ALICANTE. Fernando Linde deja el mando de 80 Mundos. El relevo en la librería se lo aseguran cuatro nuevos socios que cogen el traspaso: Carmen Juan, Sara J. Trigueros, Ralf del Valle y Marina Vicente. En reunión con dos de ellas y con Linde explican cómo será la fiesta que este jueves celebrarán a las 20 horas y del futuro del sector.
Linde abre la conversación recordando una anécdota. "El primer ordenador que me compré costaba 800.000 pesetas. Fue en el 84 y era una de las primeras librerías en España en informatizarse". Aún sabe decir el disco duro que tenía la máquina, veinte megas, "en aquella época era una barbaridad, uno de los discos duros más grandes".
En una época en la que es habitual decir que los gigantes de la electrónica han ido cerrando los puntos de venta físicos, Juan señala que "no estamos locas". La razón la tiene clara, este "es un negocio que lleva la historia de Alicante". Tanto que, añade, "son 36 años en funcionamiento, más años de los que tenemos nosotras. Todo el mundo conoce 80 Mundos".
El veterano librero ríe al pensarlo. Ellas tienen 30 y 29 años. "Les digo que la mayor tiene menos años que los que llegué a Alicante". Esas más de tres décadas vendiendo libros y creando vida cultural en la ciudad le han situado en el panorama cultural. Y eso tiene su valor. Juan destaca que de quienes sabían que iban a coger el traspaso, "a todo el mundo le parece un excelente negocio".
Con la reiteración de la palabra negocio, tercia Trigueros: "Yo no lo calificaría como un negocio". A lo que Juan responde dándole la razón, "todas pensamos que es más una librería que un negocio; si no, no se hubiera concedido este traspaso. Una de las cosas que dice Fernando es que ha decidido que lo cojamos porque vamos a ser fieles a los principios de 80 Mundos y para nosotros es hermosísimo".
Y lo es porque "80 Mundos está ligada a la vida de todas las personas desde que vas al colegio hasta que eres adulto". Así lo resume Trigueros, quien añade que a una persona para la que los libros son tan importantes, "dedicarte a formar parte de la vida intelectual de los demás es muy bonito".
Tanto se lo parece que tienen ganas de la fiesta con la que hacer oficial el cambio de poderes. "Habrá un buen puñado de personas que han sido lectores fieles a 80 Mundos durante mucho tiempo a Fernando como librero y mucha gente fieles nuestros", estima Juan.
Todos ellos reunidos, como una fiesta de cumpleaños. O más bien, "como una boda" porque "al final será nuestra familia y la suya". Una gran familia cultural para lo que "pretendemos que sea un homenaje a la carrera de Fernando y él cree que sea una bienvenida para nosotros".
¿Y qué pasará el viernes cuando Linde ya no esté al frente? "Desde luego al día siguiente quizá me plantee qué hago ahora que no tengo donde ir, pero afronto la nueva etapa con mucha ilusión", responde el librero, que concede que "algo de nostalgia habrá". Trigueros le abre la puerta, "80 Mundos siempre será tu casa". A lo que él sigue, "seguiré viniendo aquí con lo que me dejen de ser; como cliente, desde luego".
Con eso Linde recalca, "el mejor cliente de 80 Mundos soy yo y no sé si lo seguiré siendo". Juan recoge el testigo, "habrá un poco de competición por ser la mejor". El librero puntualiza que dejará pasar un poco de tiempo, "porque me he pedido varias cajas de libros y voy bien apañado".
Con todo ese tiempo libre por delante una de las cosas que tiene más claras es que no se pondrá a escribir. "Eso me lo decían los familiares pero nunca lo haré: tengo mucho respeto a la letra impresa. Sé que soy un buen lector pero no seré un escritor". Lo que sí seguirá haciendo es recomendar, "eso se puede hacer en cualquier ámbito". Lo mejor, su promesa. "En el ámbito cultural de Alicante nunca me voy a dejar de mover".
El legado de Linde sigue vivo, en todo caso. "80 Mundos siempre ha sido un punto de encuentro, una referencia para la ciudad y la idea es que siga siéndolo. Nosotras apostamos por el trato personal y eso a nivel digital no se puede conseguir", concluye Juan.
La vida criba las pasiones hasta dejarnos las imprescindibles. Pocas pero buenas pasiones. Las mías son los paseos y los libros. Caminar es mi forma de leerme y de leer a los demás. Son las dos muletas en las que me apoyo para seguir tirando