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XEITO I ESPENTA / OPINIÓN

El diálogo institucional

Los usos institucionales son casi tan importantes como el contenido de los asuntos. Da igual quién detente el poder. No es de recibo que el presidente del Gobierno y el líder de la oposición no mantengan un diálogo fluido y máxime en épocas como la actual con asuntos de calado. Aquí no valen ni el orgullo personal ni la displicencia hacia el contrario.

30/01/2022 - 

Teléfono escacharrado. Ocho meses sin hablarse cuando tenemos una pandemia con dramáticas consecuencias para la vida que muchos españoles han perdido y por la situación económica que está sufriendo la mayor parte de la población y da la sensación que están tanto Pedro Sánchez como Pablo Casado están jugando un juego infantil. Entre las obligaciones del presidente están las de informar a los ciudadanos y a sus representantes de los asuntos de Estado. Sin duda, la pandemia lo es, la situación del mercado del trabajo o el posicionamiento de España en conflictos internacionales, también. Ni el orgullo ni la soberbia deben primar. Por otra parte, desde la oposición se está en la obligación de exigir esa información. Si no te llaman, llama y así recobras iniciativa. Es aquello del bien superior y el bien común. 

Lo del teléfono escacharrado es para un entretenimiento y no para asuntos tan importantes. Esto no es un juego. Y a lo mejor algún día tenemos suerte y el presidente comparece en el Congreso para dar explicaciones sobre la situación de crisis en Ucrania y la participación española. No debe sentir debilidad, tiene el BOE a su disposición y de momento sus apoyos dentro y fuera del Gobierno los mantiene. Refugiarse en Moncloa no es una buena decisión. En esta ocasión el líder de la oposición le ha ganado la iniciativa aunque en la conversación haya habido los reproches por el reparto de los fondos europeos y la convalidación de la ley de la reforma laboral. Lo dicho, diálogo institucional, necesario por respeto y utilidad y hasta estratégicamente conveniente.

Los datos de la pandemia. Bajan la incidencia y los contagios pero la presión hospitalaria no afloja. Se plantean reducir las cuarentenas, de momento se mantienen a siete días. El descenso es suave pero continuo, aún así no hay que lanzar las campanas al vuelo. Se empiezan a relajar las restricciones porque el cansancio pandémico es real. De todos modos tanto cambio induce a error al ciudadano. Llega un momento en el que no sabemos en qué situación estamos con tantas informaciones contradictorias. El pasaporte covid queda neutralizado por la contagiosidad de ómicron. Y la ralentización que se observa no debe engañarnos. Las dosis de refuerzo son importantes y todos los que no las han recibido deberían procurar hacerlo. 

   

El Tablero

PSOE: Pedro Sánchez  y sus frentes abiertos. Está en un auténtico tobogán. Un día escenifica en Moncloa que está a tope con la crisis de Ucrania con su camisa coral y su maletín de presidente del Gobierno y escribiendo con las dos manos,-las redes han hecho auténtico escarnio-, y luego se enfrenta al CGPJ por la Ley de la Vivienda. Y además se tiene que fajar con sus socios fuera del ejecutivo que no terminan de dar su brazo a torcer en la reforma laboral. La próxima semana habrá que convalidarla en el Congreso y aún no tiene todos los apoyos. Habrá acuerdo, pero se lo harán sufrir. Volviendo a Ucrania, han tenido que explicar que hablan con EEUU desde hace semanas porque no ha estado en la lista de Joe Biden para la war room . Perfil bajo decía el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. De paso así amainan las iras de sus compañeros de Unidas Podemos. Y mientras su buen amigo del CIS, José Félix Tezanos, hace las cuentas en Castilla y León en el prodigio de los números con los que no coincide ninguna encuesta. Lo clásico en estos casos. El día de las elecciones tendremos la foto definitiva. Y alguna foto más ha habido esta semana. Esa visita a la Conferencia Episcopal ha sido todo un síntoma. El cardenal Juan José Omella iba a acudir a Moncloa, pero al final se encontró con la visita "inesperada". Es decir, una de marketing para hablar de los bienes inmatriculados de la iglesia.

PP: Pablo Casado toma la iniciativa. Se le acusa en muchas ocasiones de estar como Don Tancredo, esperando a que pasen cosas, como le ocurría en su día a Mariano Rajoy, que a veces era un mérito y otras lo contrario. Sí es verdad que ejecuta gestión y asuntos con su alter ego, Teodoro García Egea. En esta ocasión ha llamado a Pedro Sánchez para mostrarle su apoyo por la crisis de Ucrania. Iniciativa habemus y deja en evidencia al presidente que no le llama por displicencia. Ahora se centra en Castilla y León. Necesita una victoria para apuntalar, dicen en Génova, su carrera hacia Moncloa. Algunos dicen que Mañueco no es como Ayuso, pero que las tendencias les favorecen. Como siempre esperamos a la jornada electoral

Vox: Santiago Abascal partido a partido. De vez en cuando pega un respingo para sacarle los colores al PP y recordarle que son necesarios para apuntalarles. Ahora Abascal dará la batalla en Castilla y León. El CIS, sin que sirva de precedente, le da una subida importante como los demás sondeos. Piensan que pueden ser definitivos a la hora de formar el Gobierno con Mañueco. En cuanto a la crisis con Ucrania, se les ha escuchado poco, cosa que les ha afeado su contrario Pablo Casado. A veces la fuerza se les va por la boca.

Unidas Podemos: Yolanda Díaz de perfil. Por si acaso. De momento que se sepa no se pronuncia mucho sobre los asuntos candentes. Sobre la crisis de Ucrania ni una palabra. Ya está Pablo Iglesias para solapar a unas y otras. Muchos dicen que está teledirigiendo a Podemos contra Sánchez porque Díaz calla. Incluso Ione Belarra que se supone es la dirigente de mayor rango en la formación, tiene que recordar internamente que la líder es ella y que Iglesias oscurece su presencia. Es como si en Unidas Podemos se estuvieran jugando varios partidos al mismo tiempo. Sin duda la cuestión del liderazgo, el papel controvertido del otrora líder y el futuro como candidata a la Moncloa de Yolanda Díaz. Demasiado juego a repartir.

Ciudadanos: Inés Arrimadas y el posibilismo. Pues parece que ha alcanzado un hueco inesperado para tener presencia. En la cuestión dela reforma laboral, Arrimadas casi con toda seguridad dará su apoyo al Gobierno porque dicen que apenas se ha recortado la ley que en su día puso en marcha el PP. Algunos le acusan de blanquear a Sánchez y otros de hacer piruetas a la desesperada. En cuanto a las elecciones de Castilla y León están dando la batalla a pesar de los malos augurios demoscópicos. Les costará porque las tendencias marcan catástrofe y sería el principio del fin. 

 

Las frases de la semana

Pablo Iglesias: "Ya no soy político, puedo decir la verdad". ¡Ah, caramba ¿Cuándo le creemos, ahora o antes?

Margarita Robles, ministra de defensa: "Pablo Iglesias tiene mucho tiempo libre y yo muchas responsabilidades y no tengo tiempo de analizar sus declaraciones". ¡Una de pragmatismo responsable! 

Edmundo Bal, portavoz de Ciudadanos: "¿Quién es Pablo Iglesias para tener los datos de una encuesta del CIS antes de que se publique? Este manejo de los datos es corrupción pura y dura". ¡Quién nos iba a decir que José Félix Tezanos le filtraba el CIS a Iglesias!

Franciso Igea, candidato de Ciudadanos en Castilla y León "¿Pactar con Mañueco? Lo único que tenemos claro es que no le daremos las llaves del piso al atracador". ¡Pues menos mal que gobernaban en coalición con el PP. Veremos que pasa el 13 de febrero!

Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad: "Vivimos el momento más peligroso tras la guerra fría". ¡Y el día anterior decía que no había que dramatizar. Alguien le ha mandado un recado! 

Konstantin Gavrilov, jefe de la delegación rusa en las conversaciones de Viena sobre la crisis de Ucrania: "Si Occidente no atiende a nuestras demandas, tanto los estadounidenses como los europeos lo sufrirán en sus cuellos". ¡Vaya con el intento. Provocación pura y dura a la soviética usanza! 

Rafa Nadal, tras un nuevo partido agónico y heroico en el Open de Australia: "Ha sido un milagro ganar, ya no tengo 21 años. Cada juego que ganaba era como una victoria. Ha sido un ejercicio de supervivencia y de resistencia" ¡Es un clásico en nuestra sección por su perseverancia, sacrificio, dignidad y ejemplo!

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