ALICANTE. La vida y el deporte tienen un devenir de paralelismos y casualidades a las que aferrarse cuando la tormenta impide ver el cielo. Aunque ahora sean dos clubes diferentes, la nomenclatura Lucentum y la ciudad de Alicante estarán unidas por siempre. Se da la circunstancia de que el 26 de mayo de 2000, un grupo de jóvenes dirigidos por Andreu Casadevall y presididos por el hombre que más hizo por el baloncesto en la ciudad, Paco Pastor, perdieron el tercer partido frente al Caprabo Lleida (77-75). Ese colectivo levantó el cuarto partido con un pabellón ensordecedor (pusieron un gran altavoz detrás del banquillo alicantino y los tiempos muertos los debían hacer en el círculo del tiro libre) y una situación con todo en contra. Ganó por 78-79. En el quinto partido, disputado tal día como mañana domingo de hace 18 años, el Lucentum ascendió a ACB. Este domingo (19 horas) se repite la historia, pero en otra categoría y con otro club y rival diferentes. El HLA Alicante apelará, inconscientemente, al espíritu de Lleida porque tiene ante sí la posibilidad de empatar el cuarto envite de la final ante el Real Canoe y devolver la serie al Pedro Ferrándiz el próximo martes.
La preocupación y el desánimo con el que se acabó el tercer partido se han virado en ilusión, motivación, concentración y gen ganador para el cuarto enfrentamiento. Las caras de los protagonistas como sus comentarios en redes sociales empiezan a cambiar para que también varíe el signo de la serie. Varios son los factores que se han de girar respecto al viernes: el acierto de cara al aro, tanto de lanzamiento exterior como interior, equilibrar la balanza de juego lejos y cerca de la canasta, frenar los embates de Tyson Pérez (20 puntos), Chema Gil (14) y Rubén Martínez (12) y ser más duros en el rebote defensivo (de los 39 que capturó el plantel madrileño, 14 fueron en ataque). Si se consigue todo eso se olvidará todo lo demás, incluido arbitrajes.
Otro factor fundamental no estará sobre el parqué sino en la grada. El Lucentum contará con el apoyo de más de un centenar de seguidores, que se desplazarán desde la capital de la provincia tanto en un autobús como en coches particulares. Y es que cualquier esfuerzo suma y el de la afición será un pilar fundamental para ganar el cuarto partido y seguir soñando en Oro el próximo martes.
El técnico lucentino, David Varela, volverá a contar con toda su plantilla, a pesar de las típicas molestias que surgen tras el encuentro, pero que no impedirá que estén todos listos para imponerse al Real Canoe.