando para hacer de Elx una ciudad con vida.
* Esther Díez Valero es Teniente de alcalde de Movilidad Sostenible y Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Elche y portavoz de Compromís per Elx