CALLOSA D'EN SARRIÀ. La campaña del níspero ha terminado esta semana y la sensación que ha dejado al sector es un tanto agridulce. El temporal de lluvia que hubo en Semana Santa en la ciudad por excelencia de la cosecha del níspero, Callosa d'en Sarrià, tuvo consecuencias fatales para los agricultores. Así lo explica a Alicante Plaza el presidente de la Cooperativa Agrícola de Callosa Ruchey, Paco Pérez, quien indicó que se podría cuantificar en torno a los dos millones de euros en pérdidas, puesto que fueron dos millones de kilos los que tuvieron que desperdiciar.
"Ha sido un año tardío", explica Pérez. Alrededor de 15 días después de lo habitual empezaron la campaña. Por lo que no cree que el precio del níspero vaya a repercutir en el precio final. El motivo no es otro que se haber estado en tiempo, habría sido una de las pocas frutas de temporada en el mercado. Pero el retraso hizo que compartiera escaparate con otros y por tanto, no cree que se incremente la demanda.
"El problema ha estado en la lluvia en Semana Santa, que cayó en una época en el que el níspero estaba maduro y lo rajó. Cayó en caja negra", dijo Pérez. Pero aclara que "tampoco se puede decir que haya sido un desastre", aunque "el año pasado fue mejor".
Por su parte, el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Níspero de Callosa d'en Sarrià, Wenceslao Ferrando, apuntó también a las lluvias de abril que han dejado una campaña "regular", tal y como lo definió. Durante esos días, había estaciones en las que se llegaron a marcar los 200 litros por metro cuadrado, según recordó Ferrando.
Eso provocó que se rajaran y se tuvieran que tirar al suelo "porque no servían ni de segunda categoría". Como consecuencia, notaron una merca del 30% de la producción a nivel global durante esta campaña.
Los agricultores y el Ayuntamiento de Callosa siguen en su cruzada por conseguir la reducción permanente del índice de rendimiento neto de los módulos del IRPF de las producciones de níspero hasta ajustarlo a la realidad del sector, y teniendo en cuenta solo la campaña de ese año.
En la actualidad, los agricultores cotizan a las arcas públicas a través del sistema de estimación objetiva, que establece módulos generales para cada tipo de producción. Un sistema que es revisable de manera circunstancial por causas sobrevenidas, tales como inclemencias meteorológicas que afecten a la producción, a la calidad de la misma y a su comercialización. No obstante, consideran que este sistema de reducción de módulos no ataja el problema en su conjunto, que no es otro que la diferencia entre el módulo fijado por la autoridad fiscal competente y la realidad del sector agrícola.