Si el Partido Popular tiene un rival ese es Ciudadanos. El PSPV-PSOE, por mucho que Isabel Bonig le exija responsabilidades, ya no lo es. Y en el PP, desde hace tiempo, en el que las encuestas sitúan a la formación de Albert Rivera en alza, llevan tiempo estudiando el fenómeno electoral para estar preparados de cara a las sumas y las restas que se puedan hacer en mayo de 2019. Hay dos tesis que se manejan en la sede de la Avenida de Salamanca: por una parte, Ciudadanos sigue hinchado en las encuestas, algo que atribuyen al fenómeno catalán, y que el PP mantendrá mejor el tipo en los comicios locales debido a su fuerte presencia territorial e implantación en los municipios pequeños. Todo ello les garantizaría, cuando menos, el Gobierno de la Diputación de Alicante, aunque fuera con pactos con los naranjas. La meta pasa por consolidar Alicante ciudad, Ibi, Benidorm y Orihuela, y recuperar Torrevieja y Elche.
Así, el PP tiene un estudio sobre dónde podría lograr diputados provinciales Ciudadanos y si en ese caso, habría posibilidad de que adelanten a los populares. Ya saben que los diputados provinciales se eligen de forma indirecta en los partidos judiciales de cada circunscripción con la suma de los votos y posteriormente, los concejales obtenidos son los que ratifican los nombres propuestos por los partidos. En el caso de Alicante, se eligen en 8 partidos judiciales, que en la actualidad tienen la siguiente distribución: Dénia ( PP, 1 Compromís y 1 PSPV); La Vila Joiosa (2 PP y 1 PSPV); Alcoy (1 PSPV y 1 PP); Alicante (3 PP, 2 PSPV, 1 Ciudadanos y 1 Compromís); Elda (2 PSPV y 1 PP); Villena (1 PP); Elche (3 PP, 2 PSPV y 1 Compromís), y la Vega Baja (3 PP y 2 PSPV). Actualmente, el PP tiene 15 representantes, el PSPV 11; Compromís, 3 y Ciudadanos logró uno, pero su inquilino lo ha convertido en el número 16 del PP.
Las cuentas internas del PP sostienen que Ciudadanos sólo tendría capacidad de lograr diputados provinciales en Alicante (1 ó 2); Elche (1) y Elda (1). No le dan opciones en la Vega Baja, de manera que los populares, de cerrar un acuerdo con la formación de Albert Rivera, tendrían garantizada su continuidad en la institución provincial. Dan por hecho que pueden seguir en el Gobierno, incluso perdiendo representación. De igual manera, también se admite que Ciudadanos tendría un buen resultado en Alicante ciudad -algunas encuestas, como la de Alicante Plaza le dan como fuerza más votada-, Elche y Elda.
Ahora bien, también existe la tentación de que PSPV y Ciudadanos sumen lo suficiente, algo que podría darse en otras ciudades e, incluso, en el Gobierno de la Generalitat Valenciana, a prueba de romper el Botànic. Por su parte, Compromís confía en que los dos alcaldes de Los Verdes, José Manuel Dolón (Torrevieja), y Javier Esquembre (Villena), se presenten con la etiqueta de Compromís y que esa coalición, al menos, le ayude a hacerse con el diputado provincial del Alto Vinalopó, que ahora tiene el PP. Del PSPV poco sabemos, y de Podemos-Esquerra Unida, que su supervivencia en el ámbito local y autonómico pasa por ir juntos.
Ahora bien, con este escenario, todo es posible. Lo normal sería repetir el Gobierno entre PP y Ciudadanos, con César Sánchez de presidente, siempre y cuando los naranjas no impongan algún veto de última hora. José Ciscar hace tiempo que cerró ese debate: Sánchez repetirá. Aquí la duda, ya expresada en varias ocasiones, es si lo hará como regidor de Calp o por Alicante, dónde tiene reservado el tercer lugar de la lista, si fuera necesario. Eso todavía está en el aire.
Con este panorama, visto lo visto esta semana en la Diputación de Alicante, y el nivel de exigencia de los de Rivera, la pregunta qué hay que hacerse es: ¿Permitiría Ciudadanos que el elefante entre por la puerta estrecha de las ayudas a la carta y que lo hiciera a martillazos, como lo estamos viendo? ¿Permitiría Ciudadanos que algunos diputados del PP amenacen con no ir a votar si las ayudas nominativas de sus ayuntamientos no son incluidas? ¿Permitirá Ciudadanos que se aprueben ayudas en los pueblos de los vicepresidentes de dudosa justificación o que generan agravio con respecto a otros? Pues sabido que Sánchez va a seguir en el cargo, todas esas cuestiones, que debería despejar Ciudadanos, son las que están en el horizonte, y que los populares no acaban de ver gracias a la docilidad con la que actúa últimamente el socialista José Chulvi.
Parece que la fuerza por la equidad y la igualdad del Fondo de Cooperación Local, que con tanto ahínco defendió el alcalde de Xàbia en ejercicios del pasado, se ha diluido por el sumidero de la confusión que reina en las filas socialistas. Pues por mucho que el foco se ponga en las exigencias de Compromís -y su ineficaz capacidad de bloqueo con sólo tres diputados-, lo que extraña, y de verdad, es la casa de las oportunidades en la que se ha convertido el PSPV -y qué callados están los sanchistas que le dieron su respaldo- y, como no, el nerviosismo y las prisas del PP, incluso, por pasarse por alto las resoluciones judiciales que tanto exigen para el contrario. Es pronto aventurar cómo que quedará la Diputación de Alicante, las alcaldías y los pactos, pero es menester recordar que Sánchez y su equipo llegó a la Avenida de la Estación y abanderó el mantra de rescatar personas -ese que tanto repetía Mónica Oltra- porque, en resumidas cuentas, la calle, después de la dolorosa y traumática crisis económica, respiraba eso. Sería conveniente que no lo olvidaran, para lo bueno y para lo malo. Incluido Chulvi. Da la sensación, vistas las prioridades, que las personas ya están todas a salvo.