Los partidos del Botànic advierten a los populares del riesgo que supone para la democracia legitimar a esta formación pero también para su propio liderazgo en la derecha
VALÈNCIA. Pese a las evidentes diferencias entre ambos territorios, los resultados electorales en Castilla y León (el ajustado triunfo del PP y la necesidad de pactar con Vox o lograr una abstención del PSOE que ya está en debate), han puesto sobre la mesa de la Comunitat Valenciana la pregunta de si el PP negociaría con Vox para evitar un tercer Botànic y la respuesta es clara: sí. Esa situación marcará tanto el final de la legislatura como, sobre todo, la campaña electoral la próxima primavera.
“Si esos resultados se trasladaran a la Comunitat Valenciana nosotros iniciaríamos la ronda de contactos con todos los que han tenido representaron parlamentaria. No hay que hacer exclusiones de diálogo con nadie. Si nos proclamamos demócratas y dialogantes tenemos que poder dialogar con todos los que han tenido representación parlamentaria”, apuntó la secretaria general popular María José Catalá, preguntada directamente por la opción de negociar con la formación ultra.
El argumentario para defender esas posibles conversaciones con Vox ya está construido. Por una parte, lo entienden como un 'mandato' de las urnas. “No olvidemos que la representación vienen por los votos. No podemos deslegitimar la voluntad de los ciudadanos”, defendió Catalá. Por otra, echan mano de los movimientos de Pedro Sánchez, obviando la contradicción con el primer argumento. “El PSOE negocia permanentemente con los herederos de políticos los etarras. A mí, lecciones de la izquierda de con quién se puede negociar y con quién no, poquitas”, afirmó.
Las advertencias al PP le llegan por ambos lados. Desde la izquierda le recuerdan el peligro que puede suponer legitimar a Vox para la democracia pero también para los propios populares en su voluntad de mantenerse como fuerza principal a la derecha del tablero político. Los de Abascal continúan alimentando la idea de un sorpaso que no asoma en las encuestas. “Queremos seguir creciendo en la Comunitad Valenciana y ya no formar gobierno con el PP sino ser la primera fuerza y ganar las elecciones”, avanzó su sindica Ana Vega.
El president Ximo Puig admite estar "inquieto" aunque no por el resultado en los comicios valencianos sino por la situación general que puede generarse. “No es bueno para la democracia ni para el estado de las autonomías que la extrema derecha tenga una presencia importante”, advirtió. Pide, además, estudiar con “seriedad” las causas de que se vote a un partido que, dijo, fomenta el “odio” y el “insulto” y que atacan “la diversidad” y las “autonomías”.
Pero Puig va ya un paso más allá y sitúa ya a Vox como punta de lanza de la oposición. “Es bastante lamentable que la oposición en España esté liberada ideológicamente por la extrema derecha. Eso es un problema”, sentenció. Un problema que también lo es para los populares, apuntan desde el PSPV. “Quieren cargarse al PP y luego la democracia”, adelantó Manolo Mata. En el Botànic creen cederán en Castilla y León para retener el ejecutivo. “Ahora hay que ver cuántos derechos de la ciudadanía son capaces de renunciar para mantener el gobierno”, señaló la síndica de Compromís, Papi Robles. El destino del PP está “indisolublemente” unido a Vox, apuntan desde Unides Podem EU.
La otra realidad que confirmaron los resultados de este domingo es que tanto Unides Podem EU como Ciudadanos puedan quedar fuera de Les Corts. La coalición de izquierdas (a falta del voto por correo) logró un 5,08%, un porcentaje que en la Comunitat Valenciana le dejaría dentro… pero por un puñado de votos. Desde la formación admiten el “mal resultado” de sus compañeros pero recalcan que se trata de un territorio “muy difícil” para ellos. Sus socios de Compromís creen que el tablero valenciano hará que aguanten pero remarcaron la solidez de “las fuerzas enraizadas en el territorio”. “Habrá otro Botànic”, afirmó Robles.
En Ciudadanos (con un 4,49% que les dejaría fuera de Les Corts) admiten el mal resultado pero al mismo tiempo celebran el escaño de Francisco Igea. “El espacio de centro que representa Cs sigue estando ahí y sigue siendo más necesario que nunca”, subrayó la síndica Ruth Merino. Pese a asumir descensos en el número de diputados mantienen la voluntad de “decantar los gobiernos hacia el centro” y jugarán la carta del “voto útil”.