VALÈNCIA. El expresidente de la Generalitat y líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, atraviesa un momento político complejo. La derrota -para muchos inesperada- en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo dejó a la formación socialista en un estado de 'shock' del que algunos todavía no se han terminado de recuperar.
La pérdida de la Generalitat a manos del presidente del PPCV, Carlos Mazón, tras sellar un pacto con Vox, no fue la única. También cayeron los ayuntamientos de València, Elche, Castellón... y otros muchos, además de las dos diputaciones que controlaban los del puño y la rosa, con mención especial al doloroso naufragio en la de Valencia, donde Ens Uneix -capitaneada por el exsocialista Jorge Rodríguez- se negó a apoyar al PSPV entregándole así la institución al PP.
Una salida masiva de las instituciones que conlleva, además de la evidente crisis política de perder la oportunidad de gestionar un programa de gobierno, una crisis laboral -decenas de altos cargos y asesores pierden su empleo- y también económica -menores ingresos por el impuesto revolucionario (el pago que hacen los altos cargos al PSPV) y más gastos para el partido al absorber mayor cantidad de personal-.
Pero al margen de todos estos problemas, hay otro que preocupa más si cabe en la formación socialista: el liderazgo. La sombra de los 20 años en la oposición atravesados por el PSPV-PSOE desde la pérdida de la Generalitat en 1995 planea sobre la cabeza de algunos dirigentes, si bien es cierto que muchos no comparten esa visión pesimista. "La política ha cambiado, todo se ha vuelto más líquido, las cosas pueden cambiar de un año para otro o en unos meses", comenta un cargo socialista, que admite, no obstante, que la situación actual no es buena ni en el plano orgánico ni en el político para la formación del puño y la rosa.
En este sentido, es inevitable dirigir la mirada hacia el secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig. Mientras varios referentes del partido como el líder provincial de Alicante, Alejandro Soler, y también el de Valencia, Carlos Fernández Bielsa, parecen decididos a aspirar a su puesto, otras como la ministra Diana Morant se encuentran en la reserva por si se convierten en la solución de consenso impulsada por el mismísimo Pedro Sánchez.
Ahora bien, cualquier posibilidad se encuentra en el camino a Puig. ¿Tiene el expresidente la intención de apurar las opciones de mantenerse en su puesto e incluso intentar seguir liderando y ser candidato? A sus 64 años, la gran mayoría lo descarta, pero lo cierto es que sigue conservando su escaño en Les Corts y que en ningún momento ha afirmado que no se presentará al próximo congreso que, a priori, se celebrará por estas fechas el año próximo.
En este punto, hay quien considera, también en su entorno, que esa indefinición termina por ser un elemento distorsionador. "Si no dejas el escaño en Les Corts, tienes que ir a Les Corts", comenta un dirigente del PSPV, quien opina que Puig, si así lo considera, puede intentar continuar como líder pero que, para ello, debe "quitarse el traje de presidente" y ejercer realmente como jefe de la oposición.
Sobre esto, otros leales a Puig también admiten las dificultades orgánicas que supone desconocer si el expresidente quiere mantenerse o si hay que intensificar el trabajo territorial apostando por algún otro referente como Morant o la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé. Mientras, las corrientes más importantes como las de Soler, Bielsa o la del propio Ábalos, siguen centrando sus esfuerzos en avanzar para acumular la mayor tropa posible.
"No deja el escaño en Les Corts porque, si lo hace, sabe que habrá terminado su última opción de seguir al frente del PSPV", comenta otra dirigente a este diario, quien coincide en que el líder de los socialistas valencianos debería fijar su posición en el partido de cara al futuro, ya sea para dar un paso adelante e implicarse al máximo probando sus opciones de continuar o dejando el espacio para otros referentes del partido, en una tarea más centrada simplemente en pilotar el PSPV hasta el futuro congreso.