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Ni berlanguianos ni almodovarianos: los Goya de València fueron de Fernando Léon de Aranoa

La cinta de Fernando León de Aranoa se llevó los principales galardones, aunque también cayeron premios a ‘Las leyes de la frontera’ y ‘Maixabel’ | Les Arts acogió una gala en la que la ciudad fue protagonista aunque los nominados valencianos se fueron casi de vacío 

13/02/2022 - 

VALÈNCIA. Hace un año que la Real Academia Española incorporó el término ‘berlanguiano’ al diccionario, no por imposición, sino por urgencia popular. Era necesaria esa palabra, como tantas otras que se irán sumando al diccionario, casi siempre tiempo después de que el público las haya normalizado. La gala de los Goya de 2022 hizo uso del nuevo adjetivo con una ceremonia que hizo homenaje al cineasta en la que era su casa, València, aunque sin convertirlo en protagonista. Tampoco fue ‘almodovariana’ la palabra que uno utilizaría para describir la noche del sábado, pues el manchego se quedó sin premios para su Madres paralelas, que ha llevado a Penélope Cruz a luchar por el Óscar. El genio se tuvo que conformar con ser el encargado de entregar a Cate Blanchett el primer Goya internacional que concede la Academia. Sin adjetivo propio, pero con premio, acabó la velada Fernando León de Aranoa, que se llevó seis galardones por El buen patrón, entre los que suma los de Mejor película, Mejor dirección y mejor guion original, entre otros, confirmándose como la gran favorita en una noche sin grandes sorpresas.  

Fue Les Arts el escenario de una gala que se sentía especial, pues suponía la vuelta del público -esperemos que también signifique su regreso a las salas de cine-, una ceremonia de entrega que dejó atrás los teatros vacíos y agradecimientos vía zoom. Ayer hubo mascarillas, sí, pero también aplausos y abrazos, que no es poco, una celebración que empezó con un espectáculo pirotécnico y una versión del ‘Libre’ de Nino Bravo a cargo de Cristina Castaño, Bebe y Jedet. Evidentemente, la gala no era en Málaga. Carmen Machi fue la encargada de abrir el fuego -en valenciano, por cierto- de una ceremonia que se convirtió en todo un homenaje a la ciudad de València, que destacó como plató. “Bona nit” fueron las palabras más repetidas de la noche. “València siempre me trae cosas buenas”, dijo una emocionada María José Llergo al recoger el Goya a mejor canción. València como escenario y, también, como espacio de futuro, pues el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, anunció un campus de verano en colaboración con el Ayuntamiento de València, un proyecto que continuará la colaboración iniciada con estos Goya.
 

Pero León de Aranoa no fue el único apellido clave en una noche con dos invitados de excepción: Blanchett y Sacristán. La australiana Cate Blanchett se convirtió anoche en la primera receptora del Goya Internacional, un premio que le llega poco después de que se haya anunciado su próxima colaboración con Pedro Almodóvar, en el que será su primer largometraje en inglés. Fue el propio Almodóvar, junto con Penélope Cruz, el encargado de otorgar el premio a Blanchett. “No solo son dos grandes comunicadores del cine español, su aportación al cine en general es parte de la leyenda”, recalcó la australiana, quien se deshizo en halagos con Almodóvar, Cruz y el cine español. “Cuando estaba en el instituto vi la obra de Buñuel y eso cambió por completo cómo veía el mundo. Desde entonces me atrae enormemente el lenguaje visual del cine español”. José Sacristán, por su parte, recibió el Goya de Honor, que recibió con un emotivo discurso. “Me siento muy orgulloso de ser uno de los primeros doce números de esta esforzada tropa. Muchas gracias al público, a esos hombres y mujeres que cada año, y hace la friolera de sesenta, bien en manojo o bien en ristra, me siguen comprando los ajos”.

En las categorías de interpretación, El buen patrón también se hizo con el Goya a Mejor Actor, que recayó en Javier Bardem, quien dedicó su galardón a su “referente”, su madre Pilar Bardem, fallecida el pasado año, y a Penélope Cruz, “la mujer que amo, respeto, admiro y celebro todos los días”, con quien viajará próximamente a Estados Unidos ambos como nominados a los Óscar. Cruz no corrió la misma suerte y no se hizo con el Goya a Mejor Actriz por Madres paralelas, premio que recayó en Blanca Portillo por su inmensa actuación en Maixabel, la cinta en la que cuenta la historia de Maixabel Lasa, cuyo marido, el socialista Juan María Jaúregui, fue asesinado por ETA en el año 2000. La propia Maixabel Lasa estaba presente en la gala, a la que Portillo dedicó su premio “por poner luz en el mundo, por hacer de este mundo un lugar mejor, por no rendirte nunca”. La interpretaciones en la cinta de Icíar Bollaín fueron también destacadas con el premio a María Cerezuela, Mejor actriz revelación, y Urko Olazabal, mejor actor de reparto. Nora Navas, por su parte, fue elegida como Mejor actriz de reparto por Libertad.
 

València se convirtió anoche en plató, en marco, en escenario, pero, ¿dónde queda el talento creativo local en el palmarés? Pues lo cierto es que el sector audiovisual valenciano se fue prácticamente de vacío. Se escaparon los premios para Josefina, la cinta del alicantino Javier Marco; el documental Un blues para Teherán o para la cinta de animación Mironins, coproducida por Hampa Studio. Tampoco se llevó el premio por efectos especiales La abuela de Paco Pablo ni hubo galardón para los cortos Mindanao de Borja Soler y Proceso de selección de Carla Pereira o para la interpretación del joven actor Jorge Motos. Concentró casi todos los galardones Las leyes de la frontera, del cineasta afincado en València Daniel Monzón, entre los que destaca el concedido a la valenciana Sarai Rodríguez por mejor maquillaje y peluquería. También fue premiado como mejor corto de ficción Tótem Loba, dirigido por Verónica Echegui y coproducida por Pólvora Films, de Arturo Valls

Y aunque Valls dijo en la alfombra roja que es de la opinión “de no convertir la gala en un acto reivindicativo”, lo cierto es que es innegable el poder político y social del arte, y eso quedó patente en los premios. Fue la noche de los mensajes importantes, reflexiones sobre la propia industria del cine que buena falta hacen. “Ojalá el cine no esté siempre en manos de los más privilegiados y otras Libertades puedan hacer también sus películas”, sentenció Clara Roquet durante su discurso, tras recibir el premio a mejor dirección novel. Otro de los parlamentos clave fue el del Zeltia Montes, ganadora al premio a mejor música original por El buen patrón, quien puso el acento en la precariedad de la profesión. “Me gustaría que los productores reflexionaran sobre el papel de la música en sus películas [...] hay una cadena de explotación en la que los músicos siempre salen perdiendo”. Los ganadores de Mediterráneo, Albert Espel y Kostas Seakianakis, también rogaron por que el mar “deje de ser una gran fosa común”, mientras que la cineasta Sahraa Karimi, primera mujer que llegó a ocupar la presidencia de la agencia pública del cine en Afganistán y que tuvo que abandonar el país con los talibanes, pidió al cine español que "no reconozca el régimen" instaurado por este movimiento.

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