El Elche de Pacheta tiene un estilo definido. Un equipo que quiere ser protagonista a través de mover el balón, dar velocidad al juego y explotar las bandas. Sin embargo, ya sea por el rival u otros condicionantes, como el césped, a veces toca apostar por un plan B. O simplemente porque crees que estarás más cerca de ganar si empleas un plan distinto al A. Cada uno ve e interpreta este deporte de una manera, pero pienso que Pacheta utilizó en Oviedo un plan distinto al habitual. Un plan B. Y le salió muy bien.
Tras la derrota franjiverde contra el Fuenlabrada (0-2), marcada por el pésimo estado del campo, hubo frases de Pacheta que me dejaron preocupado: "Podríamos haber jugado en largo, pero habríamos traicionado nuestra idea. Cuando juegas a una cosa, debes insistir. Seguiremos siendo fieles a nuestro juego".
Palabras que me transmitían la sensación de que Pacheta no tenía e incluso renunciaba a tener un plan B, C o D. Que también valen para ganar. Pueden salir mal, lógico, como en Zaragoza (1-0) con la variación del esquema a 5-3-2. Pero en Oviedo (0-2), con el habitual dibujo 4-4-2, fue certero.
El Elche comenzó el partido del domingo con juego directo a Yacine Qasmi desde el portero o los centrales. A partir de ahí, dos opciones: que el franco-marroquí aguantara el balón y descargara a un compañero o pelear la segunda acción. Nada de intentar salir con el balón raseado desde atrás ni circular por la medular. Pienso que el Real Oviedo no ejerció una presión tan alta como para obligar a los franjiverdes a mandar el balón largo.
Con este plan, el equipo ilicitano se adelantó pronto con un buen gol de Yacine. Una vez superado el arreón local tras el 0-1, supo conseguir que apenas pasaran cosas hasta el descanso. Sin tener la posesión con fluidez. Al inicio de la segunda mitad, supo defender con solvencia las acometidas del Real Oviedo y amplió la ventaja en un contragolpe. Un ‘arma’ con la que, si no me falla la memoria, el Elche de Pacheta ha marcado pocos goles. Defensa sin balón y contraataque. Aspectos infrecuentes en el modelo de juego franjiverde.
Y superado el ecuador del segundo tiempo, el equipo ilicitano sí pisó más campo contrario con la pelota. Las dos expulsiones del Real Oviedo prácticamente disiparon los temores por dejar escapar los tres puntos. Victoria con practicidad, control y efectividad.
Que un equipo tenga un estilo definido y trabajado ni mucho menos debe significar que no sabe emplear uno distinto. Debe tener la capacidad de adaptarse a los distintos escenarios. Y el entrenador, valorar que quizás el plan B o C es más idóneo para superar al rival que el A.
Desde mi punto de vista, Pacheta optó en Oviedo por un estilo distinto al habitual. Por un plan B, que también sirven para ganar. El Elche sigue creciendo. Que siga la línea ascendente para alcanzar los 50 puntos cuanto antes.