ELCHE. El pleno ilicitano ha aprobado por unanimidad instar al Consell en el pleno extraordinario a que cumpla con la conocida como 'deuda histórica' por los 43 millones de euros que sufragó el Ayuntamiento ilicitano para adquirir los terrenos en los que posteriormente se ubicaría la Universidad Miguel Hernández (UMH). Una deuda que el president Ximo Puig se comprometió a devolver a la ciudad en forma de inversiones y que hace unos días dejaba en entredicho al considerar que ya se están haciendo inversiones, eso sí, ordinarias, superiores a esa cifra. Ahora, con la convocatoria de este pleno por parte del Partido Popular, ante el silencio de parte del bipartito, la rama socialista, se ha aprobado por unanimidad hacer esta petición. Eso sí, con las habituales polémicas que parecen ya inherentes al funcionamiento del órgano.
Una discusión que empezaba porque el PP ya había preparado una intervención —y posterior documentación para mostrar a los medios prácticamente en el momento de la reclamación— para pedir al alcalde que las primeras intervenciones en este pleno fueran de 15 minutos y no de 5. Carlos González ha inferido que se acordó al inicio de la legislatura que el timing sería de 5 minutos en la primera intervención en los plenos ordinarios y extraordinarios, dejando solo para 15 minutos los plenos 'especiales', como pueden ser los del Debate del Estado de la Ciudad o los de Presupuestos.
El regidor defendía que ya había contestado esto a Pablo Ruz el miércoles, un día antes; y este señalaba que en un pleno extraordinario de agosto, como está recogido, el propio alcalde decía que Ruz tenía 15 minutos de intervención, siendo un pleno extraordinario como el de este jueves. Aunque es cierto que los populares, por ejemplo, no solicitaron en un pleno extraordinario de 15 minutos el pasado noviembre. Sea como fuere, salvo que el mencionado pleno extraordinario de agosto fuese considerado como 'especial', ya que era sobre los remanentes de los Ayuntamientos y se pudo intervenir un cuarto de hora, en aquél hubo otra vara de medir a la que González ha hecho caso omiso. En resumen, un inicio muy bronco, con interrupciones entre alcalde y líder de la oposición, casi a gritos haciendo de la jornada otro show.
Ya en lo mollar e importante del acto, todos los grupos estuvieron de acuerdo en solicitar a la Generalitat que abonara esos 43 millones de euros. Eso sí, cada uno a su manera. Y cómo no, de forma ya que se da por inevitable, con otro concurso entre gobierno y oposición, en este caso entre PP y PSOE y Compromís, por ver quién ha invertido más o menos en la ciudad estando en el sillón de gobierno en el Cap i Casal. Pablo Ruz defendiendo que de 1995 a 2015 su partido desembolsó 210 millones en la ciudad en forma de Pont del Bimil·lenari, Misteri d'Elx, Nit de l'Albà, ampliación del Hospital General, etc., mientras que Héctor Díez por el PSOE y Esther Díez por Compromís aludían a que el actual Ejecutivo ha emprendido proyectos que estaban pendientes como el IES Periodista Vicente Verdú (el esperado instituto nº11), o el montante del nuevo bloque quirúrgico del Hospital General. En resumen, un toma y daca y una serie de zascas entre ambos, ya que Ruz recordó que fue su formación la que precisamente acordó el pago a los expropiados de la UMH en época de crisis, mientras que a este le recordaron los portavoces del Ejecutivo que con Mercedes Alonso como alcaldesa se rechazaron sus propuestas de que el Consell asumiera esta deuda histórica con la ciudad.
Así pues, después de unos intensos minutos de pelea en el barro, mostrando las costuras de ambos Gobiernos tanto en València como en Elche y lo que ha costado solicitar de forma unánime esta deuda en los últimos años, cada uno con sus argumentos se mostraba de acuerdo en esta solicitud. Eso sí, vista la poca ejecución que hay de los acuerdos plenarios, está por ver cómo se materializa esta exigencia a Puig. El bipartito defendió que el Botànic está cambiando esa tendencia de falta de inversión poco a poco, afeando al PP que boicotearan este acuerdo en su legislatura de gobierno local, y la oposición criticó la anomalía de que la tercera ciudad de la comunidad estuviese tan olvidada y que el propio presidente tratara como "extraordinario" lo 'ordinario', es decir, las inversiones que son de su competencia como en sanidad y educación con las que daba por saldada la deuda. En resumen, después de los rifirrafes y las pullas constantes, los diez-quince minutos que tuvieron interviniendo únicamente sobre esos 43 millones todos estuvieron de acuerdo.
"Si había esa intención de acuerdo no hacía falta convocar un pleno extraordinario", sentenciaba al final la edil de Ciudadanos, Eva Crisol.