MADRID. En los últimos meses, las divisas han cotizado en gran medida en consonancia con la lucha de los bancos centrales contra la inflación, reflejando así las fuertes oscilaciones de los rendimientos relativos.
Sin embargo, con los datos macroeconómicos de junio, que han sorprendido predominantemente a la baja, los mercados han cambiado su enfoque hacia el creciente riesgo de una recesión mundial. Esto ha continuado fortaleciendo el dólar estadounidense. Dado que esperamos que el crecimiento mundial se desacelere aún más, el dólar debería seguir fuerte durante más tiempo.
Las recesiones también pesan de forma desproporcionada sobre el consumo de bienes duraderos, lo que sitúa a las economías con gran peso del sector manufacturero en relativa desventaja. En consecuencia, hemos rebajado nuestro objetivo de final de año para el cambio euro/dólar a 1,05 unidades. La creciente probabilidad de que los flujos de gas procedentes de Rusia sean limitados durante la segunda mitad del año constituye un importante riesgo a la baja para nuestras previsiones.
Las perspectivas para la libra esterlina son igualmente moderadas. Más allá del impacto de la reducción del coste de la vida en Reino Unido, creemos que las incertidumbres políticas constituyen un lastre para la moneda británica.
Seguimos siendo optimistas con respecto al franco suizo. En particular, la moneda debería seguir beneficiándose de su ventaja en materia de inflación, que se mantendrá hasta bien entrado el próximo año. Es probable que el Banco Nacional Suizo (BNS) permita que su moneda se siga apreciando, dado que ya no considera que el franco esté 'muy valorado'.
La reciente dinámica de los depósitos a la vista de los bancos sugiere que el BNS no ha intervenido a favor de su moneda en las últimas semanas. Por lo tanto, pensamos que durante el resto del año el cruce euro-franco suizo debería cotizar mayormente por debajo de la paridad.
También somos positivos con el yen japonés, que está históricamente barato según múltiples parámetros. Creemos que existen varios factores que podrían invertir la tendencia de debilitamiento del yen, como un posible ajuste del objetivo de rendimiento del Banco de Japón o una ventaja de rendimiento algo menor en Estados Unidos
Por último, reiteramos nuestras perspectivas positivas sobre el oro. Nuestro análisis de las anteriores recesiones de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés) revela que el metal precioso suele obtener mejores resultados cuando la actividad económica se contrae, lo que apunta a un potencial alcista.
Claudio Wewel es estratega de divisas de J. Safra Sarasin SAM
Informe elaborado por Enrique Díaz-Alvarez, Matthew Ryan, Roman Ziruk e Itsaso Apezteguia