ALICANTE. El sonoro 'pinchazo' de la plataforma de crowdfunding inmobiliario Housers en la localidad alicantina de Xàbia, donde financió la promoción Estrasburgo Suites, parece que comienza a encauzarse. Los inversores (700 prestamistas que aportaron medio millón de euros para comprar el solar) han alcanzado un acuerdo extrajudicial con el promotor, Vipoba Promociones Inmobiliarias, del grupo Vallés, para ampliar el plazo de devolución del préstamo hasta noviembre de 2020.
El plazo de devolución del préstamo venció, como publicó este diario, el pasado mes de marzo. Si bien hasta el momento los inversores habían percibido intereses por su aportación con la rentabilidad prometida (el 10%), cuando llegó el momento de recuperar el principal la promotora no pudo hacer frente al pago. Tras meses sin saber nada de la promotora ni lograr tampoco respuesta a través de Housers (la plataforma, en estos casos, hace llegar al promotor una reclamación extrajudicial para que afronte el pago), finalmente hace unos días se celebró una asamblea de inversores en la que la mayoría votó a favor de aceptar la propuesta de Vipoba.
Una propuesta que pasa por trasladar la fecha de vencimiento del préstamo desde marzo de 2019, como estaba establecido, a noviembre de 2020 (es decir, un año y medio más) y pagar unos intereses de mora del 8%, cuando estaban establecidos en el 10%. De esta forma, el promotor de Estrasburgo Suites devolverá 570.700 euros, con un TIR final del 8,45%. La mayoría de inversores votó a favor de la propuesta, a pesar de que reduzca la rentabilidad de la inversión, porque la alternativa que se puso sobre la mesa era acudir a la empresa de recobros Multigestión Iberia.
"Lo mismo ha pasado con otros proyectos", indica una fuente próxima, "prácticamente ninguna promoción de Housers está en condiciones de devolver el capital principal en el calendario fijado, a pesar de lo que digan las estadísticas de su web". Esta propuesta, indica, "es de lejos la peor, dado que no se pagarán los intereses regulares, los de mora se han reducido al 8%, el TIR final es más bajo y no hay contemplados pagos intermedios". El de Xàbia, de hecho, no es el único proyecto financiado por Housers que ha tenido problemas para devolver la microfinanciación (los foros están llenos de quejas en torno a un proyecto en Oviedo), aunque en la plataforma se escudan en que los inversores conocen los riesgos, y que aceptan que incluso pueden perder el 100% del capital.
En el caso de Xàbia, Housers puso en marcha dos proyectos de financiación colaborativa para la promoción de Vipoba. Uno, de 100.000 euros, para pagar la licencia de obra; otro, el de 500.000, para comprar el solar. Los dos han tenido los mismos problemas, aunque en el primer caso sí se pagaron intereses regulares hasta el vencimiento. Tras el éxito inicial (los 100.000 euros para la licencia se recolectaron en un solo día), la plataforma estudiaba poner en marcha nuevas financiaciones en la Costa Blanca, pero finalmente ninguna cristalizó.
Housers, mientras, tiene que afrontar su propia crisis interna, tras la salida de uno de sus fundadores el año pasado, Antonio Brusola, que fuera consejero delegado. La marcha de Brusola ha abierto una guerra por el control del accionariado (no se ha desprendido de sus acciones, como estipulaba el 'pacto de socios'). La firma lanzó una ampliación de capital que redujo en mucho la valoración de la compañía (de 40 a 5 millones de euros) y sigue pleiteando con Brusola, al que tilda de "accionista no deseado", según han publicado diversos medios especializados como Idealista en los últimos días.
Las diferentes alternativas que ofrece este activo permiten limitar los efectos negativos en las rentabilidades actuales a las que están expuestas las carteras