ALICANTE. Poco a poco la AP-7 liberalizada entre Tarragona y Alicante va dejando de parecer una autopista de peaje para transformarse en una autovía más, aunque de momento conserve el nombre para no inducir confusiones. Tras la retirada de las barreras en la tarde-noche del 31 de diciembre y los primeros trabajos (provisionales) para ordenar el tráfico en los accesos y salidas, este mes han comenzado los trabajos para desmontar las estructuras de los peajes.
Como ha venido contando Alicante Plaza, está previsto que los 'troncos' por los que se introducían los usuarios en la autopista de pago y donde se pagaba el importe en las máquinas automáticas a la salida desaparezcan este verano. Será el elemento relacionado con el antiguo uso de la vía que más tardará en desaparecer, dado que las máquinas ya se han retirado, y los carteles anunciando peajes o bien se han desmontado o bien se han tapado a la espera de ser eliminados.
Así, si se cumplen los plazos, las estructuras de los peajes en la AP-7 serán historia para este verano, cuando además es de esperar que se produzca una mayor afluencia de vehículos. Esta semana han comenzado los trabajos de desmontaje en el peaje de acceso al tramo de la autopista entre València y Alicante (en Algemesí), y se avanzará progresivamente, tanto en este tramo como en el que va de Sagunto a Tarragona. Los trabajos corren a cargo de Matinsa, la empresa a la que el Ministerio encargó el mantenimiento de la vía tras la liberalización y que ha absorbido las plantillas de las distintas contratas que trabajaban para Aumar.
Tras la liberalización, y como era de esperar, la intensidad del tráfico diario se ha disparado, según los propios datos aportados por el Ministerio en base a las mediciones de la DGT. Así, los 22.000 vehículos diarios que circulaban de media en el año previo a la liberalización se han llegado a doblar en algunas jornadas concretas del mes de enero. De media, el número de vehículos que circularon por la AP-7 liberalizada en enero se incrementó un 77%. Desde la propia DGT constatan que la mayor densidad de automóviles ha reducido la velocidad media de circulación, y la previsión es que cada vez más vehículos se incorporen a la AP-7. El tráfico pesado es protagonista en este incremento, con un 60% más de camiones que antes.
De momento, el incremento del tráfico en los accesos, donde ya no hay que frenar para tomar ticket alguno, se ha capeado con carteles de precaución y un rediseño de los carriles de circulación en algunos casos, además de resaltos para forzar a los conductores a reducir la velocidad. Pero la intención del Ministerio es que cuando llegue la temporada alta tanto las estructuras como las piezas de hormigón que definían los accesos estén retiradas, para agilizar el tránsito entre las vías de acceso y la AP-7 justo cuando más conductores la utilizarán.