ORIHUELA. El Partido Popular de Orihuela, otrora gran bastión de los populares en la Comunitat Valenciana, sólo tiene a día de hoy 20 interventores para cubrir la jornada electoral del próximo 28 de abril. La cifra es paupérrima teniendo en cuenta que la formación reunió a 350 en las pasadas elecciones de 2016. Esta vez, parece que la formación está notando los problemas internos que arrastra desde la división del grupo municipal, entre los partidarios del alcalde, Emilio Bascuñana, y el presidente local, Dámaso Aparicio. La persona que se encargaba de este cometido ha renunciado al cargo, razón por la cual el PP oriolano tiene toda la estructura electoral en el aire. En un encuentro celebrado este martes, los alcaldes pedáneos, nombrados por el PP, lamentaron no tener información del presidente local, ni de cuando visita sus demarcaciones ni si necesita ayuda para la logística electoral. Así que las alarmas se han encendido en la formación ante la falta de efectivos, a las puertas de la campaña, para controlar las cerca de 50 mesas electorales que habrá distribuidas por la ciudad el próximo 28 de abril. Parece que la maquinaria se ha puesto en marcha, un poco, a la desesparada, en una agrupación que fue de las de mayor afiliación de la provincia de Alicante, y que se suele movilizar a más de 1.000 personas cuando hay elecciones a presidente.