COPENHAGUE (EP). El médico de la selección de Dinamarca, Morten Boesen, explicó que el futbolista Christian Eriksen "estuvo muerto" después de sufrir un "paro cardíaco" durante el primer partido de la Eurocopa 2020 de Dinamarca ante Finlandia este sábado.
"Se había ido, estuvo muerto. Lo recuperamos después con un desfibrilador. Fue bastante rápido", reconoció Boesen en una rueda de prensa este domingo, en la que explicó que el futbolista del Inter de Milán requirió una reanimación tras sufrir un paro cardíaco.
Boesen dijo que el jugador está bien y que las pruebas a las que se ha sometido hasta ahora han arrojado resultados normales. "No tenemos una explicación de por qué sucedió. Por el momento no puedo responder a esa pregunta", aseguró.
Eriksen cayó al suelo, sin contacto con ningún rival, en el minuto 43 del partido del sábado y recibió reanimación cardiopulmonar (RCP) en el campo. Tras ello, fue trasladado al hospital, donde se encuentra en condición estable.
Dinamarca pospuso su sesión de entrenamiento del domingo y todas las actividades con los medios de comunicación también se habían cancelado inicialmente, pero se convocó una conferencia de prensa por la tarde.
El entrenador Kasper Hjulmand dijo que Eriksen estaba "más preocupado" por el equipo y su familia que por él mismo. "Dijo que no recordaba mucho, pero que estaba más preocupado por nosotros, típico de Christian. Es un gran jugador, pero qué es persona también. Fue bueno verle una sonrisa", dijo Hjulmand.
El partido se suspendió durante casi dos horas, pero se reinició tras la noticia de que Eriksen estaba estable. Hjulmand, sin embargo, admitió que el equipo no debería haber regresado al campo para terminar el encuentro, que perdieron 1-0. "Fue incorrecto tomar la decisión en este caso. Los jugadores estaban en estado de shock y no sabían si habían perdido a su mejor amigo", confesó.
"Tengo la sensación de que no deberíamos haber jugado. Fue una decisión muy difícil y un mensaje difícil, pero estoy realmente orgulloso de ser el entrenador de un equipo que respondió como lo hizo", prosiguió.
Por su parte, el director deportivo de Dinamarca, Peter Moller, dijo que "la decisión la tomaron los responsables". "Nadie debería culpar a los jugadores. No sentí ninguna presión por parte de la UEFA, pero no estoy seguro de que haya sido la decisión correcta jugar el partido", indicó.