César Sánchez. Foto RAFA MOLINA ALICANTE. Tras la tempestad del último pleno en la Diputación de Alicante, viene la calma. El presidente de la institución, el popular César Sánchez, tiene una hoja de ruta para que las ayudas puedan llegar a los municipios lo antes posibles. Pero antes debe dirimirse el contencioso que ha presentado la formación Compromís por la ayuda a la carta para el Ayuntamiento de Busot, cuyo alcalde, Alejandro Morant, es, además, vicepresidente de la Diputación. El PP se agarra a la suspensión temporal de esa ayuda para no llevar a votación de todo el plan, que asciende a 31 millones y que contempla tres paquetes de ayudas: las financieramente sostenibles; los planes de obras, y las ayudas a dedo o a la carta, que tanta polémica han levantado.
Según ha podido saber Alicante Plaza, si el TSJ no se pronuncia en los próximos días sobre el recurso presentado por la Diputación de Alicante al fallo del juzgado contencioso-administrativo por la ayuda de Busot, el equipo de gobierno presentará una nueva propuesta e intentará que salga consensuada con el resto de grupos, PSPV, Compromís y Esquerra Unida. En el PP ya se descuenta el apoyo del diputado no adscrito Fernando Sepulcre.
Pero el convencimiento es que las ayudas deben ser aprobadas antes del mes de agosto. El tiempo legal para iniciar el procedimiento de su puesta en marcha es noviembre, pero el equipo de gobierno del PP no apurará tanto: si no hay resolución, o si lo hubiera, y es desestimatoria, el plan de inversiones se aprobaría a lo largo del mes de julio. Si el TSJ levanta la suspensión, el equipo de gobierno mantendrían el plan de ayudas que presentó a los grupos de la oposición, que incluye las polémicas ayudas de Busot, La Nucía y Mutxamel. Hay que recordar que el PSPV se mostró favorable a respaldarlo, mientras que EU y Compromís lo rechazaron de forma tajante por incluir las ayudas directas sin ningún tipo de justificación: ni emergencia ni excepcionalidad.
