el billete / OPINIÓN

El 'bono cultural' de Mazón

13/10/2024 - 

El bono cultural de Pedro Sánchez, de 400 euros para los jóvenes el año que cumplen 18, fue muy criticado en su día, injustamente, por la muy verosímil sospecha de que es una forma de 'comprar' el voto de quienes cumplen la mayoría de edad y no tienen muy claro qué papeleta escoger su primera vez. Que la intención fuera esa no puede empañar la buena noticia de que 360.000 jóvenes se gastaron 130 millones de euros en 2023 en productos culturales, lo que es al mismo tiempo una ayuda a las industrias culturales, ayuda que, además, no reparte a dedo el Gobierno sino que se distribuye según los gustos de la juventud. La mala noticia es que un tercio de los mozos y mozas que podían pedir el bono no lo hicieron, sea porque papá les paga todo, porque no se enteraron, porque no les interesa la cultura o porque odian a Pedro Sánchez.

Bastante más sutil ha sido la estrategia puesta en marcha por Carlos Mazón y su equipo propagandístico para seducir a los nuevos votantes con incentivos culturales y de otro tipo que el propio presidente comunica en las redes sociales directamente al público más joven. 

La campechanía no la inventaron Tierno Galván ni el ahora vilipendiado Juan Carlos I. Su trastatarabuelo Fernando VII, que pasó a la historia por ser un felón, ya demostró hace 200 años, sin redes sociales, cómo un monarca podía ganarse el fervor de los españoles mostrándose como una persona cercana al pueblo, participando en todo tipo de celebraciones sin límite de tiempo en las que él, por ser el rey, era el protagonista. 

Mazón pisa la calle pero también utiliza las redes para mostrarse simpático y resultón gracias a un equipo de producción que aprovecha su telegenia para mezclar mensajes políticos con anuncios dirigidos a ese público joven que crece de espaldas a los medios de comunicación tradicionales.

Lo de los títulos de valenciano para los jóvenes que acaban el Bachillerato ha sido un puntazo. Un puntazo de Mazón, como se ha encargado de recordar la Generalitat mediante carta de felicitación que acompaña al título firmada por el mismísimo president, a la que solo le falta un "querido Fulanito" o "benvolguda Menganita", que es algo que los programas informáticos ya hacían antes de la IA.

Menos impacto popular, aunque tota pedra fa paret, han tenido los conciertos Som de la terreta, de carácter privado pero patrocinados por la Generalitat en vísperas del 9 d’Octubre. Los conciertos y los eventos deportivos van a ser el 'bono cultural' de Mazón, que no en vano antes del verano asignó a Presidencia las competencias de Deportes y anunció la creación de una Dirección General de la Industria Musical Valenciana que también estará adscrita a Presidencia y no a la Conselleria de Cultura. 

Es decir, que el conseller de las motos, las regatas, los maratones y los conciertos patrocinados por la Generalitat es Carlos Mazón. Por eso el otro día le "dejaron la oportunidad" de ser la mano inocente en el sorteo de las entradas de Som de la terreta, según confesó él mismo en el vídeo publicado en redes sociales, redes donde ya se había encargado de anunciar los conciertos. Le dejaron la oportunidad los organizadores, la empresa The Music Republic, y no era para menos después de recibir un patrocinio de nada menos que 3,38 millones de euros, mediante un expediente exprés –iniciado después de anunciar el propio Mazón los conciertos– que merecería, cuanto menos, un tirón de orejas de la Agencia Antifraude.

Compromís ha dicho que lo va a denunciar en Antifraude –y el PSPV en la Fiscalía Anticorrupción–, por lo que será la primera prueba del algodón para Eduardo Beut tras su entrada triunfal en la Agencia. Cabe recordar que Antifraude censuró en su día contrataciones similares de Carlos Galiana o de Ximo Puig por, entre otras irregularidades, precios fuera de mercado o patrocinios desproporcionados, y tampoco han faltado críticas del Síndic de Comptes al abuso de la vía de urgencia para contratos más que previsibles y por tanto programables, como la campaña estival antiincendios. Igual de programables que los conciertos del Día de la Comunitat Valenciana, que no podrán alegar en Presidencia que no sabían que el 9 d’Octubre se celebra el 9 de octubre.

Las formas han empañado el "éxito" de Som de la terreta –50.000 asistentes, según los organizadores–. No será así para los jóvenes que no leen la prensa y les da igual cómo se maneja el dinero público, pero sí para quienes están informados por los medios de comunicación, que además de informar tenemos la obligación de controlar a quienes mandan. Al menos, que sirva para que el año que viene no les pille el toro y planifiquen el 9 d’Octubre con tiempo.

PS: La ley de Simplificación que se está tramitando en Les Corts es una muy buena oportunidad para que los parlamentarios valencianos demuestren a la ciudadanía que la política es algo más que el penoso espectáculo que nos han ofrecido sus homólogos en el Congreso esta semana. Demostrar que a la propuesta del Consell de simplificación de la administración todos tienen algo que aportar –se han presentado centenares de enmiendas, incluidas algunas del PP–, que la materia da para consensos más que para disensos y, sobre todo, que se leen los papeles antes de votarlos.

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