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El Hércules no escapará al control económico

20/02/2019 - 

ALICANTE. Está por ver qué tipo de control termina siendo en la práctica, pero el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) anunciaba este martes que llevará a la Asamblea General del próximo verano "un sistema de control económico" orientado al fútbol modesto y semiprofesional: "Lo presentaremos en la asamblea de julio, para las próximas tres temporadas", decía Luis Rubiales en los Desayunos Deportivos de Europa Press

El presidente de la RFEF señalaba lo anterior después de revelar su intención de que la Supercopa de España se juegue en el extranjero y con el sistema de 'final four'. Pese a estar de gira por Uruguay, Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), no solo se apresuró a cargar contra la propuesta de Rubiales para la Supercopa tachándola de "ocurrencia", es que aprovechó para acusarle de que "tiene abandonado el fútbol no profesional, que es el que realmente le corresponde".

Que la Segunda B, Tercera y demás están abandonadas es una verdad como un templo (el Alcoyano, sin ir más lejos, cobraba hace dos meses lo que le correspondía percibir por derechos de televisión de la temporada 2016/17), como también que a Tebas todo lo que no sea el Barça y el Madrid solo le importa cuando se trata de hacer gala de su condición de sheriff del fútbol: hace seis días, en Alicante, presumía de que en cinco años los clubes han pasado de no pagar a la Agencia Tributaria a reducir la deuda con ella a la mínima expresión; lo anterior es tan cierto como que el curso pasado el Córdoba le metió un gol por la escuadra a la hora de reforzarse en el mercado de invierno (por mucho que después le sancionase) y que este el Reus le ha hecho una manita con el presupuesto (aunque luego lo haya expulsado de la competición). 

El 'fair play' financiero llegó tarde al fútbol español (para suerte del Hércules al que el 'simpa' de la 2010/11 le habría salido muy caro de estar vigente el control económico instaurado años después y que ya han sufrido en sus carnes desde el Elche, al Murcia, pasando por el citado Reus o el Guadalajara) y las normas de control económico de la Liga, reflejo del mismo, distan mucho de ser ideales y desde luego infalibles, pero gracias a las mismas se ha avanzado infinitamente. Lo suficiente para que clubes como el blanquiazul teman con razón los esfuerzos económicos que tendrán que hacer a toda prisa a lo largo del mes de julio para que les acepte la patronal, pese a haber logrado el ansiado ascenso en el césped. Siguiendo con el Hércules, por ejemplo, tendría que pagar dos de los cuatro millones que le adeuda a la Agencia Tributaria para que esta acceda a concederle un aplazamiento y obtener de ella el certificado positivo que la LFP exige a todos sus miembros. "Bendito problema" dirán muchos y no sin razón, pero que se lo pregunten a quienes habrán de rascarse el bolsillo para conseguir lo anterior si a la Liga le da por no hacerle un préstamo por esa suma al club blanquiazul, pignorando parte de lo que corresponde percibir el curso 2019/20 por la cesión de sus derechos de televisión.

A falta de conocer en qué consistirá exactamente, la decisión de la RFEF de avanzar también con el 'fair play' financiero e implantar un sistema de control económico hay que acogerla con agrado, especialmente si sirve para evitar casos como el del Huracán hace tres cursos o los del Murcia y el Ontinyent este año y es que chirría tanto que ocurra lo anterior, que un club pueda pegar un portazo a mitad de curso o haya futbolistas que acumulen meses sin cobrar pese a que se supone que es necesario que las entidades presenten un aval para competir, como que solo se exijan diez fichas profesionales a los equipos cuando todos los jugadores de Segunda B sin excepción (con ficha profesional o de aficionado) perciben una contraprestación económica. Que le pregunten a Hacienda y a la Tesorería qué les parece lo anterior.

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