ALICANTE. Si en el último día del mercado de fichajes de verano el Hércules pasó de dar por terminado por adelantado el mismo a movilizarse para acometer dos incorporaciones (de las que una obligaba dar una baja) que finalmente no concretó, cerrada esa ventana el club del Rico Pérez se debate entre incorporar a un parado, a dos... o a ninguno, después de que la dura derrota a manos del Alcorcón pusiera de manifiesto que la autocrítica no puede agotarse a una (por otro lado evidente) falta de actitud defensiva.
El que el rival no solo monopolizara el balón privándole de llevar la iniciativa, también lo moviera con criterio encontrando en los costados un filón, dejó al descubierto el problema que representa la ausencia de un recambio natural a 'Samu' Vázquez (este tampoco es que brille defensivamente, pero siempre tendrá más aptitud en esa faceta del juego que un extremo como 'Alvarito') y 'Retu' (quien se vio lastrado por la cartulina aamarilla que vio en el arranque del choque). La anterior no fue la única vía de agua que se encuentra detrás del naufragio de la nave blanquiazul en plena Área Metropolitana de Madrid, pero sí la más grande.
Con el mercado de fichajes cerrado a cal y canto, al Hércules solo le queda la opción de reforzarse con futbolistas en situación legal de desempleo (artículo 139 del Reglamento General de la Real Federación Española de Fútbol); básicamente, jugadores que al cierre de la citada ventana estuvieran sin equipo... y sigan en esa situación. Y lo anterior porque contaba a las 23:59 horas del viernes (y así sigue siendo) con licencias libres en su primera plantilla y la del Hércules B; eso sí, son licencias sub-23 por lo que el parado que llegue ha de serlo también. En los despachos del Hércules manejan al menos una opción para fichar ahora, se trata de la que representa el mediocentro camerunés de 22 años Steve Mvoué, quien se encuentra libre tras rescindir unilateralmente contrato con el Portimonense (podía hacerlo como consecuencia de un descenso de categoría del equipo). Lo que pasa es que en Foguerer Romeu Zarandieta no lo tienen claro con un internacional camerunés que en la temporada 2023/24 apenas participó en diez encuentros oficiales (estuvo sobre el verde solo 433 minutos) entre Bélgica (Segunda División con el Seraing) y Portugal (Primera División con el mencionado Portimonense), aunque fuera por desavenencias con el club belga por no aceptar sus condiciones para salir traspasado en el verano de 2023.
Son dudas que también asomaron la noche del viernes, cuando el Hércules negoció incorporar al central linarense de 24 años Pepe Sánchez (lo que obligaba a dar la baja a un sénior, concretamente a Josema), quien estaba (y sigue) sin equipo, y al mediocentro sub-23 Antonio Pacheco: el callosino hubiese recalado en calidad de cedido por el Albacete, club al que sigue perteneciendo por lo que con la ventana de fichajes cerrada ya no puede ser incorporado.
Como Pepe Sánchez es capaz de jugar como lateral derecho, su fichaje podía tener algún sentido el viernes (como 'parado' no es posible incoporarlo porque para ello se tenía que contar con una licencia sénior libre ya a las 23:59 horas del viernes y no era el caso), pero suponía profundizar en la opción de los centrales que pueden jugar como laterales y que ya representan en la actual plantilla blanquiazul Sotillos en la derecha y Abraham en la izquierda. Achacar exclusivamente a esto último el 'Alcorconazo' parece excesivo, pero a nadie le escapa que el agua que hundió en el Municipal Santo Domingo al Hércules entró principalmente por los costados (también por el centro, pero menos).
Lo ocurrido el sábado fue un buen toque de atención, un aldabonazo que debe servir para recordar que en Primera Federación tampoco se ganan partidos con el escudo y que el viento de cola hay un momento en el que se corta.
Ni los blanquiazules eran tan buenos como parecía después de la victoria sobre el Ceuta ni son tan malos como parece tras el petardazo del sábado. Pero con su apuesta por salir tocando desde atrás, pero si caer en el fútbol horizontal, haciendo gala de velocidad y no menos calidad, el Alcorcón de Pablo Álvarez vacunó al Hércules, al tiempo que bajó a la tierra a no pocos en su entorno que se pensaban que el paso por la Primera Federación iba a ser fugaz camino del fútbol profesional.