GUARDAMAR DEL SEGURA. El Sindicato Médico ha denunciado hoy el mal estado de conservación del edificio en el que se sitúa el consultorio médico auxiliar de El Campico, en Guardamar del Segura, tras elevar una queja el pasado mes de junio de la que no han obtenido respuesta ni del Ayuntamiento ni de la Conselleria. Unas deficiencias, que desde el colectivo manifiestan que "interfieren negativamente en el trabajo del facultativo que desempeña su actividad en dicho centro, así como en el servicio prestado y la atención a los pacientes" ya que "la situación en la que se trabaja en dicho consultorio vulnera las más básicas normas de seguridad laboral" por lo que, de no ponerse solución cuanto antes, advierten de que denunciarán ante la Inspección de Trabajo.
El sindicato se refiere, en primer lugar, al reducido espacio de la sala de espera, un habitáculo de dos metros de ancho por tres metros de largo en el que ni tan siquiera hay aire acondicionado, por lo que los pacientes deben sufrir el intenso calor durante las esperas que, además, señalan que pueden superar una hora y "sin poder usar las mascarillas por dificultad de soportar el calor, lo que aumenta el riesgo de contagio de coronavirus al no disponer ni siquiera de un purificador de aire, ya que el que había con anterioridad ha desaparecido". El único equipamiento disponible es un pequeño ventilar que no consigue acabar con las sofocantes temperaturas que se alcanzan en verano. El sindicato asegura que el edificio dispone de un patio en el que se han colocado seis sillas que están bajo el techo pero sigue haciendo prácticamente el mismo calor que en la sala de espera para la consulta médica y además se utiliza como sala de espera para la consulta de enfermería. "Hay un toldo vertical que no protege del sol y está inservible. El resto del patio está al aire libre y es inutilizable. Dijeron que iban a abrir la biblioteca para habilitarla como sala de espera, pero continúa cerrada", señalan.
En la consulta médica las deficiencias son, si cabe, más graves. Desde el sindicato apuntan que la falta de material para ejercer la medicina con garantías es la tónica, se ha denunciado verbalmente y se ha hecho caso omiso. Falta biombo para garantizar la intimidad durante la exploración a los pacientes, faltan muebles y ni siquiera hay espacio para colocar las herramientas de trabajo. Además no hay trituradora de papel, los documentos que se desechan se acumulan en una caja de cartón sin garantías de mantener la confidencialidad de la información de dichos documentos.
"El ordenador falla a diario y está obsoleto funcionando, cuando funciona, muy lento. El hecho de tener que trabajar con dos programas a la vez y con estos equipos obsoletos está demorando el tiempo de atención a cada paciente con los retrasos y enfados por el usuario consiguientes Las llamadas al CATS (servicio de atención informática) son casi diarias. La luz, salta con frecuencia, especialmente cuando se conecta algún aparato de más, lo que obliga a reiniciar los ordenadores frecuentemente con lo que de demora de tiempo conlleva", denuncian.
En definitiva, "el local, en su conjunto, está obsoleto, deteriorado y no reúne las características más básicas para la atención a los pacientes ni para el trabajo con los mínimos de confort y seguridad exigibles", concluyen.