Vista aérea de las instalaciones de Autocares Ríos en AlicanteALICANTE. El titular del juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante, que dirige el concurso de acreedores con liquidación de la histórica firma de transporte de pasajeros Autocares Ríos Alicante, ha resuelto incluir las instalaciones de la empresa, en el polígono de la carretera de Ocaña, en el activo a liquidar durante el proceso. Pese a que la firma intentaba dejar fuera este bien, finalmente el juez ha aceptado la propuesta del administrador concursal, según explican fuentes conocedoras del concurso.
Las cocheras de Autocares Ríos (ahora, Wintermere Canal), inauguradas hace poco más de una década, son el principal patrimonio con que cuenta la concursada una vez vendida su flota de vehículos, y su realización (la venta a un postor interesado) se antoja clave para que la empresa pueda afrontar alguno de los créditos que se le reclaman en esta liquidación. Los propietarios de la mercantil se opusieron a la propuesta del administrador concursal y han presentado recurso a la decisión del juez, según las mismas fuentes, por lo que habrá que esperar a la nueva resolución para despejar el futuro de las instalaciones.
Mientras, lo que sí se ha vendido ha sido la flota de autocares que tenía la empresa en propiedad (otros eran de leasing). Decenas de autobuses que han sido adquiridos por la competencia a precio de derribo: unos 170.000 euros, que según explican fuentes del sector sería un precio razonable por solo dos autocares nuevos (en base a su periodo de amortización).
Como ha contado Alicante Plaza, la Seguridad Social ha ordenado ejecutar a la empresa por el impago de las cuotas de sus últimos meses de actividad, un trámite que deberá resolverse en el seno del concurso, una vez que el juez ha abierto la fase de liquidación. Si bien la ejecución de la Seguridad Social no es automática al estar concursada, lo cierto es que la Tesorería General es un acreedor privilegiado y, por tanto, de los primeros en cobrar. Una circunstancia que complica las opciones de cobro de los 76 trabajadores despedidos con el cierre de la compañía, a los que se les deben los salarios desde agosto de 2019.
Según las fuentes consultadas, la deuda con la plantilla (que salió en dos fases de la empresa, los primeros cuando se esperaba que el cierre fuera temporal y los últimos cuando ya era evidente que iban a terminar en liquidación) podría rozar los 2 millones de euros, puesto que a las últimas nóminas impagadas se suman los salarios de tramitación, desde el despido hasta la sentencia correspondiente. Por el momento, como también ha contado este diario, se han publicado sentencias de los juzgados de lo Social que reconocen el derecho a cobro de cerca de 400.000 euros por parte de distintos afectados.
Autocares Ríos Alicante (distinta de la empresa del mismo nombre con sede en Murcia, aunque en origen tenían el mismo propietario) comunicó a finales de noviembre de 2019 a su plantilla y a sus clientes que cesaba su actividad, y a finales de enero despidió a casi toda la plantilla. Durante un tiempo intentó colocar sus rutas a otras firmas, en busca de una posibilidad de supervivencia. No obstante, un mes más tarde se abría el concurso de acreedores en el juzgado de lo Mercantil 1 de Alicante, que en abril desembocó en su liquidación.
