ELCHE. La finca Villa Maria-Ana ubicada en la partida de Jubalcoy sigue avanzando en su expediente para convertirse en un hotel exclusivo. Un camino lento en los trámites necesarios, ya que es una operación que lleva en marcha desde el año 2012. En 2018, el equipo de gobierno dio el visto bueno en lo que le competía para la Declaración de Interés Comunitario (DIC), que tenía que aprobar la ahora conselleria de Política Territorial. El proyecto de la familia Ros —que adquirió la finca en 2016— de la zapatera Mustang sigue ahora con el siguiente trámite: enviar el expediente a la conselleria de Política Territorial y a Fomento por los accesos a la finca.
El Ejecutivo municipal ha dado traslado a la conselleria de Obras Públicas la propuesta de la promotora Aymerich Inver, propiedad de los Ros Vidal, para la mejora de accesos en el entorno de la Carretera Nacional-340 para seguir con el propósito de convertir la finca en un hotel exclusivo en el ámbito rural. Se trata de una propuesta para mejorar la entrada al enclave, en el que hasta ahora se venían realizando distintos eventos y celebraciones.
Para que cumpla con las exigencias de seguridad vial se ha elaborado una propuesta para solucionar la afección a la N-340, pero también al Camino de Jubalcoy y al Camino del Rector. La misma cuenta con el visto bueno por parte de los técnicos municipales, así que ahora se da traslado a Política Territorial para que a su vez emita su informe, aunque el punto más relativamente espinoso es el del Ministerio de Transportes, que tendrá que dar su beneplácito ya que al tratarse de una carretera nacional la competencia es Fomento. Y por experiencia urbanística de otros proyectos locales, cuanto más alta es la administración más tarda en dar respuesta.
En cualquier caso este paso sobre los accesos ya se venía tratando desde antes de la pandemia por parte de los ingenieros, y ahora va avanzando. El inmueble no sólo será rehabilitado, sino que se construirán edificios anexos para encuentros empresariales, eventos como bodas o comuniones y contará con un spa. Son todas actividades que quedarán relegadas a esos anexos, dado que las habitaciones hoteleras, que serán 17, serán las que estén en el propio edificio. La superficie de edificabilidad inicial del proyecto era de 5.000 m2 —la finca tiene una extensión de 40.000 m2—, pero según los informes técnicos, para compatibilizarlo con la clave urbanística del terreno, se ha dejado en a 2.850 m2. Por otra parte en 2018 con la propuesta de DIC se aprobó un canon urbanístico de algo más de 79.200 euros anuales.
En lo que respecta a la finca, de su uso como casa rural típica del campo ilicitano, pasó tener un uso más dedicado al ocio a principios del siglo XX, cuando la burguesía de la ciudad se fue a vivir al campo. De hecho allí vivieron los Ferrández-Cruz, de dicha clase social. Aún hoy hay elementos que recuerdan la vida y el mobiliario de la familia. En los espacios ajardinados hay estanques, fuentes arabescas y además una gran bodega rústica. La casa fue reformada por en los años 40 del pasado siglo, a cargo del arquitecto Santiago Pérez Aracil.
