ORIHUELA. El Partido Popular de Orihuela, la ciudad más grande de las que gobiernan los populares en la Comunitat, se verá obligado a cambiar de sede. ¿La razón? Es demasiado cara, grande, en alguna ocasión les han cortado la luz y el agua, y, sobre todo, algunos de los actuales concejales -tiene 11- no hace las aportaciones que se acordaron en su día en la junta directiva. El PP ocupa desde 2016 un espacioso bajo comercial en la Avenida Príncipe de Asturias, una de las zonas de expansión de la ciudad, que se inauguró tras la victoria de Mónica Lorente como presidenta local
Este asunto fue debatido el pasado martes, en la reunión de la ejecutiva con la presencia de la secretaria general del PPCV, Eva Ortiz. Y la situación de las deudas ha sido tal que el partido se ha visto obligado a cambiar de local por las deudas que arrastra y que ya le han costado algún que otro corte de luz y de agua por impagos. Y todo, según apuntan fuentes de la formación popular, porque el PP actual ha heredado una sede demasiado grande cuyos costes no se pueden mantener. Y entre ellos, la caída de aportaciones que hacen los propios concejales, algunos de los cuales o bien no paga o ha dejado de pagar en los últimos meses.
A ello, se añade que el partido no sabe qué número concreto de militantes tiene, no sabe cuántos pagan y cuántos dejan de pagar su cuota.
Y es que, como en la mayoría de los casos, el PP oriolano se financia con las aportaciones del grupo municipal -la subvención que reciben del propio ayuntamiento-; las cuotas de los afiliados y las aportaciones de los cargos públicos, en este caso, los 11 concejales que tiene en el Consistorio de Orihuela.
Así que ante las deudas acumuladas, la caída de los ingresos y aprovechando que el contrato actual está apunto de expirar, el PP de Orihuela ha decidido cambiar de lugar de reuniones y ruedas de prensa y buscar un local más céntrico y asumible económicamente.
En esa misma reunión volvieron a florecer las diferencias que mantienen el presidente del partido, Dámaso Aparicio, y el alcalde, Emilio Bascuñana, con la secretaria de Organización presente. Afines de cada bando se lanzaron dardos envenenados: así, unos acusan a Aparicio de no ir a los actos institucionales a los que va el primer edil, y otros acusan al alcalde de dividir al partido y convertirlo en un enemigo. En ambos casos, en las réplicas, hubo alusiones a la unidad del partido.