La institución anuncia subidas de tipos solo lo suficiente para enfriar la sobrecalentada economía de la zona euro sin llegar a gripar su motor
MADRID. Aunque la inflación que está encareciendo todo lo que pagamos es alta, está lejos de estar desbocada o descontrolada. Detenerla sería sencillo. Bastaría una subida fuerte de los tipos de interés que cortase el flujo de crédito barato a la economía y frenase el endeudamiento de los estados y las empresas, pero el precio de hacerlo sería demasiado algo, pues provocaría una recesión económica que agravaría el desempleo, la morosidad y las quiebras empresariales. Así que el BCE sigue haciendo equilibrios sobre el alambre, haciendo continuos anuncios de subidas de tipos y realmente subiéndolos solo lo suficiente para enfriar la sobrecalentada economía de la zona euro sin llegar a gripar su motor. Allí donde se impongan controles de precios se producirán inmediatamente desabastecimiento, mercados negros y graves perjuicios a los ciudadanos más vulnerables.
El Gobierno español se niega a considerar siquiera rebajar suficientemente los altos impuestos que gravan los productos que más se han encarecido (combustibles, gas y electricidad) y ha optado por mitigar la subida de precios en esos productos (carburantes) con subvenciones parciales de escaso efecto que no han impedido que el litro de gasolina ya se pague a 2,04€. Todos los precios seguirán subiendo por tiempo indeterminado. La único que pueden hacer los ciudadanos es buscar productos y servicios sustitutivos o cambiar sus pautas de consumo optando por alternativas menos caras.
Encarecimiento de las hipotecas
La subida de tipos de interés se trasladará al Euribor, tipo de referencia en la contratación de hipotecas, lo cual encarecerá este tipo de créditos para la adquisición de viviendas. Lo más prudente para quienes estén considerando contratar una hipoteca es hacerlo a tipo fijo, cubriéndose así ante las previsibles subidas que iremos viendo a lo largo de los próximos doce meses. Las hipotecas contratadas a tipo variable se revisarán a alza para adaptarlas a la nueva circunstancia, lo cual encarecerá el importe de las letras mensuales.
Repercusión en la rentabilidad de los planes de pensiones
La subida de tipos hundirá el precio de los títulos de deuda ya existentes, emitidos a tipos inferiores (en muchos casos a tipos reales negativos). Los partícipes de fondos de inversión y planes de pensiones de perfil más conservador que hayan invertido principalmente en títulos de renta fija gubernamentales verán caer notablemente el valor de sus inversiones. Independientemente de lo que está ocurriendo ahora, los planes de pensiones dejaron de ser productos de inversión interesantes para la mayoría de los ahorradores desde que el gobierno actual empeoró su fiscalidad.
Implicaciones en el ahorro
Los tiempos de inflación son malos para los ahorradores. La inflación es el impuesto silencioso que se come los ahorros de las clases medias y vuelve inútiles los esfuerzos de las familias por apartar algo de dinero para las épocas de vacas flacas. En estos momentos los ahorros deben ponerse a resguardo en productos de inversión en renta variable que los protejan de la inflación. El precio de proteger el ahorro acumulado será exponerlo a la volatilidad de la inversión en acciones mientras la tasa de inflación no se estabilice en el nivel normal en la zona euro (1-2% anual). Como no sabemos cuándo sucederá eso, conviene mantener en cuenta corriente o en efectivo solamente el dinero que se necesite para los gastos corrientes más un colchón para hacer frente a imprevistos; todo lo demás deberá protegerse en productos de inversión en renta variable muy diversificada.
Luis Alberto Iglesias es analista de Value School