ALICANTE. El titular del juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante ha aprobado el plan de liquidación presentado por el administrador concursal de la panificadora alcoyana Celenpan. Con esta resolución, se pone fin a la trayectoria de la histórica empresa de pan y dulces, que cerró todas sus tiendas y su planta de producción el pasado mes de enero, asfixiada por las consecuencias del cierre hostelero durante la crisis sanitaria.
En la resolución, inscrita esta semana en el Registro Mercantil, el juez ordena también la formación de la sección de calificación, que deberá decidir si el concurso es culpable o fortuito. Un trámite que se produce siempre que una empresa no logra superar el concurso de acreedores y termina liquidada, para determinar si sus administradores han tenido responsabilidad en el desenlace.
Como contó Alicante Plaza en abril, la histórica panificadora alcoyana, toda una referencia del sector en la provincia y del comercio en la ciudad de los puentes, sucumbió a principios de año a la drástica caída del negocio. Fundada en los años sesenta del pasado siglo y heredera de la áun más (si cabe) conocida panificadora Corbí, llegó a emplear a 25 personas hace solo dos años. Sin embargo, la crisis del coronavirus llegó cuando la panificadora ya arrastraba una situación complicada, especialmente en lo que al negocio minorista se refiere, con sus múltiples despachos de pan aguantando el negocio a duras penas.
El cierre de la hostelería y la caída en picado de sus productos en este sector, que era su principal fuente de ingresos, terminó de rematar a una empresa que llegaba a la crisis sanitaria fuertemente endeudada. La panificadora y las tiendas de Celenpan siguieron funcionando hasta finales del año pasado, tras haber realizado un ERTE durante el estado de alarma, pero en enero la actual dirección de la empresa (que la había asumido en 2010, tras separarse los antiguos socios) se vio obligada a bajar la persiana y despedir a toda la plantilla, que para entonces era de 17 personas.
A finales de marzo, el juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante declaraba a Celenpan en concurso de acreedores y directamente se abría la fase de liquidación a petición de la concursada. La empresa, que hasta diciembre se encontraba al día en el pago de las nóminas, ya comunicó en enero a los empleados afectados por el cierre que no podía asumir las indemnizaciones. La disolución de la empresa y la liquidación de sus bienes, así, han sido dirigidos durante los últimos meses por el administrador concursal y el citado juzgado.
En los dos últimos ejercicios antes de la pandemia la panificadora facturó alrededor de 650.000 euros. En 2018 aún logró cerrar el año con beneficio, pero en 2019 ya incurrió en pérdidas, aunque muy moderadas. La panificadora tenía al cierre del año pasado una deuda de casi 75.000 euros con entidades financieras y de unos 45.000 euros con proveedores.