Elche ha celebrado esta semana el XX aniversario de la declaración del Misteri como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. Bien. También regular: hubo ausencias notables en el acto central del pasado martes, en la plaza de la Basílica: Ximo Puig, Vicent Marzà, y Carlos Mazón. Estarían ocupados en otras cosas, supongo. Y hubo también alguna que otra hiperpresencia, como la del ex presidente de la CAM Modesto Crespo con sus dietas ilegales a cuestas, y que también fue presidente del Patronato del Misteri. Pero que vamos, todo muy bien, incluidas las dos conselleras ilicitanas, Mireia Mollà y Carolina Pascual. Y Paco Borja, un diplomático de tronío, casi como el alcalde Carlos González. Y el sentido recuerdo a Joaquín Serrano Vera (amigo).
Desde que tengo uso de razón periodística siempre ha habido una apelación casi unánime a la “propiedad” del Misteri: el pueblo. Es uno de esos consensos generalizados que se transmiten de generación en generación y que los políticos refuerzan en función directa de sus intereses. Aún recuerdo cuando Jordi Pujol presenció las representaciones, segunda mitad de los 80, y se quedó eclipsado: “El Misteri es una joya única de la cultura catalana”. Tal cual. El Misteri es más: es una joya en todo caso del orbe cristiano occidental en tanto en cuanto el mito de la Dormición de la Virgen es protagonista en algunos de los monasterios más emblemáticos de la Bulgaria ortodoxa. O, como matizó el ex alcalde ilicitano Manuel Rodríguez en el seminario celebrado por la efeméride, el mito de la Dormición ya estaba en la Palestina del siglo IV. (que haya conservado la lengua troncal de los territorios de la Antigua Corona de Aragón es un plus filológico de primera magnitud, pero esa era la única magnitud que le interesó a Pujol). Excelente crónica de Pablo Serrano sobre el seminario. Se lo chupó enterito, como debe ser.
El pueblo. Me interesa sobremanera la disección que realizó Andrés Perelló, embajador de España en la UNESCO por obra y gracia de Pedro Sánchez, y ex líder de Izquierda Socialista del PSPV-PSOE. Perelló siempre quiso ejercer de Pepito Grillo de los socialistas valencianos, y más de uno respiró con alivio cuando le dieron la embajadita. A lo que íbamos. Don Perelló: “El Misteri es la forma de concebir un pueblo”. Cañonazo antropológico que matiza: “La Iglesia pone el lugar y el contenido de la fe, pero es el pueblo el que hace el Misteri y lo ha mantenido centenares de años”. La fe (el contenido) es lo secundario, lo que prima es el continente, el pueblo como comunidad portadora. Perelló reforzando un estereotipo ya de por sí muy inflacionado. El pueblo quemó la Basílica en febrero del 36 y tras el estallido de la guerra se reconvirtió en taller de las milicias republicanas. Eso sí que lo recordó Manuel Rodríguez en su ponencia.
Hay que tener una profiláctica prevención a esta neo-antropología perellonense que vuelve a categorizar, como en el XIX, cosas rancias, el espíritu del pueblo, que precisamente se anulan, para bien, en el pensamiento posmoderno, cuando Darrida, y otros, derrumban por completo (deconstruyen) la filosofía clásica. Cosa muy distinta, y saludable, es que el Misteri provoque adhesiones íntimas entre los ilicitanos, como escribe Cristina Medina en su último artículo, y que eso refuerce un equilibrado sentido de pertenencia. Grandes masas de los estados sureños de EEUU apoyaron al KKK tras la revolución iniciada por Kennedy al entender que una de las esencias colectivas del sur, del pueblo como espacio conceptual, pasaba por la segregación racial. El pueblo. La hipérbole es desmedida, lo sé: no es lo mismo ahorcar negros o activistas por los derechos civiles que celebrar la muerte y subida al Cielo de la Virgen. Pero bueno, conviene de vez en cuando ejercitar la pedagogía radical. Manuel Rodríguez, vuelvo a Él, sí que lo explicó en el seminario: puesto que el mito de la Dormición ya estaba presente entre los primeros cristianos, los de la Palestina del siglo IV, “la identidad [el Misteri] no es diferencia; es semejanza”. Bingo. (por Él sé yo lo de los monasterios búlgaros que visité).
Uno de mis maestros periodistas, Francisco Rodríguez Martín, Paco El Rorro, me enseñó una cosa esencial de la Festa: “Chato, el Misteri es catequesis popular y por eso ha durado tanto, no por otra cosa”. Y siempre me recordaba un una concatenación indisoluble de dos liturgias; “acabades vespres…..empieza La Festa”. Pensará algún lector despistado, si es que ha tenido la santa paciencia de llegar hasta aquí, de que debo de ser un meapilas de misa diara. No. Solo que me produce urticaria las apelaciones colectivistas que tantos berrinches nos han dado y nos dan. Rorro: el mismo que compartió mesa de redacción con Enrique Cerdán Tato, José María Perea y José Luis Benlloch en Primera Página de Alicate (1968-72): qué hito. Acavades vespres.
En aras a que el Misteri es del pueblo se han cometido no pocas barbaridades (no me refiero a la quema de la Basílica, ojo) posibilitando que cualquiera que fuera parte de esa gran familia opinara según le viniera en gana. Sixto Marco: “San Juan era maricón”. Mera anécdota. Lo importante es que aunque se ha mejorado en los últimos años sigue habiendo carencias de asesoramiento de expertos en la interpretación de la partitura (consueta). Lo importante es que nadie cuestiona el monumental estropicio de los arreglos de Oscar Esplá, arreglos del todo extemporáneos. Lo importante es que en este XX aniversario de Patrimonio de la Humanidad nadie se haya acordado del que más sabe del Misteri: Jordi Savall, referencia internacional en Música Antigua y Barroca, y que editó un disco en 2004, un trabajo de investigación, con las partituras más antiguas, empezando por la de 1625. Lo importante es que no se ha avanzado lo suficiente en la profesionalización de los cantores para ejecutar con excelencia esta monumental obra que está a caballo entre la música culta y la popular (Savall dixit).
Lo importante, esto ya es un apreciación muy personal, es que siga siendo un anatema la presencia de las mujeres en las representaciones: el pueblo no quiere eso; sería un atentado contra la tradición y contra esta seña de identidad colectiva del pueblo. Lo de Esplá sí; lo de las niñas, herejía. Lo importante es que el nuevo mestre de Capilla, aún no se ha resuelto el concurso público, algo sorpresivo, tenga claro que lo que va a tener entre manos es un documento cultural complejo, único, poliédrico, y bastante contaminado. Hay tantas cosas importantes...
CODA: Lo de Ceuta no es una crisis migratoria. Es un pulso o chantaje, otro más, del establishment marroquí, que usa a la gente a su antojo, como si fueran ganado, para presionar a España en determinadas cuestiones. Es increíble, y escandaloso, que un país rico como Marruecos tenga unas bolsas de pobreza y de desigualdad estructural como las que tiene. No hay solución a corto plazo mientras las inversiones extranjeras, las ayudas de la UE, los tratados comerciales con Marruecos, no regulen ciertas contrapartidas "democratizadoras" para que el país magrebí salga de su mísera autocracia.
