Personal de extinción y vecinos conviven con el fuego de Bejís (Fotos: Eduardo Manzana)
Personal de extinción y vecinos conviven con el fuego de Bejís (Fotos: Eduardo Manzana)
CASTELLÓ. Tras cinco jornadas de lucha contra el fuego, el esfuerzo titánico en el incendio de Bejís comienza a dar resultado. Este viernes el trabajo de los 500 efectivos que cada día intentan sofocar las llamas de un monstruo que ya ha consumido 20.000 hectáreas de terreno por fin dio sus frutos.
Tras la reunión en el puesto de mando avanzado, el president de la Generalitat, Ximo Puig, confirmó a última hora de la tarde que la evolución es "favorable". Esto significa que ya no hay llama en la mayor parte del perímetro, como ha informado a primera hora de este sábado Emergencias, pero el incendio todavía no está controlado, ni siquiera estabilizado. La preocupación de los servicios de emergencias se centra en tres "puntos calientes", localizados en El Toro (un frente que se reavivó durante el día de ayer, en la vertiente oeste) y Andilla.
Para tratar de evitar rebrotes, tal y como sucedió durante la jornada del jueves, después de la lluvia que logró apagar el fuego durante la noche, los trabajos en la madrugada de este sábado se han centrado en estos puntos calientes. Se trataba de aprovechar la prácticamente ausencia de viento y las bajas temperaturas antes de que vuelvan a subir durante el día, lo que puede suponer un nuevo foco de problemas.
Por primera vez en la semana, este viernes la meteorología dejó trabajar al personal de emergencias, destacó Puig. Con ello, la labor de los 500 efectivos de los servicios de extinción de incendios se vio recompensada. Además del grueso de estos, conformado por los bomberos forestales de la Generalitat y los del Consorcio Provincial de Castellón, en las tareas de extinción participan miembros de los parques municipales de Castelló y València y de la Diputación valenciana.
Personal de extinción y vecinos conviven con el fuego de Bejís (Fotos: Eduardo Manzana)
Asimismo, otras comunidades también colaboran en la extinción. Así pasa con la vecina Aragón, que aporta equipos terrestres y medios aéreos, que también han llegado desde Cataluña y Castilla-La Mancha. En los refuerzos por el aire es significativa la dotación estatal, con 20 unidades (casi la mitad de las 42 que trabajaron durante este viernes), ya sean del Ejército del Aire o del Ministerio de Transición Ecológica, que ayer por ejemplo realizó el relevo de dos de sus equipos helitransportados tras cuatro días de trabajo fuera del hogar. Además, también está presente la Unidad Militar de Emergencias.
A todo este grupo de trabajo se suma, además, la asistencia a los evacuados, que lleva a cabo Cruz Roja, o las labores de los propios alcaldes de las localidades implicadas. En conjunto, una labor "descomunal, enorme, por parte de todas las personas; todo el mundo hace más de lo que puede", reconoce Puig.
Todos ellos continuarán trabajando este sábado para tratar de estabilizar y controlar un incendio que, con 20.000 hectáreas calcinadas y 135 kilómetros de perímetro, se ha convertido ya en el más devastador de la provincia de Castellón desde que hay mediciones, por encima del de Espadilla de 1994.
Alrededor de un diez por ciento de esas 20.000 pertenecen al término de Altura, que hasta este viernes no se había visto afectado por el fuego. En un abrir y cerrar de ojos, debido a las fuertes rachas de viento, durante la mañana el fuego se plantó ante uno de los lugares más emblemáticos del Alto Palancia, el santuario de la Cueva Santa. Afortunadamente, las llamas no han llegado a afectarle, aunque buena parte del entorno ha quedado calcinado.
En este contexto, y después de cinco días con el fuego en el horizonte (cuando no en las puertas de sus casas) los vecinos tratan ahora de ir retomando la normalidad. Así es en Alcublas, que en plenas fiestas tuvo que ser confinada y este viernes los vecinos -previa protesta en la plaza- recibieron la autorización para salir de sus casas.
Pero también en otras localidades. Entre ellas Bejís, Sacañet, Teresa y Torás, los pueblos castellonenses más afectados y de los que se hizo salir a 1.500 vecinos. Para este sábado a primera hora está prevista una reunión en que se decida si se permite el retorno a sus casas. Preocupan sobre todo los residentes habituales, en muchos casos gente mayor y algunos de los cuales deben pernoctar en los albergues habilitados, al contrario de quienes estaban pasando sus vacaciones.
Mientras tanto se trabajará para recuperar los servicios que se han perdido en determinados municipios. Por ejemplo, en Bejís ha caído la conexión telefónica, que el Ayuntamiento ya ha solicitado recuperar, según ha informado en su perfil de Twitter. Eso sí, de momento, lo prioritario es garantizar que en ninguno de los tres puntos calientes, o en cualquier otro, se reproduzcan unas llamas que se han mostrado voraces.