EL VERGER. El Ayuntamiento de El Verger está cansado de los problemas que le viene generando el rastro que se organiza cada domingo en la entrada sur de la población, en la Avenida de Valencia, una vía que discurre en paralelo a vieja Carretera Nacional, ahora N-332a. El gobierno local aduce conflictos de todo tipo, desde incidencias en el tráfico a un volumen inasumible de suciedad cada domingo, afirmando, además, que se venden productos robados.
Por este motivo, el gobierno local (Compromís y PSPV) ha optado por trasladar el rastro a una parcela cercana, dentro del polígono La Vía, la zona interior del mismo sector donde ahora aparcan los asiduos que acuden cada domingo a El Verger para recorrerse el conocido mercado.
La decisión esta tomada: “Ya lo hemos comunicado a los vendedores. Pasarán a la zona verde del polígono y ya no habrá 400 paradas sino 200”. El alcalde de El Verger, Basili Salort, se ha mostrado implacable en esta decisión. “Cada domingo se retiran 20 contenedores y dos camiones de basura”, son cifras que El Verger no puede asumir, todo pese a que el Ayuntamiento cobra cada domingo un total de 10 euros a cada uno de los vendedores por montar su parada de venta.
Pero no es este el único motivo. El tráfico y las incidencias en la N-332a, donde aparcan vehículos sin estar permitido, es otro de los motivos. “Hay un volumen muy alto de vehículos y hay veces que hay siniestros en la carretera, hay que actuar y aumentar la seguridad vial”.
Hay varios pasos de cebra, pero lo cierto, es que muchas personas cruzan desde la zona del rastro al otro lado de la vieja Nacional, dado que hay sitio para aparcar y hay varios bares y restaurantes. Otro de los motivos que ha propiciado esta decisión es “la venta de productos robados”, que allí se produce según Salort.
Pese a este argumento, el primer edil no ha aportado datos de intervenciones o de material requisado por parte de la Policía Local de El Verger. Sí que ha afirmado que Guardia Civil ha realizado algunas actuaciones, aunque tampoco manejaba esas cifras.
Esta situación ha crispado a los vendedores que acuden a El Verger cada domingo: “No quieren que vendamos nuestros productos; que vengamos con objetos de segunda mano. Ese es el verdadero motivo; no hay otro”, ha indicado un súbdito marroquí que ofrece cada domingo herramientas y piezas de fontanería y obra en este popular rastro.
Otro de los comerciantes, que ofrece prendas de vestir, piensa muy parecido: “No tiene sentido que quieran reducir a la mitad este rastro que es el que más grande y el que más gente atrae de la Marina Alta, multiplicando al de Pedreguer, o al rastro de Xaló, que tiene otro tipo de orientación. La intención es que ciertos artículos que vendemos y que la gente compra por ser domingo, dejen de venderse”.
Pero quienes más han mostrado su indignación han sido los hosteleros del otro lado de la N-332a. En este sector, además de un pequeño centro comercial abierto hay gasolineras y varios bares y restaurantes. La indignación es máxima. “Cada domingo vienen centenares de personas justo porque es uno de los rastros más interesantes de la Marina Alta y donde se encuentra de todo, es variado, y muchas personas se toman el café, almuerzan o comen aquí después. Si pasamos de 400 paradas a 200 en enero, todo se reducirá a la mitad. Esto va a acabar con puestos de trabajo e incluso ya adelanto que alguno de los locales cerrará los domingos”.
Es más, uno de los hosteleros, ha indicado que desde el Ayuntamiento se quiere sacar fuera y "acabar" con este rastro y fomentar "otras iniciativas parecidas que se celebran en recintos cerrados y que son más de la ideología del gobierno local".