de la vía pa' arriba / OPINIÓN

El valor de las pequeñas cosas

9/06/2022 - 

Metidos en el seguimiento de la campaña electoral, la de Andalucía claro (aunque algunos están absolutamente en modo campaña on), empiezo a temerme cómo acabaremos entrando todos en los lugares comunes y dejaremos de lado algunas de las cuestiones menos mediáticas pero que al final es lo que de verdad importa. Poco me equivocaré si la campaña electoral en Elche no acaba centrada en la deuda histórica de la Generalitat por la UMH, las Clarisas, el Mercado, el suelo industrial, los carriles bici, el Auditorio, los aparcamientos y cuatro cosas más y claro, por supuesto no va a faltar, la Dama.

Y sin embargo no se va a hablar o muy poco  de aquellas cuestiones que de verdad elevan la calidad de vida de la gente. Me ha venido a la mente esto al conocer la Escuela de Verano Sénior  que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Elche y al recordar cómo se quejaban  los mayores de que no les abrieran los bailes del centro cívico o no se les permitieran los talleres y actividades presenciales durante la pandemia.

Una amiga me contó que para su madre acudir a esos talleres de yoga, manualidades, teatro o pintura, era socializar, activarse, alimentar su autoestima y sentirse bien mental y físicamente. Era salud. Al estar todos encerramos y después con las restricciones, los mayores especialmente, así como los niños y niñas lo pasaron mal. Ambos grupos de edad necesitan la calle y relacionarse.

Esta escuela de verano para jubilados, el Bailongo (así llamamos familiarmente en Elche a un centro cívico en pleno palmeral), los talleres socioculturales, las escuelas de verano para escolares, las escuelas deportivas municipales, los cursos de natación… son calidad de vida. También lo es, por supuesto, la sanidad, la mejora del tráfico, la limpieza, las actividades culturales, la educación y los proyectos de este tipo pero es que al final, lo primero se queda siempre fuera del circuito de los grandes titulares.

Esta semana también se ha anunciado una OMAC digital (Oficina de Atención a la Ciudadanía), con grandes medios técnicos donde la ciudadanía podrá acercarse a realizar trámites digitales, y por otro lado se ha abierto la posibilidad de acudir sin cita previa de nuevo a la OMAC de la Plaza de Baix. Se va a hacer como experiencia piloto para comprobar si es útil a la gente este sistema.

Hace unos meses escribí sobre las dificultades de la gente para entender la burocracia y lo farragoso de algunos aspectos de la administración. Poco después tuve la oportunidad de escuchar a la otra parte, funcionarios que tiene a su vez sus propios problemas  aunque se esfuerzan por hacer estas gestiones lo más fáciles posibles a la ciudadanía a pesar de que es verdad que a veces no se consigue. La queja que lamenté en aquel artículo me consta que se ha subsanado y este interés por solucionar problemas es otra de las cosas suponen un plus en el bienestar y quedan lejos del foco.

No será portada o es muy difícil que se sitúe en primer lugar de un programa electoral o como punto estrella este tipo de servicios, pero quizá habría que escuchar más a la gente y ver lo que de verdad les importa.

Una calle o camino asfaltado, una farola en el sitio adecuado, un pequeño parque remodelado como el Jardín de Andalucía para sentarse en un banco o jugar en los columpios… eso es hacer ciudad.

Los mercados atrancados, los auditorios, las grandes inversiones, son muy importantes y es necesario trabajar también en todo ello pero no olvidemos cuidar también las pequeñas cosas. Su efecto en la gente es inmediato.

Recuerdo siempre como hace muchos años en unos de los primeros presupuestos participativos se ganó espacio para la ciudadanía en detrimento de coches, asfalto y plazas de aparcamiento en la plaza de iglesia del Corazón de Jesús, muy cerca de mi casa. Costó cuatro duros y ya nadie se acuerda de que antes esa zona solo había tráfico. Hoy y hace ya más de una década, es una pequeña explanada donde se han instalado un tobogán y dos columpios y las cafeterías de al lado sacan sus terrazas que dan a la plaza y devuelven  al barrio una vida estupenda.

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