El escritor ha remarcado que una de las fuentes documentales son las crónicas de Ramon Muntaner, con el que Roger de Flor compartió travesías, pero que en la novela además de personajes reales ha introducido otros ficticios
VALÈNCIA (EP). El escritor barcelonés Jorge Molist ficciona en la novela histórica 'El latido del mar' la infancia y la adolescencia de Roger de Flor, con la que rescata a un personaje "muy olvidado" y del que se dispone de poca información sobre sus primeros años. En una entrevista de Europa Press, ha explicado que Roger de Flor tuvo una "repercusión en el imaginario mediterráneo" de la época, sirviendo de inspiración al 'Tirant lo Blanc' de Joanot Martorell, pero que es una parte de la historia española muy olvidada.
"El relato de América ha superado al relato del Mediterráneo", ha sostenido Molist, quien ha recordado que la Corona de Aragón estuvo más en Sicilia de lo que estuvo el imperio español en Cuba, última colonia que perdió. 'El latido del mar', publicado en castellano por Planeta y en catalán por Empúries, narra como la noble Blanca y su hijo Roger sobreviven a la derrota de su familia en la guerra, y como años después el niño se enrola en la galera Halcón con la voluntad de buscar la libertad de su madre, a su familia y la venganza.
Molist ha subrayado que hay "poquita información" de su infancia y las circunstancias en las que vivió con su madre en Brindisi después de la muerte de su padre y cómo intenta salvarla en un territorio donde les consideran traidores. Ha remarcado que Brindisi en el siglo XIII era el final de la Via Appia, el lugar donde entraban las mercancías de Oriente y era el lugar de salida de peregrinos y las cruzadas hacia Tierra Santa, en un periodo en el que se comenzaba a vislumbrar la decadencia de la Orden del Temple, en la que también estuvo enrolado Roger de Flor. En la novela, Molist explica cómo era la vida "dura y peligrosa" a bordo de una galera, a la que Roger de Flor accede gracias al caballero Fray Vasall, y desde la que busca con ánimo de venganza la libertad de su madre y encontrar a su familia.
Esta vida de la galera también sirve al escritor para explicar el papel de los almogávares, que era "definitorios por los abordajes", lo que les dio una gran ventaja en las batallas navales en el Mediterráneo. Molist ha señalado que los almogávares eran "la mejor infantería de marina", ha subrayado que grandes navegantes como Roger de Llúria se beneficiaron de ellos, y ha afirmado que eran gente que lo único que sabían hacer era luchar y que se llevaban a sus familias consigo en las expediciones. Ha remarcado que se les puede llamar ladrones por quedarse con el botín de los vencidos, pero que era una acción que también hacían los nobles, y ha remarcado que "encontraron la libertad en la lucha" para no tener que ser siervos de un noble.
Sobre la lectura de la figura de Roger de Flor desde la actualidad, ha advertido de no ver el contexto y qué necesitaban para sobrevivir desde una moralina moderna: "Ha pasado de ser un gran héroe a un mercenario", ha señalado, mostrando reacio a criticar el pasado ignorando cómo era su contexto histórico. Molist ha subrayado que uno de los atractivos del personaje es como alguien de familia noble se ve sometido a la miseria y luego se convierte en almirante del imperio bizantino, y ha remarcado que puede ser considerado un pirata o un mercenario, pero ha recordado que las flotas reales de aquellos años también eran piratas, los reyes contrataban mercenarios y los papas disponían de ejércitos.
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